AFTER: AQUÍ EMPIEZA TODO

After: Aquí empieza todo es el nuevo fenómeno literario convertido en adaptación cinematográfica.
Es el relevo de las sagas Crepúsculo, Los juegos del hambre o anteriormente Harry Potter y el título que correspondiera a su entrega, que en realidad no dejó de ser una cuidada saga literaria que entusiasmó a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, que la fueron leyendo a medida que se publicaba y cuyas adaptaciones no alcanzaban la complejidad que las novelas sí tenían.
After: Aquí empieza todo consta de seis novelas en total, escritas por Anna Todd, en las que se relata el romance de Tessa y Hardin, una estudiante delicada e inocente y un misterioso jovencito cuya reputación no ayuda a que Tessa guarde su buen nombre en el primer año de universidad en Washington donde recibe sus clases y donde la chica cambia por completo de vida.
Tessa, además ha dejado atrás a un novio con el que llevaba saliendo desde siempre, un chico tan puro como ella, que al igual que su novia poco o nada sabe de la vida y que tendrá que enfrentarse a que la joven se abra al horizonte que ahora tiene por delante, a nuevos desafíos y a todo un mundo de compañeros nuevos con unas reglas de vida muy distintas a las que tiene aprendidas.

After: Aquí empieza todo

Josephine Langford, la chica que en la cinta de terror Siete deseos recibía el primer merecido de los siete que la protagonista lanzaba para solucionar sus problemas, encarna aquí a la dulce Tessa, y Hero Fiennes Tiffin, un chico cuyo apellido delata su procedencia, ya que es sobrino de Ralph y Joseph Fiennes, realiza aquí el que tal vez sea el trabajo que lo lance a la fama, tras haber interpretado a Tom Riddie, a sus 11 años, en Harry Potter y el Misterio del Príncipe.
Ambos juegan con buen hacer las cartas que la película les da. Es una historia de amor entre dos chicos a los que la fanfarronería de la juventud les supone experimentados en las lides sentimentales pero a los que la realidad, como también pasa una vez fuera de las salas del cine, no siempre permite haber accedido a tal dominio.
After no viene a revolucionar nada dentro del género ni a mostrar una chica más segura de sí misma porque los tiempos feministas requieran de heroínas que sirvan de ejemplo ante posibles espectadoras ávidas de que alguien las guíe desde una pantalla.
No, After va a contarnos cómo funciona el mundo, que hay machismo ahí fuera y que el chico sigue siendo el machote en la relación, porque así es en la vida real. After es un espejo de nuestros comportamientos, no una lección paso a paso de cómo hacer las cosas en el nuevo siglo.
Y en medio de esta exposición de hechos tiene lugar un aspecto que hace saltar las lágrimas de emoción en un film que a priori jamás mostraría algo así: un chico que saca un condón en una película para adolescentes. Bravo.
Ya sabemos que existen condones en las farmacias, pero no es habitual ver que el protagonista de un blockbuster para público de menos de 20 años lo tenga en cuenta y lo abra para usarlo. La educación sexual también puede y debe ser esto.

After, no nos engañemos, no es una gran película. No contiene buen cine, ni grandes interpretaciones, ni diálogos inolvidables, pero es la historia de amor que su público quiere ver en la pantalla y eso también es respetable en el sentido de que nadie, solo quien espere Cuando Harry encontró a Sally, por poner un ejemplo de cine romántico perfecto, se puede sentir engañado.
Tal vez más de uno diga que una mala película no justifica su visionado bajo ningún concepto, pero los fans del material original pueden llevar la contraria y disfrutar con el resultado de la puesta en imágenes de un libro que ha batido récords de ventas y ha propiciado una saga que ha tenido el mismo éxito.
Se ha comparado After con 50 sombras de Grey, pero para adolescentes. La propia autora, en su paso por Madrid, estaba encantada con la comparación, básicamente porque aunque piensa que no es igual, que la la relación no está tratada de la misma manera, admira la novela con la que se la equipara.
Pero Tessa y Hardin han de hacer valer su historia por sí mismos. Los humanos tendemos a compararlo todo para saber en qué ámbito movernos, para poner etiquetas con las que valorar con más facilidad. Y en ocasiones los libros y sus adaptaciones han de respirar su propio aire y exponerse a las opiniones de quienes salgan de ver ese título y no otro. Y en ese contexto, After, que no es ninguna obra maestra, sino que pretende agradar a los fans de la novela en que se basa, no debería tener ningún problema para lograrlo.

Silvia García Jerez

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