MATHIEU ALMARIC: Vicky Krieps y yo somos como almas gemelas

Mathieu Almaric es un actor y director francés, más conocido por su faceta de intérprete que por la de responsable de las películas de las que se encarga. Empezó en el cine en los años 80 y lo hemos visto tanto en producciones francesas como americanas, caso de Munich, de Steven Spielberg, de una de las mejores entregas de la saga Bond, Quantum of Solace o en El gran hotel Budapest, de Wes Anderson. Ahora estrena su último trabajo como director, Abrázame fuerte, en la que su protagonista es la actriz luxemburguesa Vicky Krieps, a la que vimos en El hilo invisible y, con motivo de la llegada a las pantallas de este proyecto, Almaric ha pasado por Madrid para presentarla. Y nosotros hemos hablado con él.

Mathieu Almaric en pleno rodaje de la película.
Fotografía de Roger Arpajou, cortesía de la distribuidora

Pregunta: Abrázame fuerte es una película sobre la pérdida. ¿Qué querías que sintiera el espectador?

Mathieu Almaric: Ese es vuestro trabajo. ¿Por qué hacemos películas y por qué estamos obligados a hablar de ellas después? ¿Acaso le preguntamos a un carpintero por qué hace la mesa? Es un milagro cada vez que siente el deseo de hacer algo. Es inexplicable. El cine pide mucha energía, es muy largo, encontrar la fuerza de escribir, encontrar el dinero, ¿por qué? ¿Qué nos hace aguantar?

Lo que es seguro es que hay un punto de partida, la lectura de este texto de Claudine Gadea, que escribió algo que había imaginado para el teatro pero que no está escrito como una obra de teatro. Y después unas productoras amigas con las que trabajo mucho me preguntaron cuándo iba a hacer otra película. Yo no necesitaba hacer otra película pero también ese empuje provoca que una película exista. Pero uno no piensa: ‘Voy a hacer la película más triste del mundo. Voy a hacer un homenaje al dolor, a la pérdida.’ Al contrario, aquello de lo que me enamoré es del acto de imaginación de la protagonista, una mujer que dice: ‘Soy yo la que me he ido, ellos se han quedado en la casa’. Y ella puede proyectar eso. Y a partir de ahí pasa a ser como una película de fantasmas en la que prevalece el melodrama.

Pregunta: ¿Cómo fue el trabajo con Vicky Krieps?

Mathieu Almaric: Haciendo un trabajo de arqueólogo con el texto original me vino a la cabeza Vicky Krieps. Nos encontramos y nos dimos cuenta de que en realidad somos gemelos, que hemos debido de conocernos en otra vida. Son cosas así las que hacen que uno siga adelante.

Pregunta: La película es un puzzle que anima al espectador a recomponer las piezas en un film que juega con el pasado, el presente, la realidad, la imaginación y el recuerdo. Quería saber si la idea del puzzle ya estaba desde el origen del guión.

Mathieu Almaric: No, no estaba. Y más que un puzzle, lo primero que tuvimos claro en la película era hacer fotos de esta familia en su casa. Los dos niños pequeños y los padres, el pasado de ellos. Una vez que el decorador y el atrezzista han creado la casa, vivieron en ella y les dije que se hicieran fotos. Y yo también hacía fotos porque necesitaba situaciones. El director de fotografía también las hizo. Yo hice Polaroids y las puse en una mesa en el jardín. Y entonces me acordé de ese juego que se llama Memory. Qué conecta con qué. Son los cortocircuitos de la mente, que a veces entran en delirio, como ella al principio de la película, donde no puede poner las cosas juntas, no puede conectarlas. Porque ella sabe qué pasa en realidad, qué está pasando en su vida, en la historia y en la película. Nosotros vamos a descubrirlo a continuación.

Silvia García Jerez

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