ARMANDO DEL RÍO: El móvil tiene muchas posibilidades a desarrollar en el mundo del corto
Armando del Rio es uno de los actores más populares de nuestro cine. Y de nuestra televisión. Ha hecho de todo, series como Más que amigos, Compañeros o A tortas con la vida, y películas bajo la dirección de Bigas Luna o Montxo Armendáriz, pasado del cual hablamos en esta entrevista a propósito de su tercer cortometraje como director, Karma, un viaje a otras vidas a través de la hipnosis. El intérprete nos desvela a continuación que siempre ha querido dirigir y las dificultades que ha tenido para llevar a cabo su Karma.

La Cronosfera: ¿Por qué Karma? ¿Por qué contar esta historia?
Armando del Río: No lo sé. Estaba buscando una historia para escribir y para poder dirigir mi primer largo y me vino esta historia en un viaje en tren. Y prácticamente se formó sola en la cabeza y a partir de ahí empecé a investigar un tema que me pareció que era muy cinematográfico, muy dramático. Y a mí siempre me ha gustado la ciencia ficción pero también con cierto grado de esoterismo y espiritualidad, que tiene esta historia. E investigando y leyendo me pareció que esto de las reencarnaciones era bastante plausible, que de pronto podía explicar muchas cosas, muchos comportamientos y demás, y me pareció muy atractivo para escribirlo.Y me puse a ello.
La Cronosfera: O sea, que no has tenido ninguna experiencia con hipnosis.
Armando del Río: No, no he hecho aún ninguna pero sí que conozco gente que ha escrito libros que ha estado revisando el guión y que me han ayudado un poquito. El doctor José Luis Cabouli, que ha escrito libros como Terapia del alma o La vida antes de nacer, que me ha apoyado un poquito y que espero que siga apoyándome para hacer también el largometraje.
La Cronosfera: Porque vas a hacer también el largometraje.
Armando Del Río: Sí, la idea es esa. Acabamos de terminar una quinta versión del guión y estamos hablando con una productora en Ecuador y estamos empezando a moverlo.
La Cronosfera: Una especie de Madre 2, ¿no?
Armando Del Río: Sí, lo que pasa es que yo tenía ya en la cabeza el guión del largo. El corto en realidad lo querían para poder vender el largo. Un poco también como teaser de venta.
La Cronosfera: ¿Este es el reparto que tenías en la cabeza, también para el largo?
Armando Del Río: No, el largo dependerá mucho de quién entre. Porque yo lo tengo pensado como coproducción. Con Francia, en principio. Pero dependerá también de los productores, de los que depende la financiación.
La Cronosfera: Pero para el corto sí era el reparto que querías.
Armando del Río: Sí. Además los conozco a todos. Unax es amigo, a Fernando lo conozco también desde hace mucho tiempo, Laia es mi mujer. Así que sí, son mis primeras opciones.
La Cronosfera: ¿Trabajar con tu mujer es más fácil por el hecho de ser tu mujer?
Armando del Río: La conoces y ya sabes un poco de qué pie flaquea. Al resto, a veces te equivocas porque no sabes exactamente cómo son o cómo suelen trabajar, así que en ese sentido sí es más fácil.

La Cronosfera: ¿Hasta qué punto te ha resultado complicada la producción? Porque transcurre en varias épocas.
Armando del Río: Ha resultado complicado pero en realidad luego ha salido bastante rodado todo. Lo que pasa es que escribí el corto muy rápidamente y en realidad ya tenía unas primeras versiones del largo y lo presenté rápidamente porque había una subvención de la comunidad de Madrid, que me dieron. Y entonces ya tenía el guión y me tenía que lanzar a rodarlo, así que adelante.
Adelanté yo el dinero, que siempre en los cortos al final acabas haciendo inversiones pero no recuperando el dinero. Y conseguí también a la empresa FTFCAM, que lleva a Tote trenas, al director de foto, que me puso también todo el equipo técnico, las cámaras, las lentes, hizo la dirección de foto, y también me ayudó con la postpo y la colorimetría, y por ahí abarata un poco los costes.
Pero el corto fue bastante caro y no ha conseguido subvenciones a posteriori ni nada del Ministerio, aunque han dejado dinero sin asignar, lo cual me parece un poco flipante. Y el resto bien, porque era gente que le gustaba mucho la idea, la historia de las reencarnaciones y del Karma. Fue complicado sobre todo el tema del bosque, porque además nos pilló todo el primer día de frío del año pasado, que acabó nevando el día ese. Había también humo. Fue un día complicado. Pero por lo demás bien.
Rodamos en una casa que tengo yo en Guadalajara, que tenía un poco de infraestructura por ahí, y luego rodamos también en mi casa. Y alquilamos otra casa más. Sí, fue complicado de solucionar.
Luego teníamos la escena del ahorcamiento, que eso fue también complicado, y el último día. Tuvimos que colgar una barra, todo eso con una luz muy noche, entrando luz de fuera con un camión, con un focazo grande que teníamos. Fue un día de esos que te pasas seis horas preparando un plano.
La Cronosfera: Con eso de que no has tenido ingresos posteriores, siempre facilita mucho el paso por festivales y las ventas que se tenga en ellos, también de cara a poder estar en los Goya. ¿Está pasando eso con el corto?
Armando del Río: Sí, más o menos. No creo que vayamos a llegar a los Goya. Hemos entrado en varios festivales preseleccionadores, pero tienes que ir a cinco o a seis, creo, y llevamos cuatro. Y está complicado porque quedan ya pocos que no hayamos intentado entrar.
De todos modos, lo de los festivales, al final, es como una merienda de negros. (Risas) Hay muchos, muchos, muchos cortos, hay festivales que programan más y otros que programan muy poquitos. Luego hay un circuito de cortometrajistas que se conocen entre ellos, y que conocen todos los festivales, entonces es más fácil que entren, por un lado, y a no ser que sea un corto que destaque muchísimo es un poco complicado.
De todas formas, está funcionando razonablemente bien. Llevamos treinta y tantas elecciones, unos cuantos premios y se está viendo bastante. De todas formas, esto depende del dinero que tengas para la postpo y para meter en festivales, en realidad. En España suelen ser gratis casi todos, o con un precio muy bajo, pero luego en Estados Unidos son muy caros y en otros sitios son muy caros.
Así que una vez que haces un lanzamiento, que lo he llevado yo, el tema de distribución, una vez que haces el lanzamiento del corto ya me quedé sin dinero y he parado un poco de mandarlo. Ahora ya va un poco con el rebufo de lo que mandé en su época. Luego depende de a cuántos festivales mandes tú también para tener selecciones. Tampoco he mandado tanto.
La Cronosfera: Tengo que felicitarte porque leí en los créditos finales que los créditos iniciales los diseñaste tú y los hiciste tú, y me encanta que alguien se dedique a darles importancia porque últimamente van todos al final y es como que dieran igual.
Armando del Río: A mí también me gustan los créditos al principio. No sé, igual es una cosa más antigua, pero a mí me gusta que por lo menos estén los actores y la dirección. Saber un poco quién hace las cosas.

La Cronosfera: Es tu tercer cortometraje, ¿desde cuándo te planteaste pasar a la dirección?
Armando del Río: Siempre lo he tenido en la cabeza. Yo cuando llegué a Madrid en el año 88 hice un curso general de cine en el TAI, lo que pasa es que luego lo dejé un poco y me centré más en la interpretación. Pero sí, llevo unos años pensándolo. Creo que hice La leyenda del hombre lento, mi primer corto, en el 2005, creo, y lo que pasa es que nunca se ha dado la oportunidad de hacer más. Pero sí, siempre me ha gustado y sobre todo contar mis propias historias. Y también el mundo de la edición, del montaje de la peli. Me gusta todo el proceso de la película.
La Cronosfera: Has trabajado con Bigas Luna, con Montxo Armendáriz, con directores muy importantes. ¿Qué enseñanzas has sacado de ellos a la hora de poner tu granito de arena en la dirección?
Armando del Río: Bueno, más que en ellos, yo al final en lo que me baso es en mi imaginario. Lo que recuerdo de las películas que he visto. De pequeño, de joven o ahora de adulto. Más que una cosa de técnica de rodajes es más el comportamiento de Montxo Armendáriz a la hora de rodar. La seguridad, el cómo te comportas en un rodaje a la hora de mover un equipo. Eso es tan importante como luego la actitud rodando.
Pero al final es más un maremágnum de cosas que tienes en la cabeza, y que el guión te va llevando. Hay una forma de contar una peli, pero tampoco hay tantas formas de contar una misma peli. La puedes contar de dos o tres formas. Bien, mal, regular, pero tampoco hay tantas formas de contarla. Depende, pero los creadores tienen su propio mundo imaginario pero porque tienen un guión que los lleva hacia ahí. Te tienes que dejar llevar por la historia.
La Cronosfera: Hablando un poco de tu carrera, hay una serie que me fascinó y que fue además en la que yo descubrí a Luis Zahera, que fue A tortas con la vida. ¿Qué recuerdos tienes de ella?
Armando del Río: ¿A tortas con la vida? Jajaja, qué fuerte. Ostras, no es una serie de la que me suela hablar la gente, porque no tuvo tampoco muy buena acogida.
La Cronosfera: Yo me reí a reventar.
Armando del Río: ¿Sí? Me alegro, me alegro. Pero yo no tengo muy buen feeling con ese trabajo. Trabajamos con José Luis Moreno y hubo algunos problemas a posteriori. No soporto su forma de trabajar. Entonces fue un poco hacer de tripas corazón. Eso sí, tuve la suerte de coincidir con muy buenos actores y con gente muy guay, como con Miren (Ibarguren), como con Olivia Molina, con mucha gente que luego he seguido viendo y que son muy buena gente. Pero la serie en sí, yo no la disfruté demasiado. No era además el personaje que yo quería hacer, yo quería hacer algo más cómico, él quería que hiciera algo más galán, y ahí chocamos un poquito también.
La Cronosfera: Vaya, todo lo que yo la disfruté tú no la disfrutaste.
(Risas)
Armando del Río: Luego hicimos una segunda temporada que tampoco funcionó. Digo a efectos de público. Yo la hice un poco también por desquitarme de la primera. Por el tema económico también, pero por desquitarme de la primera porque yo no había quedado muy contento con el trabajo.
La Cronosfera: ¿Cómo ves el cine español desde que empezaste hasta hoy?
Armando del Río: Ha cambiado mucho. En todos los sentidos. Hay mucha más gente preparada. Antes había muy poquitos directores realmente buenos, que supieran dirigir una película con ritmo. No había tantos. Ahora yo creo que hay muchos más. Siempre ha habido buenos técnicos. Las historias también, los guionistas también creo que se atreven más, aunque al final estamos más en manos de las cadenas.
Ahora han entrado las plataformas y se abre un poco más el abanico. Después de la crisis ha desaparecido la clase media: o haces películas con cuatro duros o te las tienen que financiar Atresmedia o Mediaset. O TVE, pero menos ya. Y al final se hacen solo o comedias románticas o thrillers. No salen mucho de ahí.
Aún le falta al cine lo que está haciendo la televisión, que es abrir un poco más el repertorio de ideas, arriesgar más. Hay películas, por ejemplo Ventajas de viajar en tren, que me parece una apuesta súper arriesgada y me gustó mucho. Este año ha habido cosas bastante arriesgadas, como El hoyo. Historias que son nuevas y son un soplo de aire fresco.
La Cronsofera: ¿Qué se podría hacer para que, de cara al público, éste pudiera ver más cortometrajes?
Armando del Río: Yo preferiría poner cortometrajes en vez de anuncios antes de las películas. Estaría muy bien, pero tampoco puedes poner un cortometraje de 15 minutos, ó 18. El mío dura 16, y la gente no va a ver el cortometraje, va a ver la película. Tendrían que ser cortitos. Las televisiones tendrían que hacer algo de apuesta. Hay algo en TVE, algo en Movistar, pero realmente, con toda la producción que hay de cortometrajes se podrían hacer cosas muy específicas. Y ahora que está el rollo este ‘millenial’ de hacer cositas con el móvil algún tipo de plataformas para visualizar cortos, que ya existen, pero quizá no son demasiado conocidas aún.
La Cronosfera: Cortos en los Stories de Instagram.
Armando del Río: Eso sería demasiado corto, pero sí puedes ver algo de 8 minutos mientras vas en el metro. El móvil tiene unas posibilidades que en el mundo de los cortos aún no están desarrolladas del todo.
Silvia García Jerez