TOMB RAIDER: los orígenes de la leyenda

Nada dura eternamente y mucho menos la exclusividad. Hasta ahora, el Tomb Raider cinematográfico había sido propiedad de Angelina Jolie desde que la actriz la interpretara primero en Lara Croft: Tomb Raider y después en Lara Croft Tomb Raider: La cuna de la vida.
Pero todo cambia, especialmente en Hollywood, donde últimamente es demasiado habitual asistir al resurgimiento de personajes que ya hemos visto en la gran pantalla y que tuvieron su aceptación por parte del público, por lo que los estudios aprovechan la circunstancia para, cual temporadas de series, sacarles todo el partido que se pueda mientras la taquilla aguante.
Eso sí, para que parezca un proyecto nuevo se le lava la cara y se cambia de actores aunque se mantenga la esencia del personaje, algo fundamental cuando éste tiene un pasado. Y el de Lara Croft no está en las películas protagonizadas por Angelina Jolie sino en los videojuegos, que datan de 1996 y que, dicho sea a favor de las películas que se generan de su éxito, no han dejado de evolucionar.
Por eso, a pesar del hartazgo que pueda producir la cadena de clones cinematográficos que parten de personajes de videojuegos o cómics, tiene, desde el punto de vista del mercado, todo el sentido del mundo dedicar esfuerzos a una nueva versión, más actualizada y con una protagonista que, sin dejar de realizar proezas se trata de una chica más mundana que la monumental Angelina Jolie: Alicia Vikander.

Lara Croft (Alicia Vikander) es la protagonista de TOMB RAIDER
Lara Croft (Alicia Vikander) es la protagonista de TOMB RAIDER

Sí, cuando se hizo público que Alicia Vikander sería la nueva Lara Croft, solo debido a la simpatía que la oscarizada actriz despierta en los fans de la fabulosa Ex_Machina, y por qué no decirlo, la legión de admiradores que tiene por su belleza, su elección fue tímidamente aprobada. Alicia sabía, como contó en Madrid en la presentación de la película, que tenía que ganar la corporeidad que caracteriza al aguerrido personaje.
Pero querer acercarse a los orígenes del mismo también otorga la libertad de no haberse transformado aún en la imponente Lara con la que asociamos su imagen. Y Alicia ha trabajado a su Lara de manera que ya cuando se publicaron las primeras imágenes de la actriz en pleno rodaje éstas convencieron a los más escépticos. Sería una Lara Croft estupenda, solo faltaba verla en movimiento. Más allá del trailer, por supuesto.
Y el nuevo Tomb Raider está fabricado a imagen y semejanza de lo que se espera de un film de aventuras contemporáneo. Entretenido pero ni mejor ni peor que otros con las mismas virtudes y sus mismos defectos. Escenas de acción que ya hemos visto en decenas de títulos previos, los agujeros de guion esperados y los homenajes al cine de su género que vienen ya siendo tradición en el mismo.
Pero hay que reconocer que aunque nos vengan a la mente Los Goonies y En busca del Arca perdida en las primeras referencias a las que las situaciones de la película remiten, y a pesar de estar ya, afortunadamente, más acostumbrados a ver a heroínas de acción en la pantalla, no deja de ser bonito y hasta emocionante, asisitir a la constatación de que una Indiana Jones en la ficción de la gran pantalla no solo es posible, también es deseable.
Lara Croft en este Tomb Raider quiere ser una chica normal, y eso la va a acercar no solo a las nuevas generaciones que no estén tan familiarizadas con la revolución que supuso ver a Angelina Jolie metiéndose en la piel de un personaje que parecía pertenecerle, ya que nadie podía imaginarse un casting mejor para una mujer tan icónica, sino que además este reboot va a lograr que los que solo asociamos a Lara con Angelina nos alejemos por fin de esa exclusividad y demos forma en nuestra mente al diseño con otra actriz con solvencia para interpretarla.
Más allá de dicho acierto, que también está forzado por el hecho innegable de que Angelina no podría meterse en la piel de una jovencita Lara Croft, Tomb Raider es un producto de masas perfectamente ideado para el triunfo. Cuenta con todos los ingredientes para lograrlo, incluido el humor con el que se adornan un par de escenas con la presencia del gran Nick Frost.
Tomb Raider es, por lo tanto, cine de acción convertido en espectáculo que funcionará para aquellos aficionados al videojuego y para los que busquen en la película un divertimento sin las pretensiones de nada más. Para pasar un buen rato en el cine, la cinta cumple su objetivo. Para pasar a la historia del cine lo tiene más complicado.

Silvia García Jerez

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