FLORENCE PUGH: La joya de ‘Viuda Negra’

Hace unos días que se levantó el embargo de Viuda Negra, que se estrena el 9 de julio. El embargo es la fecha, con su hora concreta en muchos casos, que las distribuidoras le ponen a la prensa como límite para permanecer callada al respecto de una película, de próximo o inminente estreno, puede ser a un mes o a tres días vista, y a partir de la misma ya se puede o bien alabar o todo lo contrario.

Inicialmente, cuando el embargo empezó a imponerse, era para que la prensa no se ‘cargara’ una película con el tiempo suficiente para que llegaran las malas opiniones a oídos, o a ojos si hablamos de lectura, de los posibles espectadores potenciales que fuera a tener. Si la prensa no opinaba bien de algún título muy esperado podía correr el riesgo de que no funcionara en taquilla. Hoy sabemos que eso no es importante porque prensa y público suelen estar a años luz de posibles coincidencias. Pero recientemente el embargo también está basado en fechas de estreno, y si en España se ve antes la película muchas veces nos piden que no hablemos de ella hasta que en Estados Unidos se levante su propio embargo.

Por lo tanto, que hoy en día una película tenga embargo no es síntoma de que sea mala, sino de la expectación que genera: mucha prensa, de cualquier manera, va a estar entregada, aunque luego el público no la acepte como se espera. Los tiempos cambian.

Las primeras opiniones de Viuda Negra han sido tibias. No es el entretenimiento Marvel que muchos creyeron, es bastante más lenta y aburrida de lo que esta factoría suele obsequiar a sus fans. Pero sí hay consenso en un aspecto de la misma, y ese consenso se llama Florence Pugh, la actriz inglesa que se apodera de la pantalla y que aunque no sea protagonista le falta poco metraje para que su personaje se considere como tal. Es una secundaria impresionante a la que nadie puede dejar de admirar.

Rachel Weisz, Scarlett Johansson y Florence Pugh en VIUDA NEGRA
Rachel Weisz, Scarlett Johansson y Florence Pugh en VIUDA NEGRA

En Viuda Negra, Florence Pugh interpreta a Yelena Belova, una Viuda Negra entrenada en la Habitación Roja de la Rusia soviética y rival de Natasha Romanoff (Scarlett Johansson), a la que tiene que enfrentarse si no quiere que ésta la mate, porque esa es su misión.

Es de Pugh es el segundo personaje de la era moderna en usar el nombre de Viuda Negra. Creado por la escritora de cómics Devin Grayson y por el dibujante J. G. Jones, Yelena es el personaje fundamental en esta adaptación a la gran pantalla. Todos los espectadores entran por Scarlett y salen rebosando elogios hacia su oponente.

No es que Scarlett Johansson esté mal en la película, simplemente hace lo que se espera de ella, su trabajo es rutinario y así no se brilla. Su brillo es su estrella, el magnetismo que Scarlett tiene para llevar a la gente al cine. Pero admitamos que ella es mejor fuera del cine de acción, cosa que no le viene nada mal, porque ser merecedora, no candidata, que también lo fue, sino merecedora, del Oscar a la mejor actriz por Historia de un matrimonio, no lo hace cualquiera. Esa película era difícil de interpretar y ella la bordó, al igual que hizo con su interpretación en la irregular Jojo Rabbit. Cada vez que Scarlett se enfrenta a una interpretación que requiere un perfil más intenso como actriz, consigue estar a la altura, y admitamos que lo mejor que Scarlett ha hecho en el cine fantástico se titula Under the skin, todos lo sabemos, pero esa cinta era tal marcianada, nunca mejor dicho, que jamás lograría el éxito de cualquiera de sus películas de Marvel. Y eso también lo sabemos todos.

Florence Pugh en MIDSOMMAR
Florence Pugh en MIDSOMMAR

Pero Florence Pugh es una fuerza de la naturaleza completamente distinta. Una actriz que desde que despuntó con su segunda película, la sensacional Lady Mcbeth, se convirtió en un talento a seguir. Lo suyo en la cinta de William Oldroyd era de ovación, y su descubrimiento en ella supuso una alegría para la industria y para los amantes del cine, que apuntaron su nombre en letras mayúsculas a la espera de que su consagración las convirtiera en letras de oro.

Y así fue cuando tres años más tarde, en 2019, protagonizó Midsommar, la obra de culto que dirigió Ari Aster. Película extraña sobre el funcionamiento de una secta en plenas celebraciones del solsticio de verano en una pradera sueca, no dejaba indiferente a nadie. Primero descolocaba y luego o la amabas o la odiabas. El término medio con ella apenas se daba. Tiempo después se ha convertido en un film de obligado visionado aunque solo sea para opinar sobre él, porque no es la típica película que esperas y mucho menos una que sea fácil de despachar con un: menudo bodrio. Aunque inicialmente lo creas así, la reflexión sobre lo visto, la indagación sobre su iconografía y lo que de verdad Ari Aster está mostrando, cambia, para bien, tu primera impresión.

Pero ahí estaba Florence Pugh, la protagonista de la fiesta, ganándoselos a todos, espectadores e invitados. Menuda reina estaba hecha. Era una maravilla seguir su arco dramático, asistir al despliegue de talento de una actriz capaz de emocionarte en medio del horror. Y claro, se consagró.

Después llegó Mujercitas, la versión de Greta Gerwig sobre la novela de Louisa May Alcott que dejó fascinado al mundo. Saoirse Ronan, otro diamante de la industria del cine, la protagonizaba, en el papel de Jo March, pero Florence Pugh obtuvo miles de halagos, y una nominación al Oscar como mejor actriz secundaria, por su interpretación de Amy, la hermana pequeña, pintora y una chica consciente de que el matrimonio es una cuestión económica para las mujeres, que dependen del hombre para todo desde el momento en que se casan. Para la época en que la historia está ambientada, mediados del siglo XIX, era toda una insolencia. Y aún hoy lo es, no nos llevemos las manos a la cabeza, que hemos avanzado… pero no demasiado.

Ahora Florence Pugh despunta de nuevo en una producción mastodóntica que lleva la firma Marvel. Su presencia, su talento, su dominio de la escena es tan evidente que no se puede mirar a nadie más cuando está ella en pantalla, y es quien permanece en la memoria a pesar de que Scarlett Johansson y la maravillosa Rachel Weisz también estén con ella en según qué fragmentos del metraje. Pero es que Florence es arrolladora.

También su inglés con acento ruso es asombroso al comienzo del film. Luego ya va decayendo, posiblemente en una decisión estratégica para no cansar al público, que no ha venido al cine a escuchar acentos raros y ya hemos dejado claro dónde ha crecido.

Y su sentido del humor. Destaquemos cómo se mete con Natasha, que es muy gracioso, tal vez de las pocas notas de comedia que tenga la película, cosa rara en la factoría Marvel, pero es que insistimos en que ésta no es su película más redonda.

Es Florence Pugh quien sí se lleva todas las alabanzas. Y se lo merece. Desde sus inicios ha demostrado ser única y se ha ido afianzando en una industria en la que a pesar de que siempre están buscando el talento joven y arrinconando a quienes cumplen años, como si fuera algo malo en lugar de un aliciente, Florence está sabiendo elegir proyectos que o bien son interesantes o lo acaban siendo para su desarrollo como intérprete. Convertirse en la mejor del reparto, por muy rutilante que éste sea, no siempre es fácil pero a ella parece que no le cuesta nada. Ni a nosotros aplaudirla y reconocérselo.

Silvia García Jerez

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