OFRENDA A LA TORMENTA: Despedida del Valle del Baztán

Ofrenda a la tormenta cierra una trilogía que se abrió, en el cine, el 3 de marzo de 2017, cuando se estrenó, con un éxito considerable, El guardián invisible. Tras la buena acogida por parte tanto del público como de la crítica, se le dio luz verde a terminar el rodaje de las dos partes que quedaban, Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta, que completarían la trilogía de novelas de Dolores Redondo sobre el Valle del Baztán, que también se habían convertido en best-sellers en el mundo literario.

Dirigidas las tres por Fernando González Molina, la trilogía del Valle navarro, que mezcla el género policíaco que resuelve crímenes en las circunstancias más extrañas y la mitología de la zona, supone el primer proyecto en España para el que se rodaban las dos películas finales a la vez. Lo cual, sin saberlo por entonces, dicho plan le ha hecho un favor al proyecto teniendo en cuenta que la pandemia, de la que seguimos pendientes, podría haber hecho que la trilogía cinematográfica corriera peligro.

De hecho, ha sufrido varios reveses, pero no en sus etapas de producción: el estreno de la última entrega, Ofrenda a la tormenta, tenía que haberse producido en salas, el pasado 27 de marzo, tras haber inaugurado el festival de Málaga. Ni una cosa ni la otra acabó pasando. Su estreno se pospuso y se colocó, inicialmente, el 12 de junio, pero la distribuidora, DeAPlaneta, también cambió eso y la va lanzar, definitivamente, en la plataforma Netflix, sin pasar por los cines.

Aún así, esperemos que su éxito sea el que inicialmente se esperaba que tuviera. O a lo mejor alcanza más, porque aunque no tengamos datos que lo corroboren porque Netflix no los hace públicos, todos sabemos que el hecho de que una película se estrene en dicha plataforma tiene un espaldarazo increíble, unas posibilidades enormes de que los espectadores la acojan tan bien o mejor que si solo estuviera disponible en las salas oscuras. Aunque es cierto que Legado en los huesos no tuvo la misma acogida que El guardián invisible, siendo mejor película que la que abría la trilogía, no tiene por qué limitar las ganas que se tengan de asistir al cierre de la historia.

El equipo de Amaia Salazar (Marta Etura) trabaja a pleno rendimiento

Después de habernos acercado de la manera más íntima posible a la vida y al pasado de la inspectora Amaia Salazar (Marta Etura), en Legado en los huesos, y habernos dejado noqueados con lo que esta entrega supone para ella, nos disponemos a cerrar heridas y a juntar todas las piezas del puzzle de este Valle del Baztán, lleno de mitología, brujería y ritos que en el siglo XXI ya no son lo que más se lleva, pero como bien nos dejan claro en Ofrenda a la tormenta, si algo de brujería está pasando, por mucho que tú no creas en ello, va a resultar que es real.

Y por muy policía que se sea, por mucho que se tengan los pies en la tierra y se pretenda aferrarse a los hechos científicos, hay que hacer caso a esa enseñanza, porque si está ocurriendo algo alrededor de la brujería, hay que centrarse en que es brujería y no otra cosa lo que está causando muertes.

Es difícil de entender para Amaia, pero si quiere resolver la muerte de una niña en Elizondo y los casos sin resolver que parece que giran sobre éste, ha de abrir la mente y pensar que a lo mejor la frialdad del asesino se debe a razones más allá de la realidad que ella acepta.

Así las cosas, le pedirá ayuda al juez Markina (Leonardo Sbaraglia), para poder entrar en lugares que no están autorizados sin orden judicial, mientras recibe el continuo espaldarazo de su compañero Jonan (Carlos Librado ‘Nene’), para conseguir desvelar los secretos que se ocultan tanto en el caso presente como en los casos del pasado y en la mitología, menos dormida de lo que parece, que habita en el Valle.

Leonardo Sbaraglia, un actor cada día más sublime

Ofrenda a la tormenta baja un escalón respecto a Legado en los huesos y se pone a la altura de El guardián invisible como película y como entretenimiento dentro del género policíaco, hoy llamado thriller para vender más, pero que no deja de ser el de los detectives e inspectores de policía que resuelven casos, más o menos turbios, eso no afecta a la etiqueta del género en sí.

Y es que Legado en los huesos es la gran película de esta trilogía, en contenido y en emoción, en el logro de absorber al espectador y pegarlo a la silla sin que parpadee y de mantenerlo en vilo hasta un final que lógicamente queda abierto para cerrarlo ahora, y tan alto deja el listón que es muy difícil de superar. Claro está, no lo hace.

Pero Ofrenda a la tormenta tiene muchas virtudes, casi las mismas que la primera entrega, El guardián invisible. Ambas son apasionantes y muy entretenidas. Aunque tras Legado en los huesos habríamos querido que nos diera más. Pero esto que nos da no está nada mal.

El relato de los sucesos es trepidante, no puede quejarse ningún espectador de que las dos horas y veinte de película se le hagan largas, porque no será así. Y en esta ocasión tenemos a un actor en estado de gracia en el que van a centrarse todos los ojos: Leonardo Sbaraglia.

El argentino, que está viviendo una madurez interpretativa envidiable, a un nivel estratosférico, nos ofrece en este cierre un personaje más desarrollado que en el título previo, donde conocimos a su juez, con unas luces y unas sombras admirables que tienen que ser un regalo para cualquier actor pero que no cualquiera, en la profesión, es capaz de reflejar. Leonardo se mete en su piel como si él mismo fuera ese magistrado al que no tenemos claro si amar u odiar. Menudo acierto por parte de Sbaraglia cada uno de los matices que le aporta.

Y en general, el reparto también lo es. Un acierto, quiero decir. Carlos Librado (Nene), tiene un papel de esos bonitos que no creo que el actor olvide fácilmente, Elvira Mínguez, como secundaria hermana de la protagonista, cuenta con una breve aparición, pero como viene siendo norma en Elvira, desde que la conocimos en Días contados, solo necesita aparecer para hacerse con la pantalla.

De Susi Sánchez poco podemos decir. Ya en Legado en los huesos nos deleitó con cinco minutos de interpretación pero cinco minutos que nos dejaron helados y nos encogieron en la butaca. No hay papel pequeño, suele decirse, sino actores que no saben sacarle partido. No era el caso de Susi, y tampoco lo es en Ofrenda a la tormenta, pero… ahí lo dejo, en ese pero con puntos suspensivos. Ampliar información es arruinar su trabajo.

Actores espléndidos, un guión solvente y un cierre más que digno a una trilogía que empezó dándonos muchas alegrías y que ha continuado su camino por la misma senda.

Esperemos que el cine de nuestro país continúe con adaptaciones de novelas a este nivel, y desde aquí lanzo la idea de llevar a la pantalla grande la trilogía de Carmen Mola, por si algún productor se anima y se anima a hacerla tan salvaje como su original literario, y se anima también a rodarla como ésta, seguida, sin esperar al resultado en taquilla. Porque está comprobado que las cosas bien hechas van a funcionar siempre, y el caso de la trilogía del Baztán en el cine es el ejemplo perfecto para tomarlo como base para futuros proyectos.

Silvia García Jerez

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