DUNE
El sueño de Lynch y Jodorowsky en las asombrosas dunas de Villeneuve
Al principio todo era desierto. Dunas enormes recorridas por gusanos gigantes y plagadas de la Especia, una materia subterránea que mantiene la vida en el planeta Arrakis, mientras un par de dinastías luchan por el poder de su explotación y la profecía de un Elegido con un destino que cumplir, recorre tal universo.
En origen, este relato firmado por Frank Herbert en los años sesenta, fueron varios libros que hoy por hoy, siguen considerándose de los mejores de la ciencia ficción. Luego, llegó el onírico David Lynch que se permitió el sueño de llevarlo al cine en 1984, siendo un fracaso de taquilla e ipso facto, película de culto –sin dejar manchón en su filmografía, ni desmerecer el reflejo de las novelas-. Y entre tanto, Jodorowsky intentó realizar una nueva versión del que hay un documental en el 2013, que no tiene desperdicio.
Pero ha sido con Denis Villeneuve, quien participa también en la adaptación a guión, cuando Dune se ha convertido en realidad y en pantalla grande; adentrándonos como nunca en esos mares de arena y luchas familiares entre emperadores, nobles, duques y nativos -entre Atreides, Harkonnen yFremen- con todas sus dudas, miedos y amores. Alrededor de la avaricia y envidia, la política y la fe, la lealtad y la traición, materializándose en batallas por tierra y entre asombrosas naves espaciales -que bien podría ser una de Star Wars, o un Game of Thrones-, este Dune donde la crueldad se intuye, se persigue la búsqueda de identidad y existe una visionaria conciencia medioambiental, es una inmersión que condicionará futuros mundos.
Se estrena este fin de semana tras las estupendas críticas recibidas en el Festival de Venecia, confirmando el buen gusto y buen hacer de Villeneuve al dominar el cine espectacular para la mayor audiencia posible, desde la sutileza y dejando impronta, como en sus anteriores filmes (interesándonos desde Incendies, seduciendo en Prisioneros y fascinando con La llegada).
Durante dos horas y media, y practicando un tempo no común ante el frenesí de una superproducción, Dune de Villeneuve muestra un diseño de producción y sonido soberbio, un reparto de lucir y para lucirse -Timothée Chalamet, Zendaya, Jason Momoa, Josh Brolin, Charlotte Rampling, Javier Bardem, entre otros y otras del star system– y una banda sonora brutal a manos de Hans Zimmer, alternando ruidismo y silencio -en la línea de Blade Runner 2049, otro mito cinematográfico al que se enfrentó junto al director canadiense-.
Villeneuve triunfa con esta epopeya csi-fi del 2021, otorgándole grandeza y personalidad. Una encomiable cruzada futurista que atrapa desde su arranque, manteniéndonos en su universo hasta el final con su asombroso desierto y un sorprendente villano -a lo Apocalypse Now, que marcará a toda una generación como lo hizo el ochentero de Lynch-.
Y esto es solo el comienzo…
Vendrán dunas nuevas, en las que no debemos perdernos, que aún seguiremos, siempre que Villeneuve nos guíe.
Mariló C. Calvo