LOLA DUEÑAS: Mi profesión es laboriosa, no difícil
Lola Dueñas es un mito viviente de nuestro cine. No solo ha trabajado en Mensaka, Hable con ella, Mar adentro, Volver, Fuera de carta y tantas otras películas que forman parte de nuestra lustrosa Historia audiovisual, sino que cada título que cuenta con ella es una garantía de calidad inmediata.
Ahora le toca el turno a una de las cintas más aplaudidas del último festival de San Sebastián, donde se presentó en la sección Nuevos directores. Se trata de Viaje al cuarto de una madre, que firma Celia Rico Clavellino, y que obtuvo el Premio de la Juventud en el certamen. De la delicadeza absoluta que es la película, de la espectacular interpretación de Lola y de cómo se ha preparado para tan intenso papel, nos habla en esta entrevista.
La Cronosfera: Enhorabuena, porque la película está muy bien. Es muy bonita, muy delicada.
Lola Dueñas: Es preciosa. A mí me encanta la película. Y se me nota mucho.
La Cronosfera: ¿Es, y con toda tu trayectoria es decir mucho, el trabajo más difícil al que te hayas enfrentado hasta la fecha?
Lola Dueñas: ¿Sabes qué pasa? Que no me gusta nunca decir que mi profesión es difícil. Y cuando leo de otros actores que dicen: ¡Ay, qué difícil ha sido! Mira: difícil es la mina. Difícil es no trabajar, como muchísimos compañeros que están sin trabajo. Y trabajar es una maravilla. Y trabajar en lo que te gusta, más. Así que no es difícil, es laborioso. Coser, quizá fue lo más laborioso, pero tuve muy buena maestra. Y tener que comer dulce, que yo lo aborrezco, pero no me quedaba otra, eso fue una tortura.
Además fue laborioso porque me pillaba muy lejos. Yo me la imaginaba mayor que yo. Y yo no soy madre. La veía tan lejana a mí… Es una mujer con un peso de la leche, y yo soy Libra, y voy volando por el mundo. Soy anti Estrella. (Estrella es su personaje en la película) Lo que pasa es que ha sido muy bonito el trabajo de acercarme, o de acercarnos, Estrella y yo. Vas haciendo como un puzzle.
Empecé y como me la imaginaba mayor, dije: a lo bruto, como soy yo, que no soy nada sutil. Me lavé la cara con jabón dos meses sin crema hidratante. Jabón, jabón, jabón. Tenía la piel seca, con todas las arrugas marcadas.
Luego me teñí canas. Que me las quería pintar, pero eso se ve, y en esta película no se podía ver el truco porque te la cargas. Con un gorrito de esos de teñir, de aquellos, pelo a pelo. Carmen, la peluquera, fantástica en la película. Decoloramos y teñimos canas. Que casi no se ven. Es que no tengo, muy poquitas, tres aquí (y me hace una demostración de que no tiene).
Engordé, que se nota un montón, estoy espantosa en la peli. Engordé mucho, aprendí a coser, le di peso. La manera de moverme, porque yo soy una tía que hago deporte, y Estrella no podía tener mi cuerpo, eso lo tenía muy claro, porque es una señora que lleva un año en un sofá. De ahí el barrigón inmenso y asqueroso que saco en la peli.
Y la luz de Santi Racaj me ayudó mucho, me puso una luz muy blanca que marca todas las arrugas, y entre todos lo hemos construido, y ha sido una preciosidad y es un regalo de película.
La Cronosfera: ¿Y no te has basado en nadie para crear a Estrella?
Lola Dueñas: Me ayudó mucho conocer a la madre de Celia (la guionista y directora). Me inspiró muchísimo Gloria, aparte de que fue mi maestra de costura. Me inspiró muchísimo ver a esa madre, porque es una madre como la de la película. El primer día que llegamos al pueblo, que fue dos meses y pico antes a aprender a coser allí, lo primero que hicimos al llegar fue ir a casa de los padres de Celia a cenar. Yo dejé la maletita en el apartamento y sin abrirla me fui. De repente, entramos en la casa, me siento, está la mesa camilla, me tapo, miro a su madre y digo: ya he llegado. Y supe que era eso.
La Cronosfera: Me hace mucha gracia cómo manejas el móvil.
Lola ríe ante la observación.
La Cronosfera: Imagino que eso también fue un trabajo, el decir: vamos a hacerlo mal.
Lola Dueñas: Claro, ella no sabe. Luego me parece muy bonito porque es un aprendizaje por amor, lo hace por amor a la hija. Porque Estrella jamás se hubiera comprado eso, no se complica la vida ni lo más mínimo. No poder estar cerca de su hija… a mí me da mucha ternura todo lo del móvil: las fotos que manda de la tortilla. Me provoca una ternura maravillosa.
La Cronosfera: ¿Y cómo has trabajado con Anna Castillo?
Lola Dueñas: Ha sido genial desde el principio.
La Cronosfera: Es que os fundís.
Lola Dueñas: Qué alegría me das, porque nos hemos querido tanto… Mira, Anna es maravillosa. Es buenísima actriz, buenísima compañera, luminosa, guapa, cariñosa, graciosa, lo tiene todo. La quiero muchísimo.
La Cronosfera: Es que se transforma en la película.
Lola Dueñas: Sí, ella parece mucho más pequeña y yo mucho mayor. Es todo muy fuerte. Yo misma digo: parecemos madre e hija. Impresiona.
La Cronosfera: Tenéis una relación muy real en la que no hay gritos, no hay un portazo…
Lola Dueñas: Es que Celia es muy delicada y se ve. En la película y en cómo nos ha dirigido. Estoy orgullosísima de esta peli, me hace feliz. Porque lo bonito de Celia, que me encanta, es que no hace falta que pase nada extraordinario para que sea extraordinario. Que una cafetera no se pueda abrir… ahí hay algo. Me encanta eso de Celia.
Silvia García Jerez