Zombieland 2: The Walking Smile
Zombieland: Mata Y Remata, nos da por pensar que a la velocidad de crucero que llevaban los zombis de la mítica y precursora La Noche De Los Muertos Vivientes, de Romero, ha tardado una década en llegar a las pantallas, dando así por fin continuidad a esa primera entrega que acertó el tiro en plena caja torácica de la risa y reorganizó, en su opción más gamberra, eso de matar no muertos.
Vivitos y coleando vuelven a la carretera desierta y sin claro servicio de limpieza de red viaria el cuarteto original: Jesse Eisenberg, Abigail Breslin, Woody Harrelson y Emma Stone (¡Bien por ellos!) ya que aunque sus carreras en estos diez años han deambulado por los muy diferentes carriles de la suerte, por ejemplo, el hecho de que la oscarizada protagonista femenina de La, La, Land: La Ciudad De Las Estrellas haya decido saltarse a la torera el status de estrella (como ya hiciera Halle Berry con su incursión en la saga 007 tras la dorada estatuilla) volviendo a su primera Land, dice mucho de la intención general de reverdecer laureles de todos ellos, incluyendo al director Ruben Fleischer, que también vuelve a ponerse tras la cámara, siempre, entendemos, que desde ese cariño que se tiene a lo que nos gustó hacer y vivir.
Vivir y morir de risa o sonrisa a partes iguales, gracias a que firman en 2/3 partes un sarcásticamente distópico guion dos de los responsables de Deadpool, Rhett Reese y Paul Wernick, con la inestimable ayuda de Dave Callaham, hemos de decir. Hemos de decir también que, teniendo en cuenta lo que hay que tener en cuenta, para nada estos tres están muertos por dentro. Gracias al viaje, eso sí, le vamos a perdonar el evidente Happy End, digámoslo también. No se me lleven las manos a la cabeza los temerosos de los spoilers, Zombieland: Mata Y Remata no es cine de autor, sino cine con cobertura de palomitas sanguinolentas. Así que lo comido, por lo servido.
Continuemos el trayecto. Esta segunda entrega de la saga Peripecias En Zombieland amplía información sobre unos personajes que ya conocíamos, apostando en el arcén de su camino a un considerable número de, digamos autoestopistas, cuyas caras conocidas y saber hacer van más allá del siempre pretendido sueño de todo productor: Una segunda entrega tiene que parecer más cara, apoyando claramente la historia y añadiendo entidad, además de estados, o lugares legendarios de E.E.U.U al conjunto. ¡Pamp! Agujero en toda la frente.
Zombieland: Mata Y Remata, con todas las balas mencionadas en el cargador, y aun acusando la falta de sorpresa en cuanto a un estilo que sí que provocó la primera entrega, acomete la empresa de mantener el nivel con bastante altura. Los chistes siguen siendo gamberros, los nuevos personajes tiene peso específico y no son mera comparsa, las escenas de acción saben mezclar, cual Tom Cruise en Cocktail, la masacre y el descacharre perfectamente, los cameos son… bueno, bueno, esto para la proyección, y escribimos proyección porque hasta los títulos de crédito finales todo es película. Buena película de zombis, en esta ocasión.
Luis Cruz
