18 Muestra SyFy de Cine Fantástico: Vampiros y zombies

La Muestra SyFy de cine fantástico, que se realiza cada año desde hace 18, ha vuelto al Palacio de la Prensa. Ha sido éste su emplazamiento más habitual, tras pasar por el cine Palafox y por el Callao, plaza en la que la enorme cola de espera para entrar a las sesiones le daban la vuelta completa. Ahora da la vuelta a la manzana del Palacio de la Prensa, pero las colas para entrar a cada sesión siguen siendo las mismas, llenas de aficionados al género que durante cuatro días disfrutan de películas de temática fantástica o de terror, con títulos más o menos acertados pero siempre bien recibidos dentro del marco que representan: en el SyFy hay de todo y todo es bienvenido.

Este año ha sido la Muestra número 18, pero no lleva 18 años haciéndose, hubo uno en el que se tuvo que parar por la pandemia: el 2021, en el que solo se realizó un día, el de la fiesta de Halloween, como aperitivo para este 2022 en que, aunque tarde, se ha retomado en las cuatro jornadas en que solía consistir.

En 2020 sí hubo Muestra. Fue en los días previos al confinamiento, pero la hubo. Y ahora nos reunimos otra vez para saborear de nuevo la división entre salas (la sala de la Mandanga, la 1, en la que todo se comenta en voz alta y se aplauden los planos de la luna, y la sala 2, para quienes quieran ver la película en silencio y con tranquilidad, sin comentarios que puedan molestar) y para asistir, además, a las peculiares presentaciones de las películas por parte de Leticia Dolera, maestra de ceremonias desde hace muchos años, y encargada de lanzar a los asistentes la ‘mandanga’ de la edición que toque: Huesitos o chocolatinas varias. Otro de los alicientes de la Muestra.

Una imagen de BLACK PHONE

Este 2022, la Muestra Syfy de cine fantástico se inauguraba con Black Phone, de Scott Derrickson, director de Sinister, protagonizada por Ethan Hawke, actor con el que vuelve a contar en esta historia que dejó a los asistentes muy satisfechos. En breve se estrenará comercialmente en nuestras pantallas, así que podremos disfrutar del terror causado en la Muestra, que fue mucho y muy aplaudido.

Eso fue el jueves 26. Ya el viernes 27 la programación continuó con Settlers, una aburridísima historia de una familia que intenta sobrevivir en Marte tras haberlo hecho a un desastre ecológico. A ella le siguió Inexorable, de Fabrice Du Welz, en la que una joven, fascinada con la obra de un escritor que busca inspiración tras el éxito de la novela que da título a la película, entra en la familia y no parece que vaya a querer salir de ella. Cuidando a la hija del matrimonio o lo que sea necesario hacer en la mansión a la que se han trasladado, la joven intentará acercarse al escritor y lograr su aprobación personal. Un interesante thriller que sabe a películas ya vistas como La mano que mece la cuna, pero que entretiene y nos hizo pasar el rato.

Un divertido momento de LET THE WRONG ONE IN

Seguimos con Let the wrong one in, de Connor McMahon, producción irlandesa que protagonizan dos hermanos: al mayor lo convierten en un vampiro y el pequeño tiene que decidir si lo deja ‘vivir’ o si le clava una estaca en el corazón para que no pueda morder a nadie. Se trata de una comedia que funciona muy bien. Con ratos espléndidos y otros más rutinarios, el aroma a Lo que hacemos en las sombras y a Zombies party es evidente, aunque ésta que comentamos sea de vampiros y con hermanos, pero por la fraternidad que se respira en ella se pueden enlazar. Y resultó ser una de las mejores películas de la Muestra.

A continuación se proyectó Freaks Out, de Gabriele Mainetti, película italiana que ya pasó por el festival de Sitges cosechando grandes críticas, y aquí repitió aceptación. Se trata de una especie de La parada de los monstruos, de Todd Browning, pero con nazis de por medio, en la Roma de 1943. Una película que hizo las delicias de ambas salas, la llamada de la Mandanga, que es la 1, y la del silencio, que es la 2. La jornada terminó con la sesión golfa, The Nanny´s night, de Ignacio López, un divertimento de poco presupuesto rodado en su mayoría en inglés, que también gustó y sirvió como cierre al viernes.

El sábado comenzó con la sesión matinal de E.T. El Extraterrestre, de Steven Spielberg. La muestra siempre ofrece matinales para niños, en versión doblada, con un clásico del género para que las nuevas generaciones puedan verlas en la gran pantalla. Otra de las grandes virtudes de este evento.

La tarde, ya con cine para adultos, arrancaba con Shot in the dark, de Keene McRae, una cinta extraña, un thriller que descoloca porque sus imágenes son demasiado oscuras, no se ve bien lo que ocurre en la pantalla. Y el argumento también es enrevesado por cómo está montado y contado. Es complicada de ver y por momentos te desconcentra. Producción independiente norteamericana que si tuviera una narrativa más clara sería una gran película.

A ella le siguió la chilena Apps, varios cortos de terror mal proyectados (no se oía nada bien, tenía las pistas de audio mezcladas) que aportaron algo de gore a la sesión pero ese fue su mayor logro, no era una gran película. Tampoco lo fue Sky Sharks, una propuesta que se adivinaba suculenta, con tiburones voladores mutantes que surcan los cielos con nazis zombies en sus lomos que prometía mucho y dio muy poco. Al tomarse demasiado en serio y contar con unos efectos de maquillaje un tanto flojos, la película no resultó ser lo que se esperaba. The advent Calendar, la película siguiente, ya gustó mucho más. Sin ser la mejor de las proyectadas sí fue recibida con más entusiasmo.

THE BOY BEHIND THE DOOR

Ya el domingo 29 de mayo, Marmaduke abría las proyecciones. Esta cinta de animación, que no fue bien acogida, se pasaba en sesión matinal para empezar el último día de la Muestra. A ella le siguió Night Raiders, coproducción entre Canadá y Nueva Zelanda en la que los niños son reclutados por el Estado en un 2043 post-apocaliptico para luchar por su país. En ese contexto, una madre querrá recuperar a su hija, que está, como tantos otros niños, en una escuela militar. La película fue otra de las decepciones de la Muestra.

The boy behind the door fue la siguiente. Una historia de secuestro de niños en la que uno de ellos consigue escapar y después intenta liberar a su amigo, que sigue detrás de la puerta que indica el título. Un thriller interesante con momentos estresantes pero alargada en exceso y con algún que otro fallo de guión que baja un poco el nivel de la película, pero que aún así fue de las más competentes de esta 18 Muestra Syfy.

Ya estamos acabando la presente edición. Faltan dos películas por proyectar. La primera, The cellar, fue de lo mejor visto en la Muesta, a pesar de sus fallos, que también los tiene, pero es una película cuya tensión va aumentando por momentos a medida que nos adentramos en la trama. Ésta versa sobre una familia que adquiere una mansión en una subasta por un precio bajísimo y se trasladan a vivir allí. Madre, padre y los dos hermanos, la mayor y el pequeño. Una familia tradicional. Pero la casa no lo es, aunque sí es tradicional para el cine de terror: cuadros que dan mal rollo, ábacos que se mueven solos, y un sótano al que se accede por una escalera que da mucho miedo. Por ella desaparece la hija de la familia y la madre se pone a investigar qué le ocurre a la casa para intentar traer a su hija de vuelta. Todo muy de manual pero muy bien contado para tener al espectador en continuo suspense.

La 18 Muestra Syfy de Cine fantástico se clausuró con Virus 32, una película uruguaya de zombies que gustó mucho y puso algunos pelos de punta por sus escenas llenas de violencia. Un buen cierre para una edición un tanto más floja que de costumbre, pero que aún así llenó de diversión las salas en las que la Mandanga siempre tiene una gran aceptación.

Silvia García Jerez

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