ÓSCAR MARTÍN: Javier Botet es como Stallone
Óscar Martín, flamante ganador con su largometraje Amigo, del VII Festival de Cine Fantástico de Madrid, Nocturna, no es ningún principiante, aunque este film suponga su ópera prima en su carrera. Pero lleva mucho tiempo en el audiovisual y lo conoce bien. Solo así se puede llegar a realizar una película que desde que se vio en Nocturna fue una de las indiscutibles favoritas, aunque ya era de las más esperadas porque previamente había triunfado en Austin y en Sitges.
Su director nos cuenta en esta entrevista, mantenida en el marco del festival, un rato antes de que en la gala de clausura el mismísimo Alex Proyas le diera a su productora, Elena, y al resto del equipo, el premio Paul Naschy como la mejor cinta del certamen, y tanto él mismo como David Pareja, uno de los protagonistas del film, recogieran sendos premios, La Cronsofera habló con Óscar no solo para felicitarlo por su estupendo trabajo, también para conocer los intríngulis de un rodaje tan complejo como gratificante.
La Cronosfera: Es estupendo que hayas ganado Nocturna con Amigo, pero es muy triste pensar que este tipo de películas solo pueden ganar premios en festivales de género.
Óscar Martín: Sí.
La Cronosfera: Las academias, olvídate. Me da mucha rabia.
Óscar Martín: Es el tema de categorizar las películas. Por temas, o por géneros. Esta peli es multigénero. Es difícil encasillarla. Fíjate que cuando nos cogieron en Austin, el primero de todos, no sabía cómo iba a encajar allí. Pero luego estando allí te das cuenta de que tienen una visión muy abierta. El fantástico es un espectro muy amplio.
La Cronosfera: Claro, es que puede ser casi cualquier cosa.
Óscar Martín: Es que realmente, casi todo el cine es fantástico. Casi todo desde Meliés.
La Cronosfera: Sí, y es que viéndola, Javier Botet está de Goya. De Goya revelación porque ya lo conocemos pero generalmente por interpretaciones con mucho maquillaje encima. Es la revelación de la película.
Óscar Martín: Yo ya había trabajado con él, lo conozco, somos amigos desde hace tiempo y yo quería mostrar que tiene muchísimo talento a todos los niveles. Pero a nivel de actor, como yo ya había trabajado con él, le dije: tienes que hacer una en la que salgas de humano y que des todo tu potencial. Hicimos un corto que se llamaba Bonsai, donde él era el único protagonista y no había diálogos. Y disfrutamos un montón. Y siempre estábamos queriendo hacer la peli y si no fuera por la productora, Elena Muñoz, que es mi pareja y es productora, somos como uña y carne, y dijimos que había que hacer algo con cabeza. Y surgió esta idea que tenía Javi. Todas las ideas que él tiene son adaptadas a los papeles que puede hacer, es un poco como Stallone, cosa que además dice él mismo. Surgió en una conversación y vimos que sería una película pequeñita que pudiéramos controlar, autofinanciada, con el mejor material humano y técnico que teníamos, pero también teníamos muy poco tiempo. Es muy loco todo. Pero gracias a la pasión de todo el equipo ha sido enriquecedor. Y encima este resultado y este recibimiento tan cariñoso.
La Cronosfera: Cuando se estrenó Tarde para la ira, Raúl Arévalo nos contaba que por muy pequeña que fuera la película siempre iba a ser muy cara.
Óscar Martín: Es carísimo hacer cine, sí.
La Cronosfera: ¿Qué ha sido lo más difícil en esta película, sacarla adelante económicamente o la logística del rodaje?
Óscar Martín: Ha sido muy complicado todo el proceso, la verdad. Gracias a Elena, la productora, que es una maga de todo esto. Llevamos mucho tiempo produciendo cosas, veinte años trabajando en publicidad y producciones audiovisuales, vamos a festivales, tenemos un montón de amigos dentro del gremio, productores, directores… y siempre se lo decía a Elena, que tenía muchas ganas. Y quedamos con Javi un día y dijimos de tirar para adelante e intentar hacerlo. Y sí, fue complicado. Lo hablaba también con otros directores a los que nos llaman Nueva Generación, pero somos todos veteranos. Y el primer proyecto tenía que ser algo de mucho respeto al cine.
La Cronosfera: ¿Qué ha sido lo más duro de rodar?
Óscar Martín: Ha sido todo duro. Empezamos muy bien. Cuando empezamos el rodaje lo empezamos con mucha ilusión. Es verdad que teníamos un plan de rodaje infernal, con muchísimo material que teníamos que hacer cada día. Los primeros días fue genial, y de hecho es lo mejor que ha quedado de la película. Todos los miembros del equipo súper concentrados y todo estaba funcionando y estábamos emocionados. El final y el principio lo hicimos los primeros días, y es lo que mejor ha quedado, pero claro, terminábamos todos los días muy tarde, y eso un día detrás de otro, en un sitio aislado, sin comunicación con el exterior, dormían los actores en las mismas habitaciones de los personajes, y nosotros, la producción, en la habitación de al lado, un poco como Gran Hermano, y cuando iban pasando los días se empezó a hacer como bola por el cansancio. Pero es normal. Tampoco teníamos casi teléfono, Internet nada. Ahora lo recuerdo divertido, pero hay anécdotas un poquito duras.
La Cronosfera: Lo que hace Javier Botet es muy parecido a lo que hace Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street.
Óscar Martín: ¿Sabes que estuvo en El Renacido? Javi estuvo trabajando con Leonardo y me contó cosas de él.
La Cronosfera: Es una interpretación al mismo nivel.
Óscar Martín: Yo creo que los dos están extraordinarios, David también está muy bien. El secreto es dejarles que el talento fluya, intentar no coartarles, que no haya nada muy expositivo, con diálogos muy cerrados. Tenían mucha libertad para improvisar cosas si se sentían más cómodos diciendo las cosas de otra manera. A la hora de la escritura del guión ensayábamos mientras escribíamos. Lo hicimos entre los tres. Montamos como un teatrillo. En el rodaje también tenían libertad pero lo tenían bastante controlado, muy interiorizado todo para ir más rápido en el rodaje. Yo estoy encantado con los dos. Javi es un genio y a nivel físico es el mejor actor mundial, casi. Controla el cuerpo perfecto, es increíble. Por eso está donde está. Los americanos no son tontos. David viene de otro lugar, de las redes sociales pero tiene un talento innato. Es como el Peter Sellers español, siempre lo recalco. Es un tío que tiene mucha personalidad y en los papeles que hace va a ser siempre David Pareja, como Nicolas Cage. Es un tipo de actor que hay que dejarle volar porque tiene muchas cosas que aportar.
La Cronosfera: ¿El humor negro surgió en el rodaje, en la improvisación…?
Óscar Martín: Ellos son cómicos. Yo les decía: sois los Faemino y Cansado del posthumor. Veías los cortos y te descojonas de risa. Eso lo tienen innato. Ellos siempre parten de un drama. Todas las coñas que hacen son de reírse y humillarse entre ellos. Así que sí que está en el origen, por eso son ellos los protagonistas. En un principio quería ser más oscuro pero con cosas de humor. Les decía: vamos a hacer un Haneke pero con Pajares y Esteso. Y luego nos ha quedado súper seco y bruto por las circunstancias de vivir allí. Pero es la película que queríamos hacer.
La Cronosfera: ¿En qué momento consideras que lo has logrado? ¿Cuando puedes hacer la película? ¿Cuando la llevas al primer festival?
Óscar Martín: Es que es un proceso continuo. No termina nunca, realmente (Risas) Te diría que hoy, que me han dado el galardón este, que me hace muchísima ilusión, pero también lo pensé cuando fui a Austin, por primera vez, y la vi en una sesión con la sala llena y al terminar todos bajaron uno a uno para felicitarnos. Ahí pensé: Ya lo he conseguido. Luego en Sitges, cuando la presenté en el Auditori, que era el sueño de mi vida, porque llevaba 25 años yendo a Sitges. Cada paso que vamos dando lo pienso. Nos falta cerrar un distribuidor en España.
La Cronosfera: La película habla de que a lo mejor la amistad no es tan bonita como nos la habían pintado. ¿También eso era parte del proyecto?
Óscar Martín: Sí. Todos somos amigos de tiempo y tenemos mucha confianza. He dicho que había habido tiranteces y cosas, pero aparte tenemos mucha confianza y nos decimos las cosas como son. En ese sentido hemos sublimado un poco la amistad y somos más familia, es una cosa muy rara. Pero lo que queríamos sobre todo era mostrar una relación humana basada en los cuidados. El amor también puede ser algo destructivo cuando la situación es complicada. En Intocable todo es muy bonito, pero cuando lo vives personalmente, cuando estás con una persona enferma y la tienes que cuidar, se establecen una serie de juegos de poder entre humanos. El amor está por encima pero el enfermo se puede convertir en un dictador y el que lo cuida también puede pensar: que se muera ya. Es egoísta, pero a mí es lo que más me gustaba de la historia que planteaba Javi, que su historia era más un divertimento de dos personajes, pero yo creía, también por lo que estaba viviendo en ese momento, que la historia tenía que tener un poso importante.
La Cronosfera: ¿Cómo ves el momento del fantástico español?
Óscar Martín: Yo estoy encantado sobre todo por la gente que estoy conociendo, compañeros maravillosos. A nivel de público yo creo que es requerido. En Austin me decían que el cine fantástico español es buenísimo. Yo les decía que en casa no lo ven así. También es verdad que hay grandes nombres que ya están trabajando allí. Yo creo que los que estamos haciendo ahora cosas partimos un poco de lo que hacían los pioneros. Ahora hay una especie de revival, de Chicho, entre otros nombres, aunque nunca se han ido. Nosotros hemos hecho esta película basados en ese espíritu, el que tenía Paul Naschy, de hacerlas un poco por amor al arte, jugándose su pasta, su patrimonio, y por amor al cine puro y duro. Es la motivación que nos mueve. Y a nivel de factura, ahí ya tiene que opinar el público.
Silvia García Jerez