PUÑALES POR LA ESPALDA: Traiciones exquisitas

Puñales por la espalda es lo más parecido a pedir una tarde de cine divertida e inteligente, con una película en la que haya un buen reparto y de la que salgas encantado… y que te concedan tantos deseos en un solo rato.

Hacía mucho tiempo que Hollywood no nos ofrecía una cinta tan dicharachera, con un gusto tan exquisito en su humor y en su desarrollo, en la que todo cuadrara de la forma más brillante y que una vez concluida solo quisiéramos recomendarla. Tal vez desde la estupenda Malos tiempos en El Royale, pero sin que nadie le discuta su parte final. Así de perfecta es Puñales por la espalda.

El encargado de realizar las preguntas y de llevar a cabo la investigación es Benoit Blanc (Daniel Craig), quien continuamente da una imagen de incompetencia y torpeza bajo la cual uno cree que no va a poder esclarecer el caso, pero Benoit es más listo de lo que parece y nadie puede dar por hecho que su culpabilidad no va a quedar al descubierto.

Una fiesta que terminará en tragedia

Puñales por la espalda es un ejercicio de sabiduría cinematográfica a prueba de errores. Escribir y dirigir un guión así es asombroso, Hollywood ya no hace películas corales y originales en las que resolver un asesinato como lo haría Hércules Poirot bajo la pluma de Agatha Christie sea el centro de su argumento. Y mucho menos con un humor brillante en el que lo soez no tenga un resquicio por el que asomar.

Si tuviéramos que comparar Puñales por la espalda con comedias del pasado el reflejo del cine de Judd Apatow no tendría cabida, sino más bien aquel humor delicioso del que hacía gala la Ealing, productora inglesa que sobre todo se hizo célebre en los años 50. Pero es imposible adentrarse en este Cluedo apasionante sin tener en mente Un cadáver a los postres.

El genial guión que ha escrito Rian Johnson y el reparto tan espectacular que adorna la cinta que ahora nos ocupa nos hace pensar que, por fin, la película protagonizada por David Niven, Maggie Smith o Peter Sellers, con Truman Capote como anfitrión de la cena, ha encontrado una digna hermana con la que pasar las veladas.

En efecto, una sesión doble con Un cadáver a los postres y Puñales por la espalda es un plan tan redondo que la única rabia es no poderlo llevar a cabo ya porque la segunda aún no está en formato doméstico. Aunque siempre se puede uno ir corriendo a casa a ver la que tenemos, o deberíamos tener, entre las mejores películas de nuestra colección, para completar el visionado de estos estupendos puñales.

Rian Johnson, director de la formidable Brick, una película pequeñita que no fue demasiado vista, allá por el 2005, pero que actualmente es un film de culto, o responsable también de Looper, que juntaba en un mismo personaje a Joseph Gordon-Levitt y a Bruce Willis en una historia de viajes al pasado para llevar a cabo los planes de la mafia del futuro, ese mismo director, Rian Johnson, es ahora quien firma esta vuelta de tuerca a las películas de detectives contándonos la historia desde los puntos de vista de los personajes que en ese momento estén dando su versión.

Y su dirección es de una maestría que no es de extrañar que su cine anterior a este trabajo fuera tan excepcional, porque Johnson solo sabe hacer cine excelente, y además rodearse de grandes actores a los que les saca un enorme partido, caso de Christopher Plummer, un intérprete que aunque no tenga ya nada que demostrar sigue demostrando que no hay que dejar de contar con él.

También tenemos a Jamie Lee Curtis, una mujer a la que da gusto seguir viendo en la gran pantalla, aunque tal vez su personaje no sea el más agraciado del conjunto, no así el de Toni Collette, que aunque sea una pija desquiciante la actriz no puede hacerlo mejor. O Don Johnson, que está viviendo una nueva edad de oro en su carrera gracias, sobre todo, a S. Craig Zahler, con quien ha rodado las inéditas Brawl in cell Block 99 y Dragged Across Concrete, que para verlas hay que hacer malabares, como acudir a webs de venta, pero vale la pena llevar a cabo el trámite para disfrutarlas.

Y por supuesto, el reparto se corona con un Daniel Craig apoteósico, que se ve que se lo ha pasado estupendamente rodando, además de alejándose del James Bond al que lleva años atado, y con una excepcional Ana de Armas, protagonista absoluta de esta función coral como lo fue Penélope Cruz en La niña de tus ojos, y dejando claro que las alabanzas que recogió por Blade Runner 2049 no eran ninguna casualidad.

Ana de Armas, con un acento inglés tan bueno como el que tiene Ivana Baquero, es decir, perfecto, consigue con su Marta, la enfermera del patriarca, que todo gire a su alrededor y que su historia sea un torbellino en torno a la cual se construya Puñales por la espalda. Toda una responsabilidad de la que sale triunfante, midiéndose con el mismísimo Christopher Plummer y saliendo tan airosa como se se hubiera pasado la vida trabajando con él.

Ana de Armas y Daniel Craig

Puñales por la espalda es un ejemplo de cine dinámico y entretenido. Es a lo que Hollywood debería tenernos acostumbrados, en lugar de a tantos efectos visuales, que no serían cuestionables si estuvieran, en su mayoría, al servicio de la historia, pero suele suceder que ésta esté al servicio de aquellos, y quienes salgamos perdiendo seamos los espectadores, porque quien únicamente gana con eso es la industria.Ni siquiera el cine, su parte artística, se beneficia de ello.

Pero Puñales por la espalda puede presumir de ser cine de calidad envuelto en la mejor de las telas, la que mezcla el espectáculo de ver a todos esos actores en la pantalla bajo el paraguas de un guion maravilloso con el ritmo imparable de un montaje vertiginoso y ayudados por una dirección que no puede ser más sobresaliente.

No se puede pedir menos, como espectador, y Hollywood, afortunadamente, sale de su repertorio de chistes zafios y manidos con actores que lo llenan todo de muecas como si siguieran en el cine mudo porque no se pueden apoyar en un guión brillante, y convierte Puñales por la espalda en una experiencia que hace tiempo que los espectadores se estaban mereciendo vivir en una sala oscura.

Y es maravilloso asistir al despliegue de talento de Rian Johnson tras las cámaras, con esos planos contrapicados para darle a Daniel Craig la importancia que va a tener cuando aún no ha empezado a hablar, los zooms con los que nos eleva el tono de cara a los descubrimientos que la trama nos muestra o los cambios de historia a medida que las versiones nos van dando luz a los hechos.

Es una gozada de película, no se puede calificar de otra manera. Es una comedia deliciosa, no tanto por las carcajadas que se escuchen en la sala, porque no estamos hablando de Aterriza como puedas, no es una película llena de gags, es un film diferente, con una base de thriller debido a la cual hay que desvelar a un culpable, pero nunca perdiendo de vista la diversión que el aura de comedia proporciona al conjunto.

Lo cierto es que parece fácil que podamos ver una película así en 2019, pero no lo es. Hollywood ha cambiado mucho y volver al estilo que hizo célebre al hoy más conocido como cine clásico es complicado. La industria ya se ha alejado de ese tipo de narración por otra que no es mejor pero sí le funciona muy bien. No es de extrañar que cuando Puñales por la espalda se presentó en Toronto, a comienzos de septiembre, revolucionara el festival para bien.

Rian Johnson ha logrado hacer una película clásica rodando con los cánones de entonces pero con la fórmula de ahora: ritmo vertiginoso, montaje frenético y cámara que no filma un plano y un contraplano con la misma altura. Pero los diálogos son brillantes, como si de La huella, de Joseph L. Mankiewicz se tratase, la puesta en escena y la elegancia, sublimes  y lo completa con los mejores actores posibles.

Y, sí, es una alegría ver a Ana de Armas en medio de un elenco histórico. Es su momento de crecer, de dar el salto cualitativo que lleva años esperando y que surgió en su vida cuando Denis Villeneuve contó con ella para acompañar a Ryan Gosling en la secuela de Blade Runner. Puñales por la espalda la consagra y ser la próxima chica Bond, de la mano de nuevo de Daniel Craig, la llevará a lo más alto. De ahí a ser una estrella capaz de elegir continuamente buenos proyectos apenas hay ya pasos, porque con Blade Runner 2049 y Puñales por la espalda su trayectoria exquisita ya ha comenzado.

Silvia García Jerez

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