SANTIAGO RONCAGLIOLO: El poder es conservador
Santiago Roncagliolo (Lima, Perú, 1975), uno de los escritores más sublimes de la prestigiosa cantera de autores latinoamericanos, publica nueva novela: Y líbranos del mal (Seix Barral, 2021). Un relato que pone su foco en el dolor del pasado y nos presenta a personajes cuya vida ha sido afectada por éste. Charlamos con él, con el ganador del Premio Alfaguara de novela en el año 2006 por Abril Rojo, de su último trabajo, que nos lleva a hablar de política, de religión, de tabúes y de todo aquello que incomoda a la sociedad. Y no, no le gustaría escribir una comedia romántica.
La Cronosfera: ¿Qué te llevó a escribir Y líbranos del mal?
Santiago Roncagliolo: Conocí un caso de abusos que ocurrió cerca de mí, de mi familia, de amigos. Cuando las denuncias salieron a la luz, me llamó la atención que hubiese ocurrido durante años, a muchas personas, pero nadie hubiese dicho nada. Quise escribir una novela sobre el silencio. Sobre la complicidad de los que callan.
La Cronosfera: ¿Ésta ha sido para ti la novela más difícil de escribir de tu carrera o todas tienen un grado de dificultad que hay que afrontar de una manera más o menos metódica que el oficio contemple desde su nacimiento?
Santiago Roncagliolo: Cada novela tiene su propia dificultad. Y encuentra su propio camino. En este caso, tenía un tema muy escabroso y no quería ser sensacionalista ni regodearme. El reto era narrar a través de lo que no se dice. Los lectores tienen que adivinar lo que ocurre detrás de las puertas. Y todos lo adivinan.
La Cronosfera: llama mucho la atención que hayas dividido la novela en partes tituladas Padre, Hijo, Espítu Santo y Amén. Le queda muy bien a la estructura y a lo que la novela representa, pero no deja de ser llamativo. ¿Cómo se te ocurrió hacerlo así?
Santiago Roncagliolo: Soy un escritor muy católico, supongo. Me interesan las religiones en general, pero esta es la que conozco mejor. Las religiones son sistemas de creencias que nos permiten lidiar con lo desconocido, y en particular con la muerte. Eso las convierte en fuentes extraordinarias para un autor de historias de terror, que es lo que soy en cierto modo.
La Cronosfera: La familia de Jimmy vive en Nueva York porque su padre huyó de Perú y ahora está encantado, reniega de su pasado por razones que iremos sabiendo a lo largo de la lectura. ¿Te identificas con ese sentimiento de satisfacción viviendo en Barcelona aunque no sea por las mismas razones?
Santiago Roncagliolo: Hoy en día, quizá soy tan extranjero en Barcelona como en el Perú, donde no he vivido en veinte años. Y crecí en México, de modo que mi vida anda repartida por muchos lugares. Como Jimmy, busco un territorio que pueda hacer mío, y ese lugar es el pasado. El pasado es un país extranjero.
La Cronosfera: La novela habla de secretos que salen a la luz. ¿Es mejor afrontarlos que retenerlos? ¿Aflorarlos solo es buena idea en la ficción para lograr un relato más rico pero en la vida real mejor dejarlos donde están?
Santiago Roncagliolo: Durante los últimos años de mi padre, tuvimos muchos momentos parecidos a los de Jimmy y Sebastián. Había cosas de las que no hablábamos, aunque sabíamos -o creíamos- que nos habíamos perdonado. Y me parece que fue mejor así. Sin embargo, lo de Jimmy es más urgente. Él no sabe quién es. Los secretos de su padre son las piezas que le faltan a su propia identidad.
La Cronosfera: En un tiempo en el que estamos viendo en la prensa casos escandalosos dentro de la Iglesia tenemos en las librerías títulos como el tuyo o como Catedrales, de Claudia Piñeiro, que hacen referencia directa a la parte más sórdida de la institución. ¿Es coincidiencia que ahora la literatura se fije en este tema o se ha abierto una puerta que antes estaba cerrada?
Santiago Roncagliolo: Se han hecho públicas cosas que durante siglos se escondieron en el silencio. Y las novelas sirven para rasgar los silencios. En este caso es especialmente importante, porque era tan ominoso el mutismo que muchos jóvenes fueron víctimas sin saber que lo eran. Ni siquiera tenían una palabra para lo que estaba ocurriendo. Ellos buscaban amor. Y cuando no conoces el amor, lo confundes con cualquier cosa.
La Cronosfera: La familia de Y líbranos del mal está circunscrita en una determinada ideología, que suele estar presente en los casos de pasados similares que leemos en la prensa. Muchos dirán que es un estereotipo pero, ¿es así o responde a un patrón constatable?
Santiago Roncagliolo: El poder siempre es conservador. Porque tiene cosas que conservar. Y en el mundo hispano, el conservadurismo es católico. En los países latinoamericanos, donde los abismos sociales son muy profundos y los pobres son de otro color, los ricos viven acorazados contra ellos: se refugian detrás de muros. Ponen a sus hijos en colegios y barrios segregados… También hay abusos en escuelas de teatro o clubes deportivos, pero esas instituciones no tienen tanto poder, ni se identifican tan claramente con una clase social.
La Cronosfera: Cuba y Venezuela aparecen aquí como armas arrojadizas. En España también se usan en los discursos. ¿No hay otras?
Santiago Roncagliolo: Cuando quieres atacar a alguien, lo identificas con su peor ejemplo. No vas a desacreditar a un izquierdista comparándolo con Obama o José Mujica. Pero funciona en ambos sentidos. A la derecha la atacan con el franquismo o con Pinochet. No con Angela Merkel.
La Cronosfera: ¿Hay algún personaje de Y líbranos del mal al que hayas odiado mientras lo escribías?
Santiago Roncagliolo: Al contrario. Una exploración muy importante de todo mi trabajo es cómo el mal anida en corazones buenos, en emociones que todos tenemos, incluso en la necesidad de amor. Los victimarios de mis libros también son víctimas, y viceversa. La vida es así, pero necesitamos pensar que somos buenos, y que los malos son otros. Y lo mismo piensan esos otros.
La Cronosfera: Y líbranos del mal es una novela muy dura. ¿En algún momento te planteaste no escribirla o no seguir escribiéndola?
Santiago Roncagliolo: De ninguna manera ¡Quería saber qué pasa al final! Y espero que los lectores también quieran saberlo. Suelo tratar temas muy duros, incómodos, perturbadores. No me interesa escribir comedias románticas.
La Cronosfera: ¿Qué supuso para ti el Premio Alfaguara de Novela con la fabulosa Abril Rojo?
Santiago Roncagliolo: Fue un subidón para un autor que recién empezaba. Y me acercó de inmediato a cientos de miles de lectores. Pero después de un éxito así, también fue muy difícil construir una carrera propia, arriesgándome a hacer cosas diferentes, siguiendo mis propios impulsos más allá de lo que me pedía la industria. Visto desde ahora, me alegra tanto haberlo recibido como haber podido sobrevivir a él.
La Cronosfera: A lo largo de tu obra se salpican las historias sobre las altas esferas, la alta sociedad, sus contradicciones con lo que se espera de ella, sus lados ocultos, la clase oprimida, los abusos, ¿cómo encuentras las historias que luego plasmas? ¿En los periódicos, historias que alguien te cuenta, con las que te topas por casualidad o ya tenías muchas archivadas mentalmente a la espera de que les llegara el momento?
Santiago Roncagliolo: En los tabúes. Me interesa hablar de lo que las sociedades no quieren hablar. Cada vez que algo se esconde en el silencio, me parece que debo escribir precisamente sobre eso.
La Cronosfera: ¿Estás trabajando ya en tu próxima novela? ¿Qué leeremos próximamente de Santiago Roncagliolo?
Santiago Roncagliolo: Durante la pandemia, me dediqué a escribir guiones. Trabajé en una serie que se está rodando en México. Y escribí el guión de mi novela La Pena Máxima, que se filma en el Perú ahora mismo. Así que mis próximos proyectos no se leerán. Se verán.
Silvia García Jerez