Premios GOYA 2018
Hemos aguantado hasta el final
Lo dijo el gran Saura junto a Penélope Cruz al presentar el Goya a la mejor dirección.
Y aunque además mencionó sentirse feliz al lado de esta chica tan guapa -no comment-, me apunto su frase como título del resumen de una gala llena de fallos, falta de ritmo y con unos gags que todavía no he digerido (como el inicial de El Langui), en una noche con luna llena para hablar en euskera, repleta de nervios, madres y libros.
Una pena por el alto nivel de las películas en competición y una decepción para una 32ª Edición -ya van años-, que prometía ser cañera y divertida.
Pero aun con los premios esperados, igualmente deseados, y ese estupendo decorado de ojos abiertos entre ruedas y engranajes, la gala no terminó de encajar y sus presentadores, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla -graciosos en los spots de la promo previa-, parecían no saber dónde mirar ni mover la maquinaria de Los Goya.
La artesanía de Handia con su nostálgico gigante ganó diez premios.
El par de Goyas a las interpretaciones principales fueron para El autor ; a la emocionante Adelfa Calvo, igual de divertida recogiendo el premio, y al inconmensurable Javier Gutiérrez, quien recordó a todas mujeres de su vida y advirtió de la parte amarga de la profesión, más siendo fémina.
Tres cabezones se llevó la sutil Verano 1993 -incluyendo directora novel, Carla Simón, y Bruna Cusí, actriz revelación- y otro trío, otra catalana que rueda en inglés.

La Librería de Isabel Coixet consiguió la mejor dirección, película y guión adaptado, sorprendió quizá más a la audiencia que los miembros de La Academia, muy del gusto de esos filmes que tanto gustan a las señoras mayores de pelo blanco que llenan las salas, como bien dijo la realizadora tras recibir sus galardones, dedicando cada uno a su madre. Como también Javier Gutiérrez a la suya y por supuesto, Gustavo Salmerón a su enorme Juilta, que ahí estaba homenajeando a todas las mujeres y no sólo a las madres, feliz con el Goya de su hijo al mejor documental.
Y si Muchos hijos, un mono y un castillo es un reflejo familiar con matriarca y personaje, Los desheredados, que se alzó como el mejor corto documental, es la historia de un padre reinventándose a sí mismo tras la crisis económica y a punto de la jubilación.
Con mayor presencia femenina de lo previsible y reivindicando aquello que todavía sigue siendo necesario, el discurso de Nora Navas junto a Mariano Barroso en representación de Yvonne Blake, Presidenta de la Academia, fue de lo mejorcitode la ceremonia; dando todo el sentido y aire a esos abanicos rojo pasión que se unen a la lucha por la igualdad de oportunidades, derrotando la superioridad de género que derrotará la violencia contra las mujeres… Y no basta con ponerse delante de una cámara, también se necesitan directoras, montadoras, guionistas, scripts, compositoras… #+mujeres, por favor, en este campo de nabos tan feminista, según Leticia Dolera.
Después llegaría la Terremoto de Alcorcón mostrándose sin su alter ego y de negro, con otro estupendo speech pero con datos, que siempre ayuda a ver la imagen total de desigualdad.
Mientras los planos caóticos seguían repitiéndose y los micrófonos abiertos dejaban colarse directrices y comentarios, como de realización de ensayo y no de gala en directo.
Hubo momentos buenos, qué menos, como ese Boyero en vídeo que no tiene desperdicio, criticando a la pareja de presentadores. O el gag de unas musas televisivas con su chispa de inspiración para la gran pantalla, sugiriendo ideas a Bayona y Cuerda.
Pero fue con Paquita Salas cuando comenzó a remontar aquello, manteniendo el foco y el chiste que hasta entonces no habíamos visto.
Entonces llegó la elegancia con Marlango y las canciones nominadas interpretadas en directo, triunfando Leiva con La Llamada . Y por un momento, pareció una gala de calidad.
The Square alcanzó el Goya a la mejor película extranjera (Suecia) reivindicando el arte modernillo que merece la pena contemporánea. Y la chilena, Una mujer fantástica , obtuvo el de mejor film latino con su rebeldía, resistencia y amor.
Volvieron los chistes como con retardo, el cachondeo emulando a Los Javis y la enésima burla hacia Alex De la Iglesia, copiando la trama de su última película sin apenas humor, provocando el desconcierto de Maribel Verdú y las sonrisas congeladas de los internacionales Bardem-Cruz y nuestro Perales.

Menos mal que apareció Marisa Paredes, diva y divina, recibiendo el Goya de Honor.
Y Nathalie Poza, bellísima, con un discurso de esos bonitos, resaltando la importancia de l@s compañeros y animando a cualquier chica a lanzarse por ese oficio que salva vidas, te enseña a decir adiós y con el que se aprende a morir.

Una noche extraña para contentar y de difícil elección, porque ahí se ha quedado Lino Escalera y Manuel Martín Cuenca , quienes también hubieran merecido…
Seguiremos soñando.
Esperamos que en el próximo año la gala vaya mejor y cuente con más películas hechas por mujeres.
Todos los ganador@s en www.premiosgoya.com.
Todas las críticas y entrevistas en La Cronosfera.com (salvo Loving Pablo que no hemos visto y aún no tiene pase de prensa previsto)
Y vayan al cine. ¡Vean y vayan, que tienen del bueno para elegir!
Mariló C. Calvo