HOLY SPIDER: La araña asesina
Holy Spider es una de las películas más aclamadas de cuantas van a llegar al circuito minoritario de la cartelera española en los próximos meses de la temporada de premios. Se trata del tercer trabajo del director Ali Abbasi, quien con su segunda película, Border, deslumbró al mundo a través de esa historia insólita de una agente de aduanas contratada porque es capaz de oler la culpa en los pasajeros y así sus equipajes pueden ser registrados cuando ella señala a alguien que trata de pasar desapercibido. Una película formidable que tatuó el nombre de Abbasi entre los cinéfilos y nos hizo apuntar su nombre de cara a próximos estrenos en los que estuviera involucrado.
Y ya ha llegado. Holy Spider es una producción danesa que se ha colado en la shortlist de los Oscar 2023 de cara a representar a su país en dicha gala. El día 24 de enero sabremos si consigue la nominación que desde luego merece, porque es otro acierto en la filmografía de su director.
Cuenta la historia real de Saeed Haneel (Mejdi Bajestani), quien entre el año 2000 y el 2001 mató a 16 prostitutas en su objetivo de limpiar de mujeres indignas la sociedad iraní. Rahimi, una periodista interpretada por Zar Amir-Ebrahimi, acude a la ciudad de Mashhad para intentar dar con él y que se haga justicia. Pero el número de cadáveres va aumentando, la figura del ‘asesino de arañas’, como es conocido por las informaciones de la prensa, se va haciendo más famoso y la aprobación por parte de la opinión pública, que lo ve como un héroe, también va en aumento, por lo que se va haciendo más complicado darle caza y que posteriormente caiga sobre él todo el peso de la ley. Pero Rahimi no va a dejar de perseguir ese objetivo, aunque tenga que poner en riesgo su vida.
Holy Spider está contada como si de un thriller se tratase. Es la persecución de un asesino al que desde el principio identificamos porque lo vemos tanto en su ambiente familiar como actuando los días que, metódicamente, le toca hacer patrulla para seleccionar a la prostituta a la que va a ejecutar. Siempre con el mismo método, que es el que más fácil le resulta y el que menos contacto con la mujer requiere.
Periodista en busca de pistas para encontrarlo, asesino que sigue con su rutina tratando de no ser cazado. Y todo esto lo cuenta Abbasi con una tensión que va en aumento a medida que la película avanza. No te suelta. Como espectador no puedes sino estar pendiente de la pantalla y seguir los acontecimientos con la presión apremiante de que el caso se resuelva cuanto antes.
Porque Holy Spider es excesivamente realista. No solo en lo que a los asesinatos se refiere, que son filmados con una crudeza inusual para cualquier cineasta, con un realismo extremo que no ahorra detalles sobre el proceso de agonía de las víctimas, también por el retrato de Irán que ofrece. Nos muestra lo que ya sabemos, sí, pero que nos acerque a un lugar en el que la mujer no cuenta, no tiene derechos y si es prostituta ha de ser eliminada es brutal. Por eso el asesino es visto como un héroe: alguien tiene que hacerlo y quien se atreva va a conseguir admiración generalizada.
Y existe en nosotros, como espectadores de occidente, esa dicotomía, la de darnos cuenta de la crueldad de lo que está ocurriendo con las mujeres y la de saber que su pueblo la admite. Es horrible pero es normal, es su cultura, es su forma de enfrentarse a la sociedad. Por eso la película asusta y funciona, por eso es tan frustrante como sensata, desde el punto de vista de un mundo tan alejado del nuestro.
Aunque el tipo de cine con el que nos lo muestra sí es muy cercano al que nosotros estamos acostumbrados. Ali Abbasi es un director iraní nacionalizado danés y vive en Dinamarca, y en Europa la narrativa cinematográfica es más ligera que la que suele llegarnos de su país de origen. Por eso, si nadie nos dijera de qué nacionalidad es solo podría darnos pistas la historia y el vestuario de las mujeres. El ritmo es frenético y el estrés que provoca también.
Por eso, Holy Spider es un nuevo clásico. Una película imprescindible que recomendar a cualquier amante del cine. Eso sí, como ya he dicho, su crudeza es muy explícita y tanto su tono como su atmósfera son escalofriantes, así que no es una película para todo tipo de espectadores. Hay que tener claro que su calidad no es incompatible con su dureza, por lo que es mejor estar al tanto de lo que vamos a encontrar cuando se acceda a la sala. Sabiendo a lo que te enfrentas estás preparado para ver cine de primera categoría, ese que perdura en el recuerdo y permanece en la historia.
Silvia García Jerez