Visitamos el rodaje de la comedia TOC TOC
A veces el teatro se hace cine. El próximo año llegarán a nuestras pantallas La llamada, que acaban de terminar de rodar sus directores, autores también de la obra original, Javier Ambrossi y Javier Calvo, tras tres años de continuo éxito sobre las tablas, y Toc Toc, cinta que se encuentra en plena fase de rodaje una vez sumados aplausos durante los ocho años que lleva en cartel en nuestro país y los diez que de triunfo continuado en el resto del mundo, desde Francia, donde fue creada por el dramaturgo Laurent Baffie, hasta México o Buenos Aires.
La Cronosfera visitó el set en el que los personajes de Paco León, Alexandra Jiménez o Adrián Lastra se dan cita en su cinematográfica espera por el médico que tratará sus respectivos trastornos obsesivos compulsivos, o lo que es lo mismo, los TOC a los que hace referencia el título, y con ellos hablamos para ir desgranando lo que veremos en las salas cuando la película se estrene.
«Yo soy la de la limpieza, Blanca -nos cuenta la actriz Alexandra Jiménez-, la que se lava compulsivamente porque se piensa que se va a contagiar de algo espantoso y que se va a morir por ello. Tiene un toc intenso. Como todos.»
Adrián Lastra nos especifica el suyo: «Mi personaje tiene un trastorno que implica la incapacidad de pisar las líneas del suelo, la obsesión con el orden, con la simetría, tanto en su ser como en todo lo que le rodea. Un personaje con una pedrada en la cabeza que te puedes imaginar, claro (Risas). Pero en los ensayos vino una psicóloga a hablarnos de gente que sufría todo esto y no era nada, pero que nada divertido. Hay gente que lo pasa mal de verdad, que si pisa la línea piensa que se va a morir o que se va a morir un familiar suyo… Nosotros estamos haciendo una cosa mucho más liviana para que el público se ría. Porque yo siempre lo he dicho, que del sufrimiento viene la buena comedia.»
Por su parte, Paco León hace la correspondiente disección del personaje en el que está metido: «Emilio es el que tiene el trastorno de hacer cálculos matemáticos súper raros y lo cuenta todo. Además tiene un poco de Síndrome de Diógenes, por el cual a él no le ve mucho problema pero a su mujer sí, y está con su matrimonio en un vilo. Y con el taxi aparcado en la puerta, y relleno, porque se le ha colado un cliente y lo ha dejado encerrado.»
Paco y Alexandra coinciden de nuevo en una película. Y ya van tres veces, la primera en Embarazados, la segunda en Kiki, el amor se hace, que León dirigió y la presente, que está volviendo a ser una gozada para ellos: «Con Paco León lo bonito es que esta tercera vez que estamos juntos es muy diferente a la segunda y a la primera. Nos ha tocado estar en lugares muy distintos y poder trabajar juntos desde ángulos muy diferentes. Así que creo que nos estamos enriqueciendo los dos y disfrutando juntos todo y más.»
«Yo no me canso de trabajar con Alexandra Jiménez», afirma Paco, eufórico. «Es un placer. A mí me encantaría hacer con ella mil películas como hicieron Concha Velasco y Tony Leblanc. En Embarazados sí éramos pareja, en Kiki no y aquí tampoco, pero ya llevamos tres casi consecutivas porque entre medias está Siete años, que se estrena el 28 de octubre.»
Otros intérpretes de la cinta son Óscar Martínez, actor argentino al que hemos visto en la laureada Relatos salvajes y a quien también a partir del 28 de octubre veremos en El ciudadano ilustre, película que representará a Argentina en los Oscar 2017, o Rossy de Palma, una diosa dentro de la pantalla y fuera de ella, una mujer única con un sentido del humor extraordinario hacia la que Adrián solo tiene buenas palabras: «Trabajar con Rossy de Palma está siendo un descubrimiento personal. No como profesional, que está claro que ya sabes lo que es, sino como persona.»
Vicente Villanueva, director de Lo contrario al amor, que protagonizaron Adriana Ugarte y Hugo Silva, y de Nacida para ganar, en la que ya contó con Alexandra Jiménez como protagonista, toma de nuevo las riendas del proyecto y se embarca en una aventura que es de esperar tenga tanto éxito como la obra de teatro.
Adrián Lastra nos aclara cómo están trabajando con él: «No estamos improvisando apenas. Poco, porque Vicente lo tiene muy claro todo. Muy claro los planos. De hecho nosotros trabajamos, y los subimos a veces a las redes sociales, con avatares. Muñecos. Porque cada uno de nosotros tiene uno, que los pidió Vicente, a escala. A partir de eso nos va diciendo lo que nuestro personaje hace en cada secuencia. Él está abierto a propuestas pero lo tiene muy claro desde el principio.»
Alexandra ahonda en lo juntos que han de estar todos para llevar a cabo la planificación que Vicente tiene hecha del rodaje: «Estamos todos los personajes constantemente en el set, salvo contadas ocasiones en que se nos ve por fuera, cada uno con su vida, en pequeñas pinceladas a través de flash-backs. Pero casi toda la película transcurre en la misma localización, todos juntos, y cuando te toca a ti tus compañeros están y cuando es al contrario, también. Estamos todos como una piña desde primera hora de la mañana hasta última de la tarde. Es casi como una obra de teatro rodada.»
Respecto al aspecto físico que lucen los personajes de Adrián y de Paco, ellos nos desvelan las razones de los cambios que han llevado a cabo: «Quería cambiar completamente. No como Adrián, no porque me haga ilusión ir por la calle de rubio, sino que me gusta mucho disfrazarme. De hecho, cuando acabe esto me voy a rodar una película fuera de España y me raparé el pelo al cero. Pero es por propuesta mía. Nunca me ha gustado disfrazarme cuando era pequeño y ahora me encanta. También para desmarcarme por completo de Paco, que a veces tenemos un cierto parecido.»
«El bigote se debe a que estuvimos buscando estilos para el personaje y cuando encontramos este a todos nos gustó mucho. Al principio fue raro pero ya estoy acostumbrado. Es algo moderno porque había una pretensión de hacer algo estilizado. Todos los personajes están un poco cómic, yo digo que es un poco como la pandilla Scooby Doo.», concluye entre risas un Paco León que se marcha a atender a otros medios en esta fantástica localización de La Moraleja, en Alcobendas, donde tiene lugar el rodaje.
Silvia García Jerez