CRUELLA: ¡Que empiece la fiesta!

Nunca has visto a Cruella De Vil así. Nunca. El personaje creado por la escritora británica Dodie Smith en su novela 101 dálmatas y posteriormente adaptado por Disney, en 1961, en una de las versiones más famosas de la historia de esta malvada mujer obsesionada con los cachorros de esta raza para hacerse con ellos abrigos de piel regresa a los cines de una manera novedosa y única.

La película animada es la más legendaria, pero la que protagonizó Glenn Close en 1996, 101 dálmatas (¡Más vivos que nunca!) es la otra icónica adaptación a la pantalla grande, tanto es así que tuvo su secuela en 102 dálmatas, también con Glenn Close como la villana protagonista.

Y ahora nos llega una versión distinta, con una Cruella que inicialmente no es cruel, solo un tanto gamberra…

Aquí vamos a conocer a Cruella desde que era Estela, un bebé con el pelo ya dividido en los dos colores que la hacen célebre, el blanco y el negro, su yin y su yang, para pasar después a ser una niña conflictiva en el colegio, capaz de meterse en todos los líos y peleas posibles. Eso hará que la expulsen y que su rumbo se dirija hacia Londres, junto a su madre.

Allí empezarán una nueva vida en la que todo cambiará para ellas en una fiesta organizada por y para la alta sociedad que se da cita, y su madre sufrirá un accidente que dejará huérfana a Estela.

Sola y desesperada, dos ladronzuelos la encuentran desamparada y la unen a ellos para formar un equipo en el que los tres hagan su parte, y un buen día, uno de ellos, ya siendo adultos, cuela un currículum de Estela en las dependencias de Recursos Humanos de la tienda en la que ella sueña con trabajar. Por supuesto, la contratan, aunque su destino no será precisamente glamuroso. Pero a partir de la entrada en la tienda de la Baronesa (Emma Thompson) todo cambiará de nuevo para Estela (Emma Stone), convirtiéndose en su ayudante predilecta. La historia, para ambas, solo acaba de empezar.

Estela (Emma Stone) antes de convertirse en Cruella
Estela (Emma Stone) antes de convertirse en Cruella

Cruella nos sitúa en los orígenes de un personaje mítico. Sabremos ahora muchas cosas de cómo llegó a ser Cruella De Vil, nombre y apellidos incluidos, conoceremos a Horacio y Gaspar, sus amigos ladronzuelos, admiraremos la habilidad de la chica para diseñar y coser trajes espectaculares… no quedará detalle que no sepamos del personaje.

Sus dos protagonistas, dos Emma a cual más brillante, son el alma de la función. La rivalidad entre ambas, que se va acrecentando a medida que vayamos desgranando sus secretos en la historia, será tan intensa que nos lo harán pasar estupendamente mientras somos testigos de cómo llevan a cabo sus batallas.

Porque Cruella, la película, es una fiesta. Es puro espectáculo. El cine se inventó para darle al espectador experiencias como las que vivirá viendo esta maravilla. Cruella le da al público la adrenalina que necesita para vibrar en la butaca. No es una película de acción, pero tiene una tensión que te hace vibrar, no es un thriller pero hay películas que bajo esa etiqueta no consiguen tenerte tan absorbido, no es un musical pero las coreografías que hacen que los personajes se muevan entre sí para conseguir los objetivos marcados bien podrían encajar en dicho género. Y tampoco es una comedia pero su tono es tan optimista que te alegra como la mayor de las carcajadas.

Craig Gillespie, director de la fabulosa Yo, Tonya, o de la estupenda Lars y una chica de verdad, una de las primeras películas protagonizadas por el hoy inmenso Ryan Gosling, hace de Cruella la película definitiva sobre esta villana.

Desde el inicio la progresión del ritmo es asombrosa. Su duración es larga pero no se hace pesada. Al contrario, sus dos horas y cuarto pasan volando.

Su imaginería, esa fantasía que son los diseños de vestuario para las dos Emma, a cual más impresionante, a cargo todos ellos de Jenny Beavan, la ganadora de dos Oscar, por Una habitación con vistas y Mad Max: Fury Road, que no pueden tener atuendos más diferentes, la banda sonora está llena de canciones míticas que suenan en los momentos adecuados, el maquillaje y la peluquería, con esas pelucas tan perfectas, cada departamento le otorga a Cruella el elemento necesario para que el conjunto brille hasta deslumbrar.

Emma Thompson interpreta a la Baronesa, en Cruella
Emma Thompson interpreta a la Baronesa

Sus dos Emma: Emma Stone y Emma Thompson. Menudo despliegue de talento en la pantalla. Las dos están sublimes y tienen a su favor un magnetismo tan apabullante que atraen todas las miradas en un constante concurso que trata de responder a la pregunta de quién está mejor. Y la respuesta es las dos. Cada una tiene un cometido y lo desempeña a la perfección.

Stone, ganadora del Oscar a la mejor actriz por La La Land, bien podría ganar otro por este trabajo. Pero la Academia solo nomina películas intensas, nada de distracciones ligeras con toques de cine fantástico. Y lo cierto es que si lo hiciera merecería la candidatura porque Stone domina la escena con un poderío digno de la estrella en la que se ha convertido. Tiene momentos en Cruella que son para levantarse y aplaudir. Su dualidad, representada en los dos colores de su pelo, el blanco y el negro, la luz y la oscuridad, es exquisita porque no son extremos radicales, cada lado del espectro tiene componentes del personaje contrario, y eso hace de la interpretación de Emma Stone una de las joyas que destacará en su filmografía.

Por su parte, Emma Thompson convierte a su baronesa en una villana a tiempo completo, incluso cuando trata de ser más amable, cosa que a duras penas consigue. Es un alma oscura que transmite su potencial amargo en pequeñas y desafiantes dosis, desde en su altivez hasta en esa manera de pronunciar su inglés, arrastrando las vocales en una exasperante muestra de hasta dónde puede llegar su pedantería.

Su Baronesa es exigente y siempre desafiante, no da tregua y su listón propone retos que por momentos nos recuerda que ella misma podría haber sido, de haber tenido la edad en 2006, ese Diablo que viste de Prada en lugar de Meryl Streep. Porque Emma Thompson sí encuentra la manera de integrar su tono con el de la película, en vez de aportarle la seriedad con la que Streep afrontó el personaje, y por eso nos resulta aún más admirable.

Ambas afirman habérselo pasado muy bien en el rodaje y esa es la impresión que da. Que no ha sido fácil, porque es un trabajo en el que hay que cuidar muchos detalles, tanto físicos –esos vestidos deben pesar un montón- como psicológicos, pero teniendo los mejores compañeros no hay complicación que se resista. Y se nota que se han debido divertir en medio de todo el follón que supone la historia que se cuenta. Si para el espectador es una experiencia maravillosa, en el set, llevando a cabo cada plano, es de imaginar que todos los días fueran una delicia.

Y no hay otra palabra para definir el visionado de Cruella. Es una delicia. Divertida por encima de todo, es un viaje hacia la perfección técnica y artística que Disney ha bordado en esta historia de acción real que cuenta incluso con unos créditos finales dignos de las películas de James Bond. No es para menos: esta Cruella ha nacido para ser mítica, así que ¡que empiece la fiesta!

Disney estrena Cruella el 28 de mayo simultáneamente en cines y en la plataforma Disney+ con el habitual precio adicional de Premium: 21,99 euros.

Silvia García Jerez

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