NOCTEM: Found footage versión móvil
Hacía tiempo que no nos encontrábamos con una película contada a través del Found footage, ese metraje encontrado que caracteriza el relato de muchas cintas de terror, desde las míticas Holocausto caníbal, o más recientemente, El proyecto del a bruja de Blair, hasta La horca, Monstruoso o las dos magníficas entregas de Encuentros paranormales.
Noctem es la última producción, esta vez española, que utiliza ese recurso narrativo para acercarnos a las vivencias de un par de amigos que se van a México y desaparecen. La Policía no ha logrado ninguna información del caso y un año después de producidos los hechos se encuentran los móviles de ambos, que un hacker y el tercer amigo que no fue con ellos a México intentarán desentrañar para saber lo que ocurrió.
Marcos Cabotá, responsable del documental I am your father, situado en el universo de Star Wars, firma ahora una variante del género de terror conocida como Found Footage, una muy interesante y actualizada a los tiempos que vivimos: en lugar de filmar con cámaras de vídeo más o menos tradicionales, los chicos lo hacen con los móviles.
Archivos descargados. El Found Footage de esta nueva década que ya se está acabando. Tan lógico que cuesta pensar que no se haya hecho antes, que solo las cámaras de filmación profesional hayan servido de soporte a lo que los protagonistas registraban.
Adrián Lastra, intérprete de La gran familia española, Primos o Toc Toc, reconfigura una versión de sí mismo para convertirse en Noctem en el actor Adrián Lastra, que en la ficción de estos trazos del pasado lleva un año desparecido. Es Adrián metido en la piel de Adrián. El actor de Primos, como también se le identifica en la cinta, con el agravante de haber vivido una experiencia parecida a la que da pie a la idea con la que Adrián sufre en esta recreación y posterior vuelta de tuerca de lo experimentado.
Adrián pasa miedo. Y nos lo hace pasar a nosotros. Oye ruidos de verdad que quedan registrados en las grabaciones, experimenta fenómenos paranormales y su gesto, del inicial escepticismo nervioso mostrado ante sus amigos, entre ellos el también actor Álex González, pasa al auténtico pánico de saber que el mosqueo del comienzo empieza a tornarse seria amenaza. Nada por lo que el propio Adrián no haya pasado, ya que fueron esos ruidos inquietantes los que al director le inspiraron para rodar Noctem.
Y Adrián, en la película, nos regala una de esas interpretaciones que no se olvidan. Está espléndido en su papel de sí mismo tratando de huir de algo que no sabe qué es pero que resulta evidente que lo acecha. Si el género del terror fuera propicio a ganar premios, Adrián tendría que optar a uno. Pero mucho me temo que más allá de la primera entrega del fenómeno REC, por poner un ejemplo de película de terror donde la cámara sea también el elemento primordial, el found footage no tiene mayor recorrido en premios que la admiración del espectador que la aplauda.
Que la aplauda por medio del grito. Porque conviene insistir en lo bien que funciona Noctem como película de terror. Hemos visto esta historia decenas de veces, pero es fantástico acercarse a una que por muchos pasillos, escaleras y puertas que contenga en su recorrido hacia la resolución del misterio, realmente asuste.
Otras cintas cuentan con sustos más previsibles, y no es que ésta no los tenga, es que están mejor colocados que en otras, y por lo tanto a cada paso Noctem se hace más y más angustiosa. Juega bien con el humor inicial, como lo hacía también REC, pero la historia se vuelve turbia y en cuanto dejamos atrás las risas las echamos de menos. Aunque sea como escape a un nudo y un desenlace que intuimos, porque ya digo que su clasicismo la delata en el aspecto narrativo, que no va a ser muy positivo.
Pero Marcos Cabotá tiene el suficiente talento para hacernos interesante y estresante algo que viene diseñado desde las entrañas del género y de cuyas normas no se puede huir. Solo se pueden seguir con más o menos torpeza, o más o menos acierto. Cabotá hace gala de esto último y nos ofrece un film que aunque tiene toda la pinta de que vaya a pasar desapercibido, los amantes del miedo en las salas oscuras no deberían perderse.
Silvia García Jerez