ASEDIO: La corrupción no tiene remedio

El 5 de mayo llega Asedio

a los cines de toda España,

película que lejos de provocar tedio

viene a entretener y a meter caña.

Lo primero lo consigue a base de ritmo y talento,

porque no para en ningún momento,

te mete en ese edificio a desahuciar

con esos policías a los que vas a odiar,

y te hacen sentir una claustrofobia espectacular.

¿Quiénes? Su guionista, Marta Medina,

y Miguel Ángel Vivas, el director:

ella, superlativa periodista de cine

que se estrena en estas lides

con un resultado abrumador;

él, responsable de Secuestrados,

Extintion o Tu hijo, títulos contundentes

que convierten a Vivas en un referente.

Natalia de Molina es Dani en la película

Ahora llega el turno de Asedio,

100 minutos de pura adrenalina,

en los que vamos a descubrir

el lado más oscuro de aquellos

que se supone están para servir,

proteger al ciudadano,

no dejarse corromper

y no hacer las cosas horribles

que a Dani le va a tocar ver.

Dani  es Natalia de Molina,

ella es la policía novata

una chica especialmente sensata

a la que espera una sorpresa

a la vuelta de la esquina.

En pleno edificio vacío,

buscando a quienes tienen que echar

Dani encuentra detrás de un mueble

una cantidad de dinero descomunal.

Ese será el principio de la pesadilla

que le hará concluir

que a lo mejor ser Policía

no consiste en destruir

a los inmigrantes que intentan sobrevivir.

Por mucho que quiera ser legal

las circunstancias no acompañan:

todo es oscuridad, todo está mal

en este Cuerpo sin entrañas

para el que la bandera de España

es símbolo primordial.

La inmigración
es uno de los temas principales de la cinta

Natalia de Molina, ¡qué actriz más fabulosa!,

con dos Goyas en su haber,

se transforma en la Dani más rabiosa,

un personaje que la sigue haciendo crecer,

que nos sumerge en lo más hondo

de este terrible lodazal

que la hace tocar fondo:

su profesión está lejos de ser ideal.

Asedio enseña las entrañas de la Policía corrupta

y nos arrastra al problema de la inmigración,

nos asfixia con un relato de naturaleza abrupta

contado con una gran precisión.

Enrique López Lavigne es el mago detrás de todo,

un productor tan valiente como salvaje,

capaz de zambullirse en el lodo…

desde luego se merece un homenaje.

Porque no es fácil ver una historia como Asedio,

y como espectador se agradece

que alguien apueste por exponer tal compendio

de temas que estremecen.

Sí, hemos visto Antidisturbios,

y recientemente Tú también lo harías,

pero Asedio no es una serie, es cine,

que las salas se preparen para la osadía.

Porque puede levantar ampollas,

y estará bien si lo hace:

hay que enfrentarse a las cosas,

dejar que la realidad nos alcance.

Silvia García Jerez

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