El oficial y el espía: el caso Roman Polanski
Tras la desastrosa Basada en hechos reales, Roman Polanski vuelve a ser su mejor versión y ,curiosamente, lo hace reconstruyendo el popular y polémico caso Dreyfus. El oficial y el espía es un drama histórico con tintes de suspense e intriga, que bien podría tener como trasfondo al propio director ya que se puede apreciar un paralelismo entre el realizador de origen polaco y el capitán francés Alfred Dreyfus: ambos defenestrados y exiliados, eso sí, por causas muy distintas, pero los dos llegándose a amparar en el antisemitismo como detonante de la acusación.
Pero dejando esta teoría a un lado y centrándonos en la película en sí, no podemos sino, tras los créditos, levantarnos de la butaca para aplaudir a un Polanski que, a sus 86 años, sigue teniendo el pulso para filmar una preciosista película de innegable calidad audiovisual. Un cinta de espionaje que se sitúa en el primer escalón de su extenso e inolvidable trabajo. Un Polanski que recoge el testigo de Abel Gance para reabrir un caso, que en su momento reveló públicamente Émile Zola con su Yo acuso, o J’accuse (título original de la película) en francés.
Aún así, Alfred Dreyfus: Louis Garrel, queda relegado en un segundo plano ya que, paradójicamente, el protagonismo recae sobre Jean Dujardin, quien ofrece una de sus mejores interpretaciones dando vida al coronel Georges Picquart: un personaje de sólidos principios éticos, honorable y leal, pero contradictorio. Es decir, un antihéroe mayúsculo y arquetípico, que agradecemos sea el hilo conductor de esta enrevesada trama. El resto del reparto, lo completan Mathieu Amalric y Emmanuelle Seigner: habituales del cine de Polanski.
Un film para el disfrute de cualquier espectador. Como siempre ocurre en su cine, la inteligencia narrativa y el preciso manejo de la cámara se dejan apreciar. Algo de agradecer en una industria en la que cada vez se van perdiendo más voces significativas. Otro punto a favor el sólido guion, que sumado a un diseño de producción sobresaliente, consigue plasmar y trasladarnos a ese final de siglo con un una estética naturalista que no puede ser más acertada. En definitiva, El oficial y el espía es, sin duda, la película ideal empezar este 2020. Año que esperemos mantenga este nivel.
Guillermo Asenjo Lara