MADRE de SOROGOYEN y NIETO

Marta Nieto encarna como nunca antes, el dolor y la honestidad del duelo de una Madre, en un largometraje con aires de drama francés y profunda terapia, que nos devuelve la personalidad de Sorogoyen a través un relato duro, bello y catártico. 

Hablamos con la actriz que es la película en sí misma, por una interpretación que suena ya a premio. 

Madre comenzó en un cortometraje de apenas 16 minutos, con la llamada de un niño a su mamá, desde una playa del País Vasco Francés. Sin embargo, la historia se desarrolla en una casa blanca y luminosa de ciudad, a kilómetros de distancia de ese mar que descubrimos desértico en los créditos iniciales, mientras en plano secuencia, la alegría que supone un día de vacaciones para un crío de siete años, se torna angustia y miedo al no encontrar a su padre en la orilla. Es entonces cuando una madre, junto a su madre, y sin poder hacer mucho más que escuchar, viven el crescendo del terror del pequeño a través del teléfono, en tanto la batería va agotándose y un desconocido se acerca… 

Madre de SOROGOYEN

Diez años después y en la misma playa, ahora de veraneo y llena de gente, acompañamos a esa madre por esa misma orilla, habitando el lugar y el espacio que dejó esa inexplicable pérdida. Ampliando el horizonte y el plano, en busca constante y aún con la esperanza en el aire, esta mujer encuentra en un adolescente el deseo del hijo desparecido. 

Y durante más de dos horas, dando tiempo al dolor y al derrumbe para aceptar y tragar el duelo del que todavía está suspendida, vivimos la mutación de sentimientos y sensaciones que surgen de la relación tan pertubadora como pura entre la adulta y el menor, saltándose cualquier premisas, escapando de prejuicios y fuera de todo convencionalismo. Creando ambos una extraordinaria amistad al límite de lo inhabitual, con la sombra del complejo de Edipo y de una nueva pérdida, siempre presente.  

Blanca Apilanez y Marta Nieto en Madre, del corto al largo
Blanca Apilanez y Marta Nieto en Madre, del corto al largo

El corto quedó finalista en los pasados premios Óscar y fue ganador en los últimos Goya, sorprendiéndonos Sorogoyen con este formato, tras haberse confirmado como director de filmes tan reconocidos y premiados como El reinoQue Dios nos perdone y Stockholm, quizás la cinta que mas podría acercarse a esta Madre convertida en largo.

Rodada en su mayor parte en Francia y practicando su idioma en los diálogos, la película desprende cierto aire de cine francés, con ese aroma de psicoanálisis que también resulta muy galo, mostrándonos en cada detalle la exploración del duelo de esta madre hasta su catarsis, magníficamente reflejada con un llamada final y una liberadora sonrisa. 

Madre de Sorogoyen y Nieto
Sorogoyen y Nieto

Madre intenta superar esa última llamada de un hijo que convenció en corto y en cambio, en el cambio, intuyo y que no será del gusto general ni siendo una buena y profunda película, firmada y filmada por Sorogoyen. 

Madre nos sitúa en lugares incómodos y es paciente en el drama, con el omnipresente protagonismo de Marta Nieto (Elena) ocupando cada escena, junto a un destacable reparto con Àlex Brendemühl –Joseba, paciente pareja en la nueva vida de esta madre-, Jules Porier –Jean, el adolescente que le devuelve las ganas de vivir- y Frédéric Pierrot -el padre del crío en cuestión-, entre otros, siendo el trabajo de Nieto tan indispensable como admirable, consiguiendo una mezcla de emociones que alcanza la empatía incluso en un dolor tan personal. 

Elena y Jean (J. Porier)  en Madre
Elena y Jean (J. Porier)

Con una mirada, o un simple cambio en la voz, la actriz provoca tanto curiosidad como celos por la atípica manera de relacionarse en su personaje; sea compartiendo café con la progenitora del adolescente, mesa con el ex que rompió su espíritu, una borrachera entre chavales, o entre jóvenes trasnochados en busca de un after… Sin justificarse ni explicarse, cumpliendo con su rutina vital que no es otra, que dejar salir o callar aquello que siente según el momento, sin hedonismo ni victimismo, dando el tempo necesario a la cura para que esta Madre consiga cerrar ese suspenso en el que vagaba, y logre perdonarse a sí misma y a los demás. 

Estuvimos con la artífice de tal interpretación, conversando con Marta Nieto de todo lo que ha supuesto su papel en Madre. 

LaCronosfera: ¿Rodasteis otra vez el corto como comienzo del largo? 

MARTA NIETO: No, el cortometraje es el mismo. Es la misma toma, el mismo corto que ha circulado en los festivales, pero además la película tiene de interesante el paso del tiempo, esos 10 años que pasan, aunque realmente fueron dos. 

L. C.: ¿Cómo se trabaja con Rodrigo? ¿Es Sorogoyen un director de indicaciones, o máde improvisar?

M. Nieto: Él tiene bastante claro lo que quiere. Y ante eso, hablamos tranquilamente. Yo vengo con mi propuesta y él tiene su feedback, porque él sabe muy bien hacia dónde llevar los asuntosde los que integramos el equipo, así que tiene muy claro lo que te quiere pero también es muy generoso; escucha mucho y se deja influir por los demás creadores de los distintos ámbitos. En mi caso, tenía muy claro qué tenía que trabajar para entender muy bien lo que era la desaparición, la pérdida de un ser querido. Y es verdad que hemos trabajado mucho en conjunto, por ejemplo, yo cada vez que tenía una duda recurría a él, pero entonces llegaba Rodrigo, o yo, con un ‘he encontrado esto’ y un ‘qué te parece’… Creo que esos 10 años, los se ha imaginado con todas sus experiencias, expectativas y situaciones. Por lo menos, con las que he necesitado, y siempre se las he contado a Rodri, quien contaba el otro día que su dirección depende del actor, porque hay intérpretes que necesitan más apoyo y otros que van más a su bola. Yo soy de las que sí necesitan confiar en el criterio del director, y para eso le pongo a prueba, y él me pone a pruebatambién. Rodrigo llega al rodaje con mucho trabajo hecho. Y lo técnico, lo tiene muy claro; como dónde va a poner la cámara y demás. Claro que hay unos ensayos previos, pero la cámara está colocada en función de esos ensayos; de lo orgánico del actor, de lo que necesita, porque él también necesita que ocurran cosas de vedad. Entonces improvisa, cambia cosas y hace que el compañero te diga cosas que no sabías. Y todo para reaccionar. Hay muchas cosas en la peli que pasan de verdad, delante de la cámara y que tiene que ver con provocar una improvisación. Y si tú estás en tu asunto, con tu personaje habitado, pues reaccionas como el personaje lo haría. 

L. C.: Háblame de la última escena con el chico y cómo trabajaste esa relación. ¿Cómo fue el rodaje de esa secuencia final en el coche?

M. NIETO: Lo que yo he sentido en esta relación lo que en realidad he trabajado es que ella no sabe… cuando empieza la película ella tiene esa tragedia que atraviesa toda su estructura. Se encuentra con Jean? y entonces, empiezan a pasarle cosas que hace años que no sentía. Esto lo hablamos e hicimos algún ensayo, pero mucho tenía que ver con el francés y con cómo nosotros nos relacionábamos, porque en mi universo nunca estuvo predeterminado nada de lo que ocurre con Jean, porque creo que Elena no sabe lo que le pasa ni por qué le ocurre, o por qué reaccionaasí. Por lo tanto, a mí no me interesaba tenerlo claro, me interesaba sentirlo, y trabajé esa relación como un despertar hacia otro lugar, que es fruto de esa sensación que tienen entre los dos, que al final es amor. Un tipo de amor -puro, para mí- que no es transitado en ningún lugar, que socialmente no tiene espacio y por eso resulta raro. Pero ellos no se hacen daño y se quieren. Y lo único que les une es que les apetece estar juntos. Y están mejor juntos, que separados. Elena no sabe por qué, pero entiendo que en algún momento puedes explicar el personaje, en la medida que el personaje se explica sólo. Tampoco sé qué ocurre exactamente en el coche. Y te lo cuento como Marta, porque como Elena es simplemente la conciencia de que se tiene que despedir de él, y que ése es su momento de cierre… Posteriormente está la llamada final, que es espejo del corto, pero lo que ocurre en el coche es lo que ella nunca ha podido tener con su hijo. Y no importa si Joseba estará a su vuelta, porque sólo importa la necesidad y todo lo que significa cerrar algo simbólicamente… Y aunque esa secuencia en el coche es muy ambigua y puede despertar diferentes sensaciones, depende de quién lo vea, para mí es esencialmente sanadora, catártica. De hecho, lo que ocurre después del coche se desarrolla con otra energía; él sale del coche con otra energía y ella ya no tiene odio. Ahí queda esa cosa de que el amor sana. Está esa sensación de que aún el trauma más tremendo -como éste-, con amor se puede sanar. Y aunque algún espectador pueda estar incómodo, o pueda resultarle raro, no quita para que ese encuentro sea algo bueno y sea un encuentro en mayúsculas, entre dos seres que se mejoran y luego, siguen su camino. De esto creo, que va la película: de amor. 

L. C.: Tras esa catarsis, llamas a Ramón, tu ex, con una sonrisa que hasta ahora no habías mostrado y entonces, llega el perdón. ¿Qué le dices en esa nueva llamada? 

M. NIETO: Así es. Hay algo ahí que sana. Y de repente, perdona… Le diría que siga con su vida, porque ya no voy a tener rencor. Que lo entiendo. O no. Bueno, no sé, pero que ya está. Que hay un antes y un después, y que por amor, perdono. 

Marta Nieto, Elena, en Madre de Sorogoyen

L. C.: Has rodado en otro idioma. ¿Controlabas hablar francés?

M. NIETO: No, no sabía francés. Lo aprendí para la peli ¡Y me encanta! Ahora quiero trabajar siempre en francés (ríe). Es algo muy chulo, trabajar en otro idioma, porque está desprovisto de connotaciones emocionales y empiezas a verbalizar palabras por primera vez. Mamá, por ejemplo, yo sé lo que significa en mi imaginario y en mi cuerpo, pero en francés mère (mamáes nuevo para mí. Es una palabra que empieza a tener un espacio nuevo y eso también, te da libertad creativa. Además, habla de la dicotomía del personaje, de las dos caras, porque está esa Elena que vive en Madrid, la del corto, y es otra Elena que vive en Francia y habla francés… Con el idioma se simboliza mucho. Y trabajar en francés, con medio equipo francés, me ha parecido un lujo, me parecen grandes profesionales, con una manera de entender el cine y de hablar de cine… Desde los productores, al equipo técnico y por supuesto, los actores… Con un pasión que es de otro planeta.

L. C.: El cine siempre ha tenido mucho apoyo en Francia. Es algo cultural, en todos los sentidos… Esta película, además de estar rodada allí, parece francesa -y lo digo, en el mejor de los sentidos-. 

M. NIETO: Totalmente. Tiene vocación de francesa. 

L. C.: Madre también te ha cambiado la vida. ¿Me equivoco? ¿Cómo estás viviendo el reconocimiento? Fuiste premiada en Venecia y tu nombre suena para Los Goya

M. NIETO: No te equivocas. Así es. Estoy muy contenta. Y muy agradecida de tener el espacio para poder realizarme como actriz y asumir este reto, y que haya salido bien. Yo estoy contenta con mi trabajo y siento agradecimiento… Si vienen los reconocimientos me llenan de alegría, me hacen pasármelo bien y disfrutar, pero creo que la exposición te cambia la vida si pesas menos por dentro, que por fuera. Entiendo que esta situación me llega con una determinada experiencia y me mueve ya poco el piso… Claro que me apetecería vivir la nominación a los Goya, pero sé dónde tengo que ir. Soy una actriz y creadora que tengo muchas cosas que hacer, y muchas ganas de contarlas. Y esto requiere mucho esfuerzo…. Me encanta la fiesta, soy súper lúdica, pero también soy consciente -por millones de crisis que he tenido y profundos aprendizajes- que lo importante es mantener la pasión por hacer las cosas y currártelas. Lo principal es la pasión, transformada en esfuerzo. 

L. C.: ¿Te costaba mucho desprenderte del personaje al ser tan íntimo, tan triste, tan ambiguo¿Qué secuencia te resultó más complicada? 

M. NIETO: Me costaba salir y entrar. Soy madre. Tengo un niño de ocho años y cuando Rodri me enseñó el corto, pensé que eso me podría pasar a mí. De hecho, soy madre separada y mi hijo tenía entonces, seis años. Podría pasarme, perfectamente… Me costó mucho entrar y me costó mucho salir, porque mi cuerpo tenía mucha resistencia y aunque para el personaje sean emociones imaginarias, seas madre o no, siempre se pone mucho de tu manera de ver el mundo, de tus entrañas y me costó, me costó… ¿Y de las secuencias? La que más ensayé es la del coche. En plano secuencia y en francés. Y en esa escena había tensión y tenía que estar muy alerta, muy pis-pa… La rodamos un día entero. Tuvimos 13 ó 14 tomas, como Rodri suele hacer; con un día de ensayos, en plano secuencia, y otro entero de rodaje. También trabajamos mucho la de la casa, con toda la familia para cenar, cuando llego a buscar a Jean… Pero yo tenía más miedo a la del coche, pues si salía mal, había que quitarla (risas) porque no tenía salvación; estábamos en un coche, muy pequeño, y en plano secuencia con todo el equipo… Complicado de repetir.   

L. C.: ¿En qué estás ahora¿Qué proyectos te interesan? 

M. NIETO: Pues estoy en que quiero, que me sigan pasando estas cosas (risas). ¡Que vengan más papeles así de bonitos! Y ahora, estoy en una residencia que ha sacado la Academia de Cine para el desarrollo de proyectos. Se presentaron unos 1000 proyectos -porque hay muchas ganas de hacer cosas en España- y cogieron 15. ¡Y han cogido el mío! Entonces, estoy escribiendo… 

L. C.: ¿Te pasas al otro lado, a la dirección y el guión? 

M. NIETO: Estoy muy contenta. Es cine, y el desarrollo es para hacer largometrajes y series. Estoy en este amparo, que son nueve meses, con mentores, asesores y compañeros… Estoy aprendiendo mucho y es muy interesante. Y voy como todo el respeto y humildad, pero es verdad que también tiene que ver con esta peli; este salto al otro lado, al haberme dado cuenta de la responsabilidad que uno tiene con lo que quiere hacer. Quizás, antes, me daba más miedo, o no estaba preparada, y Madre me ha ayudado en ese proceso al sentirme tan respetada y tan valorada. Entonces, asumo la responsabilidad de lo que quiero hacer y además, ¡me han cogido! Es mucha responsabilidad, la verdad, pero estoy poniendo toda mi intención ahí. 

L. C.: Qué bueno. Espero volvea entrevistarte cuando ese proyecto se haga realidad, por ese largometraje creado por Marta Nieto

MARTA NIETO: Gracias, qué bonito. 

Queda prometido. Pero sospecho que hablaremos de ella, antes… Los premios Goya vienen en breve y Marta Nieto tiene que nombrarse. 

Mariló C. Calvo

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