El Escándalo (Bombshell): The Hunted Fox
El Escándalo (Bombshell) cuenta con tres merecidísimas nominaciones en los próximos premios de la Academia de Cine de Estados Unidos. Veremos la madrugada de este domingo 9 al lunes 10 si la mejor actriz es Charlize Theron, la mejor actriz de reparto es Margot Robbie, o si el galardón a mejor maquillaje, a juzgar por los resultados, es para la Virgen de Lourdes: ¡Qué trabajazo de caracterización! ¡Y qué estupenda película, por cierto!
A lo que vamos, El Escándalo (Bombshell) contando con estupendo contrapunto crítico gracias a un pretendido envoltorio técnico, y artístico, de relucientes barras y estrellas televisivas, de periodismo político de audiencias millonarias y bajos fondos humanos bien vestidos con traje de buena tela y mejor talonario, es el relato trazado con tiralíneas, textos sobreimpresos con explicaciones salvavidas o toques de falso documental, por aquello de no querer demandas argumentadas y perdidas, que nos habla de uno de los casos de acoso sexual, y menosprecio de la mujer en su conjunto, que más conmocionó a la opinión pública de la tierra de El Sueño Americano. Ollas, y más ollas, de habas cocidas a lo largo y a lo ancho.
Habrá quienes, y varias razones tendrán, la tacharán de poco arriesgada y muy difusa, de argucia para buen lavado de cara de conocida cadena de noticias, o de telefilm venido arriba, pero hay que decir que, a pesar del relativo papel pintado que imita al ladrillo visto, El Escándalo (Bombshell) está por encima de la media dentro ese cine de periodismo/espectáculo que tan bien ha funcionado en pantalla grande con premios Óscar para pináculos de corte clásico como son Todos Los Hombres Del Presidente o Spotlight.
Aquí la guerra se sirve elegantemente perpetrada en cabellera rubia y bien amueblada, lejos de la de 1917, los parásitos no vienen de Corea Del Sur, sino que presiden despachos, con ascensor directo, en los que prima la pose y el estatus en detrimento de la corrección lógica, la denostada educación en valores y los códigos deontológicos. Vamos, que la gloria ha de pasar irremediablemente por el dolor de unas y el miserable placer de otros. Igual un Joker a tiempo hubiese dado un necesario, higiénico y merecido vuelco a una historia, ésta, que también podemos reconocer en la muy loable miniserie La Voz Más Alta.
Cuando la luz de sala prenda los hechos ya habrán sido expuestos y las conclusiones serán vuestras, pero para mí El escándalo (Bombshell) es un buen trabajo, de perfil serio, del irreverente papá de Austin Powers, Jay Roach, también responsable de Los Padres De Él (y Ella), además de la correctísima sacatrapossucios Trumbo. La Lista Negra De Hollywood. Hollywood, lugar éste donde nació el Me Too, pero donde también el poder agarra bien fuerte al indefenso, que solo cuenta, muchas veces, con abrazar el escándalo para poder disfrutar por fin de ese tan merecido día de los cerdos, ya saben: San Martín.
Luis Cruz