SUSANA MARTÍN GIJÓN: Si queremos igualdad plena entre hombres y mujeres hay que crearla también en la ficción
Susana Martín Gijón está de plena actualidad por la publicación de su novela Progenie, en la que crea el personaje de Camino Vargas, jefa del Grupo de Homicidios que tiene que resolver el caso de un asesino en serie en plena ola de calor sevillana. Camino y su equipo, lleno de mujeres a cual más memorable.
Sobre esta obra, el feminismo que se pone de manifiesto en cada página de la misma, sobre su protagonista y los personajes que la rodean o sobre la sociedad en la que viven ellos y vivimos los lectores, que es básicamente la misma, por mucha ficción en que se enmarque este excelente octavo trabajo de la autora, hablamos con ella.
La Cronosfera: ¿Qué te llevó a escribir “Progenie”?
Susana Martín Gijón: Tras mi saga de novela negra ambientada en Extremadura, con unos personajes, Annika y Bruno, que llevaban años acompañándome, necesitaba distanciarme un poco y crear otros. Hacía mucho que me apetecía ambientar una novela del género en Sevilla, la ciudad donde nací y que tiene elementos apasionantes para acoger una obra de este tipo. También la temática de fondo era algo que quería tratar, y como problema social que es, la novela negra me parecía un vehículo perfecto para ello.
La Cronosfera: La novela resulta apasionante desde la primera página, ¿cómo se consigue eso? ¿Hay mucho trabajo detrás o simplemente con tener claro lo que quieres contar ya el resto va solo?
Susana Martín Gijón: Una novela de cuatrocientas páginas con tantos personajes, temas y tramas, exige una concentración y una constancia sin las cuales no es posible sacarla adelante. Por supuesto, hay que tener claro hacia dónde vas desde la primera página, pero después hay que trabajar. Mucho.
La Cronosfera: “A todas las mujeres que no hacen lo que se espera de ellas”. Es la dedicatoria que podemos leer antes de comenzar con la historia, toda una declaración de intenciones y una pista de que vamos a encontrarnos con un relato diferente.
Susana Martín Gijón: Sí, así es. Está dedicada a las mujeres que se plantan ante el camino que les han marcado y deciden el propio, les cueste lo que les cueste. Con las presiones con las que todavía hoy tenemos que lidiar (muchas invisibles, pero no por eso menos duras), para mí sigue siendo admirable. Y trato yo misma de ser cada día esa mujer que quiero ser.
La Cronosfera: ¿Cómo nace Camino Vargas? ¿Has tenido algún referente para crearla?
Susana Martín Gijón: Nadie en quien me inspire en concreto, pero sí tenía muy claro el tipo de personaje que quería. Una mujer a quien no le preocupa lo que piensen de ella, a quien le apasiona su trabajo pero que también sabe desconectar de él y disfrutar de otras cosas. Una mujer que se acepta tal y como es porque se pone por delante a sí misma. Pero también con otros elementos, digamos, de antihéroe, que nos hacen reír y simpatizar con ella: lo poco sutil que es (por decirlo suavemente), sus bloqueos afectivos, o lo clara que tiene la cuestión de la ‘no-maternidad’, que me venía muy bien para enfrentarla con la otra cara de la moneda.
La Cronosfera: ¿Con qué personaje estás más satisfecha de cuantos la rodean?
Susana Martín Gijón: Creo que una acaba tomándole afecto a todos, de una forma u otra. Pero si tuviera que elegir, después de Camino quizá me quedaría con Pascual, el oficial que suele acompañarla. Ese tiarrón de dos metros, con bigotito de los de antes y formas marciales, que sufre viendo cómo Camino engulle tostadas y filetes mientras él cumple estrictamente con la dieta que se ha impuesto. Su gato, su hija, la fase por la que está pasando tras el divorcio… Hay muchos elementos que hacen que te encariñes con él.
La Cronosfera: ¿Crees que el feminismo, más que desde el lenguaje inclusivo, se construye y se afianza desde personajes como los que creas, Camino Vargas o esa forense que adora su trabajo y es una profesional… casi perfecta?
Susana Martín Gijón: Creo que todo aporta para desterrar de una vez por todas esa visión en la que se nos restringe al ámbito doméstico e incorporarnos plenamente y sin lastres como iguales. El lenguaje evoluciona con la sociedad, y afortunadamente, en este sentido se están produciendo avances sociales. No tendría sentido dejarlo atrapado en el pasado al hablar. Pero desde luego, si hay algo que tiene una incidencia brutal en la forma de ver el mundo, es el territorio de la ficción. ¿Queremos una sociedad normalizada, de igualdad plena entre hombres y mujeres? Creémosla también en la ficción. No sigamos anclados a patrones estereotipados de siglos pasados.
La Cronosfera: El lector se va a ir encontrando todo un abanico de feminismo desplegado en la novela, un auténtico reflejo de lo que ocurre en la sociedad, con, por ejemplo, mujeres que quieren ser madre a toda costa o mujeres que no lo quieren ser bajo ningún concepto. Ese es el día a día del s. XXI. Un tema tabú pero cada vez más asumido por la sociedad.
Susana Martín Gijón: Por eso he querido abordarlo en Progenie. Tan legítima es la decisión de ser madre como la de no serlo. Además, está esa otra cara, la de mujeres que quieren serlo y no pueden, en muchos casos porque el modo de vida impuesto les ha hecho relegarlo demasiado tiempo, y tienen que pasar por tratamientos que les desgastan física, emocional y económicamente.
La Cronosfera: En la novela se habla de maltrato a la mujer desde el punto de vista psicológico. ¿Crees que es una asignatura pendiente dentro de la violencia de género o que también se le presta la atención que requiere?
Susana Martín Gijón: Creo que cuando vayan desapareciendo estos roles sexistas que aún impregnan cada una de las parcelas de la vida, todo el resto que se sustenta sobre ellos caerá a su vez. Entiendo que se centren las medidas en la violencia física que puede derivar en absolutas tragedias, pero la psicológica existe en muchos más casos, y también es muy destructiva. Va minando a la otra persona hasta dejarla con la autoestima por los suelos, y eso cuesta mucho recuperarlo después. Lo primero, desde luego, es liberarse de las personas que minusvaloran a una y la hacen sentirse cada día más pequeñita.
La Cronosfera: Oficial y jefa. Una lleva casi con orgullo estar un poco rellenita y en este caso el oficial es el que hace dieta. Me encanta este cambio de roles.
Susana Martín Gijón: Te confieso que me inspiré en un amigo que se pone a dieta durante un mes al año, pero cuando lo hace, tiene la misma voluntad férrea que Pascual. Yo me zampo lo que me da la gana mientras él se mantiene disciplinado con sus ensaladas y su botella de agua. Eso sí, una vez que el mes llega a su fin, barra libre los once restantes.
La Cronosfera: Me gusta mucho el estilo directo que tiene Progenie. Sin ser vulgar en ningún momento tiene un lenguaje pegado a la calle que se agradece, porque le viene muy bien a la novela negra.
Susana Martín Gijón: Gracias, creo que es lo que tocaba. Ni el narrador ni por supuesto los personajes van a ponerse barrocos en mitad de esta ola de crímenes en la que lo que cuenta es la urgencia por resolver la investigación. La verosimilitud no está solo en documentarse sobre los procedimientos o las jerarquías policiales, también lo está en que cada uno hable como hablaría en la vida real en una situación así.
La Cronosfera: ¿Por qué empezar cada capítulo con la primera frase, o parte de ella, en cursiva, casi a modo de títulos del mismo?
Susana Martín Gijón: La verdad es que me surgió así. Comencé de forma provisional y después me di cuenta de que me gustaba cómo quedaba. Muchos lectores dicen que les invita a seguir leyendo, porque siempre echan un vistazo al título del capítulo siguiente antes de cerrar el libro, y claro, este se enlaza directamente con lo que sucede a continuación.
La Cronosfera: La novela invita, de verdad, a no parar, a leerla sin pausa alguna, pero creo que estamos en tiempos de hacerlo todo tan rápido que no disfrutamos de las cosas y creo que “Progenie” se merece dedicarle un tiempo algo más reposado, ¿estás de acuerdo en esa inmediatez a la que nos hemos condenado en todo?
Susana Martín Gijón: No estoy de acuerdo con la inmediatez como modo de vida, nos condena a vivir a la carrera, sin tiempo para la reflexión ni para encontrarse con una misma. Sin embargo, a la hora de agarrar un libro es distinto. A mí me gusta que me lleve en volandas, esa sensación de no ser capaz de parar, y pocos libros lo consiguen. Hay quien me dice que Progenie lo ha devorado en dos días y quien me dice que se contiene y va despacio porque quiere saborearlo. Ambas cosas me parecen maravillosas.
La Cronosfera: ‘Progenie’ se ha comparado con las novelas de Carmen Mola, lo cual me parece una maravilla porque adoro su literatura y ya, solo con su recomendación en la faja del libro, resulta irresistible hacerle caso, ¿estás de acuerdo con que se te compare con ella? ¿Hasta qué punto te supone una presión que el lector se acerque a tu novela con esa primera idea, de que va a encontrarse algo tan bueno como lo que leemos en los libros de Mola?
Susana Martín Gijón: El hecho de que Carmen Mola recomiende un libro hace que muchos se fijen en él, por algo es una de las escritoras más vendidas desde que se publicó La novia gitana. En ese sentido solo puedo estarle agradecida. Sé que cuento con dos grandes avales, el de Carmen Mola y el de la propia colección en la que están tanto mi Camino Vargas como su Elena Blanco, Negra Alfaguara. Eso sin duda es una ventaja y reconozco que da algo de vértigo. Pero si Progenie ha llegado hasta ahí, algo tendrá, ¿verdad?
La Cronosfera: Háblanos un poco del diseño de la portada, que es, cuanto menos, llamativa. Porque además la faja es distinta con respecto a la portada de debajo, me parece muy ingenioso.
Susana Martín Gijón: Sí, la editorial ha hecho un trabajo impecable con el diseño. A mí el patito me encanta, creo que refleja muy bien el tema de fondo al tiempo que deja muy claro que nos encontramos con una novela negra.
La Cronosfera: Si la novela se llevara al cine, ¿has pensado en quién querrías que fuera su protagonista?
Susana Martín Gijón: No lo he pensado. Me conformaría con que eso pasara, quizá luego sí empezara a imaginar a alguna actriz metiéndose en la piel de Camino. Sería divertido.
Silvia García Jerez