EMA: LA APOCALÍPTICA VISIÓN DE LA GENERACIÓN X
La obra más contemporánea e inclasificable de Pablo Larraín, Ema, es un cóctel de sensaciones frenéticas, que a pesar de haberse ido de vacío en el Festival de Venecia, no va a dejar indiferente a nadie.
La premisa de un matrimonio que trata de enfrentarse a la incomprensible decisión que tomaron de revocar una adopción, le sirve como excusa al realizador chileno para reflejar el estilo de vida de la generación Youtube: una generación caprichosa e inconformista, que sin conocimiento ni formación, está dispuesta a romper con todo paradigma clásico. Una generación que creé adoptar ideologías mediante el libre albedrío. Pero lo cierto es que son el resultado de una subcultura residual, efectista y populista.
Paradójicamente esta obsesión acérrima por el empoderamiento femenino, pretendida por Ema y su séquito, confronta de lleno con su pasión por el reguetón: la poligamia y el feminismo más desmesurado son más propios de un marketing sensacionalista que de un vehículo de expresión para la mujer. Referido a esto último, destacar el alegato del personaje de Gael García Bernal, coque tiene contra este ya saturado género musical. Quizás esa sea la mejor escena de esta grotesca comedia negra.
Cargada de imágenes poéticas y con una construcción muy fragmentada, Ema parece más cercana en cuanto a su realización a un videoclip de Youtube. Esto encaja a la perfección ya que el punto de vista es el de unas jóvenes sobreestimuladas, cuya percepción de la vida, no difiere mucho de la del resto de jóvenes.
Por último destacar al tándem protagonista compuesto por el siempre convincente Gael García Bernal y Mariana Di Girolamo. Esta última incendia literal y metafóricamente la pantalla, toda una actriz para tener en cuenta en los próximos años. Quizás sí sea una película difícil, pero al menos el espectador que no la disfrute podrá llevarse unas bonitas postales de Valparaíso.
Guillermo Asenjo