RODRIGO CORTÉS: Dirigir nunca es rodar, es conseguir que funcione lo que ruedas
Hablar con Rodrigo Cortés siempre es un placer. Y es un placer porque es maravilloso escucharlo. Sabe de cine, sabe contar cómo es el cine, en qué consiste rodarlo, la técnica que se ha de emplear en cada escena y cómo él lo pone todo en práctica. Cada entrevista con él es una masterclass de la que sales encantado por lo que has aprendido. Y ante el estreno de su último trabajo, El amor en su lugar, la situación no cambia.
El amor en su lugar comienza con un plano secuencia de 12 minutos para situarte en el gueto de Versovia en el que transcurre la atmósfera de la película, para luego adentrarte en el teatro en el que va a pasar, físicamente, la acción de la misma: la obra que vamos a ver representar. Mientras, detrás del telón se palpa el horror de lo que hay fuera y tiene lugar la catarsis de cómo afrontarlo. Literalmente, la película contiene dos planos a los que vamos a asistir como espectadores.
Así las cosas, no podíamos dejar de preguntar por la concepción de ese plano secuencia y por si en ningún caso Rodrigo Cortés se planteó continuar con él el resto de la película y hacer una mezcla entre el teatro de Birdman y la guerra de 1917, dos títulos prodigiosos contados en plano secuencia. Falsos planos secuencia, por supuesto, pero cuyo resultado visual es impecable a la hora de que no se note. Cómo no, sus respuestas fueron de lo más interesantes.
También quisimos preguntarle por la banda sonora, esa música preciosa compuesta por Víctor Reyes que desde el comienzo de la película está presente. Y tampoco nos defraudó a la hora de hablarnos de ella.
De todo esto y de muchas cosas más hablamos con Rodrigo Cortés acerca de este último film que ahora estrena, una película portentosa que está entre lo mejor de su filmografía y forma ya parte de la historia de nuestro cine.
Silvia García Jerez