LEGADO EN LOS HUESOS: La sombra de la familia
Legado en los huesos es la continuación, cinematográfica, antes literaria, de El guardián invisible, título que también como novela y como película dio inicio a la trilogía del Baztán, escrita por Dolores Redondo, que culmina en Ofrenda a la tormenta y que como película se estrenará el 3 de abril de 2020, ya en la Semana Santa del nuevo año.
La primera entrega fue un éxito espectacular de público, la crítica la trató con cariño pero tampoco la ensalzó como imprescindible, y el film, que mezclaba una investigación policial con la mitología de la zona a la que se refiere la trilogía, consiguió defender su calidad que, unida al entretenimiento con que se envolvía el producto, dio como resultado una película que valía la pena ver.
Su éxito dio lugar a la luz verde del rodaje de las dos partes, seguidas, que faltaban por llevar a la pantalla y su director, Fernando González Molina, volvió a poner al equipo en marcha para seguir contándonos en imágenes lo que miles de lectores ya habían admirado.
Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta se rodaron juntas, pero ahora solo veremos lo que ocurre en la primera, que es la segunda de la trilogía. Y claro, lo que en la primera no había más remedio que presentar, a la inspectora Amaia y a su entorno, ahora simplemente se trata de volver a él y de reencontrarnos con ambos.
En esta ocasión, Amaia comienza la película en avanzado estado de gestación. Su relación con James, a quien ya conocimos en El guardián invisible, va darles un hijo y en breve tiene lugar el parto. Un niño. Tanta chica en la familia, ya que Amaia tiene dos hermanas, va a aportarle a la estirpe un soplo de aire fresco.
Y mientras la vida familiar de Amaia va de maravilla, aunque su conciliación no sea excesiva, su trabajo ni para ni lo hará, porque al pasar un año del caso que resolvió en la anterior película, ahora es cuando se va a celebrar el juicio a su culpable, pero éste queda anulado cuando el hombre que iba a ser juzgado aparece muerto en su celda. Se ha suicidado y ha dejado una nota para Amaia en la que aparece escrita la palabra TARTTALO, lo cual da pie a un nuevo caso que va a involucrar a la inspectora de una manera especialmente personal.
Volvemos al universo del Baztán, y a la tercera entrega lo haremos con más ganas, porque Legado en los huesos es muy superior a la primera, y eso hace que quieras acabar de ver la trilogía cuanto antes. No es como cuando una segunda parte te deja frío y esperas la tercera por la curiosidad de saber cómo acaba. No, con ésta, quedamos enganchados a lo que falta por llegar.
Y es que Fernando González Molina, su director, también el de El guardián invisible, va subiendo el nivel de la película hasta que nos conduce a un final con el que no podemos ni pestañear.
Ese nivel que va subiendo es tanto argumental, por los avances del caso, los descubrimientos tan espantosos que Amaia va a haciendo y por cómo éstos están cada vez más ligados a su pasado, como de ritmo narrativo y de entrega absoluta de todos los actores logrando que sus personajes estén más y más al límite.
Ya nadie puede discutir que el cine español tiene una calidad a la altura de las producciones internacionales más aclamadas, y Legado en los huesos viene a confirmar que, en concreto los thrillers, porque en este caso la película pertenece a ese género, no tienen nada que envidiarle al cine que más admiramos, el de la industria que entrega los Oscar.
Legado en los huesos es un cúmulo de emociones que traspasan la pantalla porque su guion es trepidante y la dirección está acorde con él. A medida que vamos descubriendo, junto a Amaia, los detalles de que está compuesta la investigación, vamos sufriendo lo que ella sufre, y que pase eso en el cine, que nos sintamos al lado del protagonista y queramos incluso ayudar desde nuestra butaca, es algo maravilloso que solo se da en las mejores películas.
A Amaia la interpreta Marta Etura, una actriz que desde sus inicios ha demostrado ser una profesional muy solvente, con tres nominaciones al Goya en su haber y una más que se transformó en premio, a la mejor actriz secundaria por Celda 211, y gracias a eso, a su solvencia, ella, que a pesar de los muchos personajes que la rodean es el centro de todo, lleva el protagonismo de esta trilogía con la entereza de los grandes.
Pero en Legado en los huesos también hay un reparto de caras muy conocidas. La maravillosa Elvira Mínguez, descubierta por todos en Días contados y más adelante actriz imprescindible aunque la llamen poco, pero que nos dio una de las mejores interpretaciones de los últimos años en El desconocido, es una de las hermanas de Amaia, Flora Salazar.
Al juez Marquina le da vida, de la manera más inquietante posible, Leonardo Sbaraglia; al padre Sarasola, el siempre espléndido Imanol Arias; a Jonan Etxaide, el inspector que investiga junto a Amaia, Carlos Librado, más conocido como Nene, y para coronar un reparto espectacular, Susi Sánchez es la matriarca de las Salazar, una mujer que aparece poco en el film pero a la que le basta una mirada y una sonrisa para ponernos los pelos de punta.
A todos ellos se les une la voz que los acompañará en la salida. Los títulos de crédito los canta Amaia, esta vez no el personaje sino la cantante que se dio a conocer en Operación Triunfo y con la que contactaron expresamente para que compusiera Luz y sombra, el tema que cierra la película.
Entre el fenómeno fan al que puede dar lugar esa canción por cantarla quien la canta, y el que puede seguir encontrando la continuación de una trilogía cuya primera parte ya fue un éxito, podemos estar ante otro título que funcione estupendamente en taquilla. Y ya van unos cuantos en el cine español de finales de año.
Silvia García Jerez