Las cosas que sé que son verdad

Embelesados desde el primer minuto en que comienza la extraordinaria dramaturgia que se desenvuelve en medio de un jardín rigurosamente cuidado por Bob (Julio Vélez), el patriarca de la familia que desde hace bastante tiempo a ello se dedica como válvula de escape, ante la incesante batalla que conjuntamente con su esposa Fran (Verónica Forqué), se enfrentan al imponer de manera absorbente y autoritaria, la formación a sus cuatro hijos: dos chicos y dos chicas que simbólicamente como los cuatro puntos cardinales, rodean a sus padres, cuyas vidas giran en viceversa alrededor de ellos, en un remolino hostil de conmociones en la búsqueda de la felicidad y la autorrealización de cada uno.

El primer enfoque comienza con la narrativa y destellos de sensaciones derivadas por la llegada anticipada del viaje emprendido en Europa por la pequeña de la casa: Rosi, que siendo la menor de sus tres hermanos regresa con su mochila inundada de aflicciones, ante la caída al salto al vacío en dejarse llevar por el impulso de experimentar a lo que ella llamó “sentirse viva”, generando de repente una revolución familiar que más tarde se disipó por la rutina del día tras día.

Seguidamente, casi de inmediato todo se centró en el drama que atravesaba su hermana mayor, quien a pesar del rechazo de sus padres (Fran y Bob) al cambio que había decidido tomar como nuevo rumbo de vida, con el suficiente carácter y determinación, nada la detuvo en efectuarlo.

Por si fuera poco de lo que ya había ocurrido, el primero de los varones desafía todas sus creencias limitantes y perjuicios creados en su hogar, y devela lo que tenía reprimido en su interior desde hace mucho tiempo sobre su género. El segundo de ellos, su ambicioso hermano, saborea el desconsolado temor de ser atrapado por la justicia al ser partícipe de actuaciones fraudulentas para obtener ingresos mal habidos. Ha! Pero nada de esto te prepara para el inesperado e impactante final de la obra.

La magnífica actuación de los intérpretes: Verónica Forqué, Julio Vélez, Pilar Gómez, Jorge Muriel, Borja Maestre y Candela Salguero, no deja que nadie se escape de sentirse envuelto en el torbellino de emociones que generada el transcurso de la polémica que, incita a reflexionar lo que pensamos que es verdad y de lo que no lo es;  por lo que les recomiendo absolutamente que sean espectadores de “Las cosas que sé que son verdad”, en Teatros del Canal

Karlen Villasmil

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