¿Será BLADE RUNNER 2049 la película de los Oscar?
A cinco meses exactos de que tenga lugar la próxima ceremonia de entrega de los premios más famosos del cine, que se entregarán en Los Ángeles el 4 de marzo de 2018, la denominada Carrera de los Oscar ya ha comenzado.
Lo hizo extraoficialmente en el mes de mayo, cuando tuvo lugar el festiva de Cannes, que por situarse tan pronto en el tiempo no cuenta de manera oficial para muchos medios, pero si repasamos su historia es más que evidente que muchas de las películas que allí han competido, e incluso ganado, luego han estado muy presentes en la Gran Noche de Hollywood.
Pero casi siempre suelen contarse los festivales de Venecia, en menor medida el de San Sebastián y últimamente con mayor el de Toronto, tras dejar Berlín de ser su escaparate, como los máximos exponentes del gran cine internacional que veremos en las pantallas y que lucharán por ganar la preciada estatuilla.
Otros años, a estas alturas, ya tenemos una idea aproximada de qué título puede alzarse con el máximo galardón, aunque luego las sorpresas descabalen las quinielas, pero podemos orientarnos acerca de cuál será la película que gane con más o menos contundencia. En el festival de Venecia de 2016 se vio La La Land y hasta el último momento no dejó de ser la favorita para la mayoría de espectadores y expertos en los Oscar. Pero actualmente, a 4 de octubre de 2017, no existe un sustituto de la cinta de Damien Chazelle en este aspecto. ¿O sí?
Con Blade Runner 2049 el mundo se ha vuelto loco. Es la película más esperada de la temporada, una vez que ya se ha pasado un verano fastuoso en el que hemos visto joyas como La guerra del planeta de los simios o Dunkerque, que podrían perfectamente sumar nominaciones importantes si la Academia no fuera tan estricta con las normas no escritas que la caracterizan y no le importara demasiado fijarse en cintas que se salen de su esquema dramático convencional.
Blade Runner 2049 no ha pasado por ningún festival, por lo que a priori las señales no invitaban a pensar que pudiera tener posibilidades de una calidad que la llevara a optar a premios, más allá de los que siempre pueden conseguir las cintas de ciencia ficción, los técnicos mal llamados menores.
Pero al verla uno se da cuenta de que haberla tratado con recelo es lo mejor que podía hacer su distribuidora porque las joyas tienen que ser mimadas, guardadas en papel de seda y cogidas con guantes para que no sufran daños. O lo que es lo mismo, trasladado al concepto de una película: Blade Runner 2049 ni es como las demás ni, como pasa con todas ellas, es conveniente saber nada de su contenido. Ni siquiera su argumento, cuanto menos detalles que estropeen su visionado.
Una vez acaba la película y asimilado que estamos ante un ejercicio mayúsculo que mezcla el arte en una dimensión que ni el propio cine conocía (la fotografía de Roger Deakins es un prodigio inaudito) con el entretenimiento de quien se deja llevar por sus más de dos horas de duración, cabe pensar si el último trabajo de Denis Villeneuve puede ser ese La La Land que andamos buscando.
Si nos atenemos a que la Academia premia con carácter retroactivo todo lo que debió ensalzar en su momento, Villeneuve, sin ser favorito por La llamada (Arrival) una contrincante de ciencia ficción a la altura de lo que implica el Oscar, el director se quedó sin él. Tampoco ganó Ryan Gosling, que no era favorito pero, siendo realistas, si la Academia quiere hacer pleno, vota también en esa dirección. Y La La Land solo le consiguió la gloria a Emma Stone, por lo que a Ryan también le debe una y no sería mal momento para pagársela.
Harrison Ford, que solo tiene una nominación como mejor actor por Único testigo, podría ser incluido en la categoría de secundario por este trabajo. No sería mala idea y se acercaría así al Oscar honorífico que lo mismo la Academia sí decide darle. Si no lo premia de una forma, a lo mejor lo hace de otra. Y la maravillosa Ana de Armas, con un papel más complicado del que parece, debería ser objeto, cuanto menos, de admiración y consideración, también como secundaria.
Por otro lado, la ciencia ficción vive, como género, un momento tan dorado como el de las series en la pequeña pantalla. Ya lo ha admitido la Academia previamente al nominar a 10 estatuillas Mad Max: Furia en la carretera, y si premiara Blade Runner 2049 no solo estaría resarciéndose del error de no dárselo a la película de George Miller, sino que coronaría a la ciencia ficción con el reconocimiento que se merece.
En 1982, el Blade Runner de Ridley Scott obtuvo solo dos candidaturas al Oscar: a la mejor dirección artística y a los mejores efectos especiales. Cierto es que la recepción de la cinta en su momento no fue la más adecuada, aquella de la que hoy presume, pero no por ello sus fans al conocer, o recordar, ahora el dato dejarán de echarse las manos a la cabeza. Y esa injusticia del pasado hay que repararla.
Faltan los datos de taquilla para consolidar el mastodóntico trabajo de Denis Villeneuve, pero de ser un éxito, Blade Runner 2049 tiene mucho ganado para situarse en la delantera en un año en el que las favoritas no asoman con claridad por la profusión de grandes títulos en la carrera.
Vistas en festivales Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Missouri, de Martin McDonagh, con una Frances McDormand que ya se postula para conseguir su segundo Oscar, I, Tonya, de Craig Gillespie con Margot Robbie pisándole los talones a McDormand, Call me by your name, la maravilla, según afirman, del cine gay de este año que, en teoría no tendría demasiadas posibilidades al haberlo ganado Moonlight en la última edición, o La forma del agua, con un Guillermo del Toro tan brillante como en sus mejores títulos, haciendo historia en Venecia ganando el León de Oro con una película de género fantástico, muchas son las llamadas pero de momento ninguna la clara elegida.
Blade Runner 2049 les puede hacer sombra a todas. Las críticas positivas, que ya las colecciona, hablan de una película superior al clásico del que procede. No es descabellado afirmar algo tan gordo, así que la Academia podría decidirse a modernizarse y admitir que además de dramas y musicales hay otros géneros que también merecen pasar a su historia. Y digo a Su Historia, a la de los Oscar, porque a la Historia, a la del cine, Blade Runner 2049, ya va a pasar por derecho propios.
Silvia García Jerez