ISAK FÉRRIZ: Es muy importante no perder la experiencia colectiva del cine

Infiesto es el nuevo trabajo de Patxi Amezcua, un director que no se prodiga demasiado como tal, porque su labor como guionista es más prolífica, pero que cuenta con cintas muy interesantes en su filmografía, caso de la fabulosa 25 kilates o, Séptimo, aquella, algo más fallida, que protagonizó Ricardo Darín. Ahora llega Infiesto, una villa, capital del concejo asturiano de Piloña, que da título a la película que el día 3 de febrero se estrena en Netflix.

‘Me apetecía hacer un thriller de dos policías que están investigando algo’, nos cuenta el propio director en las oficinas de Netflix en Madrid, donde tiene lugar la entrevista que le hacemos, ‘y tenía también el entorno de la cuenca minera asturiana, que es muy peculiar y muy interesante visualmente. Tenía estos dos elementos y pensé que en algún momento tenía que hacer algo con este entorno. Y cuando llegó el confinamiento me pareció que llegó el tercer elemento que le podía dar un subidón a la historia.’

Y es que Infiesto comienza el día antes del decreto del Estado de Alarma, por lo que la pandemia de Covid-19 empieza a hacer estragos en España, y al mismo tiempo aparece una niña con signos de haber sido maltratada. La vemos en la carretera, la policía está presente, y cuando le preguntan, la pobre solo puede gritar.

Los agentes que se van a ocupar del caso, interpretados por Isak Férriz e Iria del Río, descubren muy pronto que ha sido secuestrada y tratan, por todos los medios, de dar con el o los culpables. Pero la investigación no resulta fácil debido a la pandemia, y aún así tendrán que hablar con los testigos que les sea posible conseguir, entre ellos al padrastro de la niña aparecida, al que da vida Luis Zahera.

Luis Zahera
Luis Zahera

Patxi nos cuenta, al respecto del actor de As bestas, que aunque su personaje no sea chungo, como aquí, ‘el look y la forma de hablar siempre te genera un poco de inquietud. Y en pantalla tiene mucha fuerza, tiene una voz y una dicción muy potentes. Llena la pantalla. Con esa presencia se te van los ojos, te coge toda la atención. Tiene fama de hacer lo que le da la gana pero es un tipo que si le dices y le marcas, te da lo que le pides. Es muy profesional. Además siempre te da algo extra, alguna reacción, algún gesto que agradeces. Pero si le pides algo muy concreto lo recibe, lo mimetiza y te lo da como tú quieres.’

Sus compañeros de reparto también corroboran lo sensacional que es trabajar con Luis Zahera. Isak Férriz afirma que es ‘un lujo por un lado; por otro, una exigencia a nivel interpretativo. Es un animal como intérprete, es muy libre… su método es el método retador. Cuando estás en una escena con él siempre te está retando, siempre está buscando que tú saltes por los aires. De hecho él lo provoca cambiando cosas de texto.’ Iria añade que ‘pero te regala perlas, porque si tú entras en el juego que él propone, y es un placer entrar porque todo lo que es nuevo al final está vivo, lo agarras y lo usas. Te regala momentitos y te los regala a ti, porque es tu plano, no es el suyo. Y piensas: ‘Ostras, tío, gracias.»

Y sí, Zahera está tan descomunal como suele. Su personaje es secundario pero uno no se olvida de haberlo visto. Lo hace intenso pero divertido. Su presencia es imponente pero aún así consigue arrancarte la carcajada. Qué bien maneja Luis la tensión y el alivio cómico cuando se necesita.

Infiesto es un thriller un tanto de manual. No inventa nada pero entretiene y engancha. Una producción de Netflix un tanto estereotipada pero que funciona y que nos mantiene pegados a la pantalla en la que solamos ver la plataforma. Isak Férriz admite que ‘hay algo muy bonito en el hecho de que tu trabajo, al que le has dedicado tanto esfuerzo, tenga esta visibilidad, pero yo, como amante del cine, echo de memos que la película pase por sala aunque sea una o dos semanas. Creo que es muy importante no perder la experiencia colectiva. Es algo muy único. Todos nos acordamos de nuestras películas favoritas cuando las hemos visto en una sala de cine. Casi nunca decimos: ‘estábamos viendo en casa’… porque hemos visto tantas cosas en casa… pero esa experiencia de ir con ese colega al cine o a la filmoteca… echo de menos eso. Pero Netflix está dando mucho trabajo a mucha gente y eso es una maravilla.’

Efectivamente, el catálogo propio de Netflix se renueva casi cada semana, la producción propia que tiene, ya sea película o serie, es mastodóntica, si contamos no solo con lo que se hace en nuestro país. Casi todos sus productos están muy cuidados, pero hay algo que falla en Infiesto, y es que tenemos el confinamiento muy reciente en la memoria, también por el shock que supuso su llegada y los protocolos que tuvimos que asumir como ciudadanos, algo que no habíamos vivido nunca y a lo que tuvimos que acostumbrarnos de un día para otro.

En Infiesto esos primeros días de confinamiento no están muy bien retratados, sobre todo en lo que al personaje de Iria del Río y su novio se refiere. Respecto al de Isak, lo que a él le ocurre sí está más pegado a la realidad del momento, pero llama la atención lo que sucede con su compañera. Y el uso de las mascarillas. Qué extraño resulta no verlos con ellas. Son los protagonistas y no verlos tapados también podía sacarnos del relato: se hace raro que ellos no las lleven cuando sus compañeros sí las tienen puestas. Pequeños detalles que más allá del guión nos remiten a una circunstancia que tenemos muy reciente.

Al respecto, Patxi recuerda: ‘Estamos en el día 1 del confinamiento y todavía el ‘mundo mascarillas’ no había llegado. Tampoco a la Policía. Nosotros lo hemos jugado haciendo que en esos días los compañeros les den mascarilla y les dicen que las usen. El policía municipal sí la lleva y les dice que esto es algo serio. Hemos intentado jugarlo como que unos sí sabían que era algo serio y que otros no lo tuvieran muy claro. Cuando el Comisario se las da ellos se las ponen, las tienen un rato y luego las quitamos de en medio otra vez.’

Pero en realidad, más allá del marco de la pandemia, Infiesto es una película sobre una investigación policial, un caso que mantendrá al espectador en vilo y que a pesar de sus lugares comunes lo va a tener entretenido el escaso tiempo que dura. Porque no es una película larga, como muchas de las que están llegando tanto a los cines como a las plataformas. Hora y media, como las duraciones standard de antaño. Parafraseando el dicho popular, el entretenimiento a veces, aunque cada vez menos, viene en tarros pequeños.

Silvia García Jerez

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