LA FAMILIA ADDAMS: Entrañable oscuridad
No es la primera vez que La familia Addams nos visita, pero en esta ocasión lo hace en formato de animación 3D con cuerpos estilizados y diseños de lo más llamativos.
Los personajes, esta peculiar familia tan macabra como entrañable, nacieron en el periódico The New Yorker, en caricaturas publicadas por Charles Addams que fueron llevadas primero a la pequeña pantalla, en una serie de televisión que se emitió en los años 60 y luego a la grande en dos films dirigidos por Barry Sonnenfeld en los 90: La familia Addams y La familia Addams: La tradición continúa, ambas protagonizadas por Anjelica Huston, el malogrado Raúl Juliá y una Christina Ricci que sigue siendo el perfecto ejemplo de la mejor Miércoles posible.
Ahora, la acción real se cambia por la animación, justo al revés de lo que Disney está haciendo con sus títulos, y Universal convierte en adorables familiares a los vecinos más oscuros y macabros del barrio.
Porque para esta Familia Addams lo importante es encontrar un hogar lo suficientemente desagradable, inquietante y sucio como para plantearse una existencia confortable. Hasta que atropellan a un hombre con un atuendo que les parece adecuad y que resulta ser del manicomio de la localidad, situado en lo alto de una colina de New Jersey. Para entrar a vivir.
La familia se dispone a ocupar el lugar, que no puede ser más perfecto, y van decorándolo a su gusto. Pero un lugar nuevo implica nuevos vecinos, posibles compañeros de instituto que le abrirán la mente a Miércoles de una manera alegre que en nada gusta a su madre, y supone también la entrada de la villana de turno, una decoradora de casas, con programa de televisión incluido, a la que la lúgubre mansión de los Addams le resulta un incordio para la estética del barrio.
La familia Addams es una delicia. Ya sabemos a lo que vamos cuando nos acercamos al cine a verla. Una familia rara que no deja de hacer excentricidad tras excentricidad para sentirse como en casa. En el fondo, como las de todos nosotros, porque cada uno tiene las suyas, pero como las de la familia de Morticia y Gómez son tan extremas nos hacen gracia porque sin querer hacer daño a nadie hacen gala de un mundo aparte del del resto. Y eso, en la ficción, resulta especialmente inspirado.
Pero es que además es una delicia por sus diseños, a cual perfilado con más acierto dentro de sus nuevos y finísimos perfiles. Y por sus momentos especialmente cinéfilos, con referencias claras a IT, a Poltergeist o a algún que otro título que es mejor no citar para que se descubra con el asombro que se merece, esperando, claro está, que se haya visto la película a la que se hace referencia.
También es una maravilla asistir a cada detalle macabro de la familia, que tiene cientos a lo largo del metraje, caso del colorete que usa Morticia, y descubrirlos uno a uno es un ejercicio especialmente estimulante para el espectador entregado a una narración en la que en realidad esos detalles no hacen sino aportarle genialidad a una cinta que se estrena, muy oportunamente, para poder ser disfrutada en Halloween, porque es el título ideal para ir al cine con la familia y sentarse un rato a conocer las costumbres de estos habitantes de New Jersey, tan atípicas como lógicas dentro de su mundo siniestro.
La familia Addams que ahora se estrena no descuida la realidad más cruda dentro del público infantil que vaya a verla, porque el acoso escolar está muy presente, así como el comportamiento adolescente con el que los padres suelen tener que lidiar. Llevar la contraria en todo significa, en este film de animación, exponerse a una situación ligeramente surrealista que le da una frescura a la película que tal vez muchos no esperaban.
Miércoles y sus nuevas amistades no traerán nada bueno a la familia. O sí, según se mire, según de qué familia se trate. El vaso puede estar medio lleno o medio vacío, y para Miércoles van a cambiar algunas cosas dentro de su lúgubre y poco excitante día a día.
Una Miércoles a la que le presta su voz en versión original la estupenda Chloë Grace Moretz, y a la que le otorga una entidad tan especial que logra que Miércoles se convierta, además de por el protagonismo que de por sí su personaje ya tiene, en un rol fundamental en el conjunto del film.
Porque el trabajo de Charlize Theron poniéndole voz a Morticia es el otro toque infalible de la película. Charlize interpreta a una Morticia dulce pero irónica y un tanto malévola a la hora de dar su elegante y terrorífico final a las frases, pero es Chlöe la que brilla con luz propia dándole a Miércoles la oscuridad de la que también hace gala en su voz.
El diseño de producción, ese mayordomo que resulta ser Frankenstein, una de tantas ideas sobresalientes en la película, la tradicional Cosa, esa mano llena de expresividad que no puede falta en ningún largometraje de la familia o el primo IT, que aquí no es un payaso asesino sino ese peludo miembro de la familia que habla de forma ininteligible y a quien luego, claro, traducen sin esfuerzo, todos van formando con sus granitos de arena a esta familia, para convertirla en una de las más apetecibles y, aunque no lo parezca, agradables de la cartelera.
Silvia García Jerez