MARTA ORRIOLS: Va siendo hora de que los hijos sean también una extensión del hombre
Entrevistar a Marta Orriols es uno de esos placeres que se tienen en una profesión tan dedicada a preguntar a unos y a otros, actores, directores, escritores… todo es arte, pero no cualquier entrevistado explica su trabajo de la manera en la que Marta Orriols lo hace, dándote casi un titular por respuesta. Qué maravilla. Ha sido muy difícil destacar algo de cuanto nos ha dicho al respecto de Dulce introducción al caos, su última publicación bajo el sello Lumen, porque sus declaraciones juntan una perla con la siguiente. Os dejo con ellas, para que las disfrutéis en su plenitud.
La Cronosfera: Me encanta el título de la novela, ‘Dulce introducción al caos’, toda una contradicción en sí mismo y llena de sutileza. ¿Cómo surgió ponérselo?
Marta Orriols: Dar con el título es algo que me cuesta horrores porque creo que es una declaración de intenciones y, a la vez, cobra un significado para el lector tras leer el libro, algo parecido a una pequeña iluminación que acaba de redondear la historia, así que lo dejé para el final. Jugaba con las palabras ‘dulzura’, ‘serenidad’ y con opuestos como ‘ruido’, ‘amargo’, quería que el título contuviera esa cara amable de todos los principios que de repente se descontrolan debido a un imprevisto, y por esas conexiones extrañas que hace el cerebro al escribir, me vino la canción de Extremoduro a la cabeza, así que pedí permiso al grupo para utilizarlo y ahí está. Es un título precioso como lo es la canción.
La Cronosfera: Te quería felicitar por tu estilo narrativo. Me parece una gozada cómo cuentas, entre otras cosas, que el paso del tiempo es un enemigo invisible que está ahí y nos cambia, o cómo relatas el hartazgo de la vida representado en aquello que cuando llega el revés dejamos de ver con los mismos ojos y nos supera. Sumergirse en tu novela es sumergirse en la reflexión de la vida. Quería saber hasta qué punto te planteas reflejar el interior de los personajes o si la novela, como muchos autores también afirman, te lleva por sus propios derroteros y te arrastra a escribir estas maravillosas y durísimas reflexiones.
Marta Orriols: En primer lugar, gracias por tus palabras. La verdad es que hay autores que tienen un discurso muy elaborado alrededor de todo aquello que escriben, pero en mi escritura no hay una voluntad deliberada, supongo que más que por los personajes me dejo arrastrar por mis obsesiones y mis inquietudes. Escribo sobre todo para comprender y comprenderme, y las reflexiones nacen de ahí.
La Cronosfera: Leyendo tu novela me da la impresión de que eres una autora única, y que aunque se te compare con otros escritores no tienes comparación posible, son otros los que deben ser comparados contigo. Pero me pregunto quiénes han sido tus autores influyentes porque, ahí sí, todo el mundo los tiene.
Marta Orriols: Claro, los referentes son importantes en el sentido de que al final, cuando escribo, lo que intento es reproducir el placer que yo he sentido como lectora. Leo de forma desordenada y no soy nada mitómana, pero hay autores como Alice Munro, James Salter, Edna O’Brien, Maggie O’Farrell, Marguerite Duras, que tienen algo estimulante en su escritura, un efecto sobre la mía, en el sentido de provocar unas ganas inaplazables de escribir. Luego hay muchísimos autores y autoras que me apasionan, pero creo que no todos me insuflan la energía para escribir como lo hacen los citados arriba.
La Cronosfera: En la novela hablas de temas como la paternidad o el aborto, que son duros y en muchos casos el segundo hasta un tabú. ¿Hasta qué punto te costó enfrentarlos para escribirla?
Marta Orriols: No me costó. Creo que si algo puedo aportar con mi escritura es normalizar algunos temas que incomodan, hablar del fracaso, de las contradicciones, de la trampa psíquica de la maternidad, pero sobre todo de la validez de la ambivalencia de sentimientos. En la novela toco temas delicados por todo lo que tienen de íntimo y personal, es por ello que intenté huir de un lenguaje totalitario. Todo lo sentencioso sería incendiario en una historia tan corriente y cotidiana como esta. Procuré pasar por todos los matices y las texturas de esa delicadeza que requiere el tema con el máximo respeto.
La Cronosfera: ¿Hay algo en lo que te veas reflejada de cuanto escribes aquí? ¿Has conocido a alguien en la situación de los personajes y les has cambiado los nombres o es todo fruto de tu imaginación y de la reflexión?
Marta Orriols: Todo es fruto de mi imaginación pero claro que conozco a gente que ha vivido y vive la situación de los personajes. Cuando escribo voy hilvanando la historia con material real e imaginado hasta convertirlo en una ficción que se acerca mucho a la realidad. La novela parte de mi propia contradicción. Yo soy madre de dos chicos (16 y 10) y estoy muy feliz de ser su madre y del propio hecho de haber sido madre, pero (siempre hay un pero en esta vida), a punto de cumplir los 45, la maternidad sigue abarcando tanto espacio mental y emocional, la conciliación sigue siendo tan difícil, las ganas de volver a ser yo como individuo separada de mis hijos están todavía tan latentes, que necesitaba tener esta conversación conmigo misma, y lo hice a través de la novela: si tuviera la edad de la protagonista ahora mismo, creo que mi entrada a la maternidad no hubiese sido tan directa o tan indiscutible. Me hubiese gustado tener los modelos, los relatos, los referentes y las palabras concretas que por suerte tenemos hoy al alcance, me hubiese gustado que alguien me hablara de la culpa, de la irrealidad de la imagen de bondad que se asocia a una madre, de cómo la mayoría vemos nuestras carreras profesionales incompletas, interrumpidas, etc… me hubiese gustado que me hubiesen hablado desde la verdad.
La Cronosfera: ¿Temes las consecuencias de enfrentarte a estos temas a nivel de recepción por parte de los lectores?
Marta Orriols: No. Creo que no juzgo nunca en mis novelas, no soy nada moralista y precisamente defiendo que todo es relativo. Sin embargo, si te refieres al tema del aborto, no doy pie al debate porque bajo mi punto de vista no hay debate sobre el aborto en un país donde el aborto es legal. Yo parto de la base de que tenemos un derecho fundamental sobre la autonomía de nuestros cuerpos y por lo tanto, no hay lugar para el debate. Teniendo en cuenta el auge de los partidos conservadores y las políticas que invocan la tradición en contra de las mujeres, no está de más escribir sobre la libertad. Es esencial, creo. La novela no va del aborto. Yo quise poner el foco en la culpa que rodea a la mujer que decide no seguir adelante con un embarazo, a lo fácil que es que a una le moldeen la determinación.
La Cronosfera: ¿Crees que alguna vez la sociedad estará preparada para hablar del aborto de manera natural?
Marta Orriols: Creo que sí. Creo que estamos dando la vuelta. En ese proceso todavía chocamos con mentalidades forjadas durante siglos y cambiar eso es lento pero no imposible. A mí me alegra ver que las nuevas generaciones parten de un criterio más sano, que tratan de forjar su identidad sin complejos, y que, las mujeres en particular pueden encontrar referentes para reforzar esa libertad que nos ha faltado siempre. Hay muchísimo trabajo por hacer todavía, y creo que como mujeres todavía tenemos que aceptar todas las ambigüedades que podemos contener y que las consecuencias de estas no deben hacernos debilitar. Pero algún día, entre todos, acabaremos de dar la vuelta a esa tuerca enorme y el aborto voluntario no estará rodeado de capas de vergüenza y culpabilidad.
La Cronosfera: También se plantea en la novela, por una vez, el hecho de que el hombre se pueda ver perjudicado en su trabajo por el embarazo de su chica. Me parece un acierto ese punto de vista y te doy las gracias por proponerlo. ¿Lo decidiste así desde el momento en que te pusiste a contar esta historia?
Marta Orriols: Sí, ocurre en una escena en la que Dani acepta un trabajo nuevo y da por hecho que en el caso hipotético de tener ese hijo, va a poder viajar y separarse de su pareja y del bebé dos veces al mes mínimo. Es una mujer quien le para los pies y le dice que así no. Clara, su jefa, harta de tener que demostrar que la ambición y el esfuerzo la han hecho merecedora de un cargo. También es necesario romper los estereotipos masculinos aunque sea a través de los personajes. Hay un pensamiento generalizado de que los hijos son una extensión de la mujer, y esa unidad es la que hace que muchas mujeres nos planteemos la maternidad como el final del desarrollo ya no solo laboral sino también personal. Quizás va siendo hora de que los hijos sean también una extensión del hombre.
La Cronosfera: Hablando de igualdad de género, ¿cómo ves el panorama literario actual, con tantas mujeres siendo tan importantes para las editoriales en cuanto a lanzamientos y a presencia en librerías?
Marta Orriols: Creo que es un momento emocionante para ser mujer y un momento dulce para escribir siendo mujer. Para ir bien, esa dulzura debería persistir ya para siempre consiguiendo que, con el tiempo, no tengamos que hacer siempre la distinción o la observación de que hay muy buenas escritoras en las mesas de novedades. Eso debería ser la normalidad, ¿no crees? Yo intento darle la importancia justa como una forma de integrar esa producción literaria femenina y valorarla por los méritos propios y no por el género. Además, se necesitan muchas voces, sean del género que sean, para contar cuantas más experiencias humanas, mejor.
La Cronosfera: Tras el éxito de ‘Aprender a hablar con las plantas’, ¿cómo te enfrentas a este nuevo reto literario?
Marta Orriols: A mí el éxito me da más miedo que alegría. Yo preferiría el reconocimiento cuando corresponda. Todo lo ocurrido con la novela anterior, el éxito de ventas, las traducciones y los nuevos proyectos que todavía provoca, ha sido intenso e inesperado. Es precioso lo que ha ocurrido pero es muy fácil dejarse conquistar por el ruido. Yo prefiero mirármelo con cautela y trabajar ese miedo terrible que tengo de no tener nada que contar. Difícilmente esta novela se llevará las alegrías de la otra porque dejó el listón demasiado alto, así que traté de escribir Dulce introducción al caos sin pensar en todas esas cosas, creo que si te fías del éxito puedes perder el norte.
Silvia García Jerez