¡Shazam! La furia de los dioses: Mucho ruido y pocas nueces
Shazam/Billy Batson (Zachary Levi) es un adolescente/superhéroe que no tiene claro cómo afrontar su destino, pues en realidad se trata de un menor, abandonado a su suerte en una casa de acogida, huérfano que busca su lugar en la sociedad basado en la ciudad más poblada de Pennsylvania aka Filadelphia. !Shazam! La furia de los Dioses se agradece bastante ya que todas las adaptaciones de los cómics a la gran pantalla pertenecen por Ley a los ciudadanos de «la ciudad que nunca duerme» (Spiderman, Superman, Los 4 Fantásticos o «guiño guiño» Batman) o, en todo caso, a los habitantes de «la ciudad de los sueños» (Hulka, Darkman) o de Yerba Buena (Veneno, Caballero Luna).
Esta vez parece que le ha tocado la lotería a la buena gente de «la ciudad del amor fraternal», si esperan alguna ciudad más allá de la frontera estadounidense eso se resolverá próximamente: Deadpool. Los hay que dentro (de los límites territoriales de la Tierra) han llegado más lejos: Japón – se adaptó Zebraman – Inglaterra – aparentando ser Dredd – República Checa, Hungría – Hellboy aunque no tenga una ciudad fijada en su mapa superheroico – y la «marca de España» – bien llevada por Superlópez cuya primera aparición en la gran pantalla fue en el 2018. Por no hablar de Loki, La mujer maravilla u Obsidian, hijo de Linterna Verde. El primero conocido como el Dios del Engaño, la segunda de nacionalidad Themysciriana y el tercero ya lo he dicho.
La secuela (que llega más tarde de lo que se esperaba) de Shazam! (2019) llega a nuestras pantallas cuatro años después de su predecesora – la primera que aportó un toque de frescura, humor y menos oscuridad al DCEU junto a las aventuras en solitario de la Dr. Frances Quinzel en la fantabulosa emancipación de Harley Quinn (2020) y una pandilla que reluce de lo lindo en el Escuadrón Suicida (2021), un cross over que no se avergüenza de mirar cinco años atrás –
El caso de !Shazam! La furia de los Dioses es de analizar pues puede que inflar el presupuesto para el CGI no haya sido tan acertado y un guión que se siente perezoso en su tercer acto. El principal motivo del desgaste de la fórmula original ha sido el contrato del nuevo: guionista Chris Morgan (habitual de la saga Fast & Furious) y un presupuesto mayor (30M$ más que su predecesora). El primero hace honor al easter eggs meta snyderista con caceos esperados y un nuevo rumbo hacia lo desconocido.
La hijas de Atlas son las encargadas de contrarrestar on una secuencia inicial más que aceptable para presentar la motivación principal de Kapylso (Lucy Liu) y de Hespera (Helen Mirren). Más tarde (SPOILER) descubrimos que Anthea (Rachel Zegler) también forma parte de este trío (en el que si sumamos las edades superando la edad de jubilación postmilenaria) calavera y que ha seducido a Freddy (Jack Dylan Grazer) para lograr su misión encomendada por sus hermanas mayores de reclamar el bastón y los poderes de Billy (Asher Angel).
Tampoco faltarán referencias en !Shazam! La furia de los Dioses a la muñeca Annabelle (secuela dirigida por F. Sandberg), Starro, E.T. o Stephen King (Under The Dome). Olvídense de quemar calorías en el gimnasio pues esto más que un blockbuster de acción superheroica es pura adrenalina para los músculos oculares. Y recuerden quedarse hasta el final.
Lo mejor: Helen ‘OBE‘ Mirren como supervillana.
Lo peor: un metraje alargado hasta la extenuación en el tercer acto.