Teatro – UNA MIRADA DIFERENTE – Entrevistamos a Inés Enciso
UNA MIRADA DIFERENTE, ¿Y QUÉ?
No. No somos iguales. Por más que se empeñen en globalizarnos a todos los niveles y como tendencia en alza, la realidad es que somos distintos. ¿Y qué?
Resulta que la identidad se busque en la diferencia, pero ahí está la paradoja del dispar que no quiere ser distinto -frente a los otros que se reconocen o no- y los prejuicios de la sociedad ante tal singularidad; cuando la normalidad seria aceptarla y compartirla, igualándonos, como humanos que somos.
Partamos pues de la realidad que todos tenemos limitaciones y que el arte siempre ha dado la bienvenida a los diferentes, como seres extraordinarios. En ese ámbito -y gracias- encontramos una Mirada Diferente; un elogio a la discapacidad en las artes escénicas, con la absoluta convicción de que incluir la diferencia es siempre enriquecedor.
Y me viene a la cabeza Diane Arbus, quien mostró en sus fotografías a personas con discapacidad y freaks que nadie hubiese querido mirar, fascinándonos con ellos «con su diferencia, ellos que ya han pasado su prueba en la vida; son aristócratas”.
Charlamos con Inés Enciso, creadora con Miguel Cuerdo del festival Una mirada diferente.
Un certamen con nuevas realidades escénicas, creando un espacio de análisis y discusión en torno a la visión de la discapacidad en la cultura; donde aún encontramos barreras arquitectónicas, junto a los absurdos y temerosos convencionalismos.
La Cronosfera: Cinco años ya, pero recuérdanos cómo empezó Una mirada diferente.
INÉS ENCISO: Justo coincidió el cambio de dirección en el Centro Dramático Nacional y la entrada de Ernesto Caballero. Miguel Cuerdo y yo decidimos sugerirle que el CDN debería abrir un centro contando con la diferencia. Creemos que es importante crear un espacio para la discapacidad porque todavía es muy invisible; es un colectivo que ha avanzado mucho en los últimos años, aunque desconocemos mucho todavía. Es verdad que hay muchos grupos en riesgo de exclusión y más dentro de la cultura, no sólo las personas con discapacidad, pero los otros colectivos no son tan invisibles socialmente; el colectivo de inmigrantes es un colectivo que aunque estén excluidos, está muy expuesto.
L.C.: También habéis tratado la vejez, hace un par de ediciones con Los Hedonistas.
Inés E.: Asi es. Pero el problema con la discapacidad es que tenemos que hacer un acompañamiento para que estén incluidos dentro de la sociedad. Y artísticamente ocurre lo mismo. Y hay miedo, mucho miedo y recelo…Entonces hablamos de poner el marcha algún tipo de iniciativa que caminara en ese sentido, y la verdad es que Ernesto desde el minuto cero dijo sí, tirar para adelante, pero hacerlo vosotros, buscad la manera. Y justamente en el arranque, ese año, fueron las Paraolimpiadas en Londres y desde Reino Unido se puso en marcha un proyecto muy potente –Unlimited, con el que estamos hermanados-; y decidimos seguir un poco la estela de ese proyecto.
L.C.: Con quienes realizáis intercambios…
Inés E.: Así es, y funciona muy bien. Hacemos un trabajo a lo largo del año y luego hay dos semanas de exhibición en el CDN, que muestra parte del resultado. Contamos con compañías nacionales e internacionales que tienen personas con discapacidad en sus equipos artísticos.
L.C.: ¿Qué es lo más difícil que te has encontrado en este tiempo?
Inés E.: Bueno, quizá no es lo más difícil, pero si hay algo común… El lema de este año es Te atreves, porque haciendo repaso de estos cinco años, en todos lados aparecía siempre la palabra miedo… La gente no sabe cómo tratar la discapacidad, o no sabe cuál es el lenguaje correcto, porque parece que ‘me estoy riendo de ellos’. Y hasta hemos llegado a escuchar de cierto programadores ‘tengo más miedo hacerlo mal que a no hacerlo, y prefiero no programar’. Está todo ese miedo, pero lo más gratificante es que todos los que han pasado por el festival y quienes han tenido este contacto directo con la discapacidad, han descubierto todo lo artístico que tiene… Y artistas como Laila Ripoll que participó en la tercera edición, ha empezado a poner en marcha proyectos que incluyen a personas con discapacidad, con un proyecto muy potente que se llama Cáscaras vacías que está girando de forma regular, en otros espacios y también fuera de España. Y Andrés Lima que estrena este año dentro del marco del festival, un espectáculo con personas con discapacidad. Así que nos ha devuelto esa idea que nosotros lanzamos al principio de que la diferencia es un valor artístico que aporta. Y nos lo han traído de vuelta todos estos proyectos. Ahora estamos recogiendo los frutos de esa cosecha; de haber estado diciéndoles ‘Ven, implícate y trabajar con un grupo de grupo inclusivo, ya verás’. Y todos han salido fascinados…
Queríamos convertirnos un poco en un caballo de Troya y hacer que la profesión, ese colectivo que ya está asentado, empiece a generar proyectos que incluyan a personas con discapacidad.
Si desde dentro empiezan a surgir proyectos, al final será más fácil que entren en las regulares.
L.C.: Cualquier diversidad y en cualquier disciplina tiene bienvenida, pero también ampliáis la inclusión al equipo técnico y demás actividades; el cartel de este año, por ejemplo...
Inés E.: Fue elegido entre una propuesta general de varios participantes, pero no fue un concurso. Queremos que la programación sea la más variada posible. Es verdad que el CDN por su línea estratégica solo debería programar teatro, pero en el marco del festival se nos permite programar otras disciplinas. Siempre hemos tenido libertad, e intentamos que haya un reflejo de distintas disciplinas para que pueda venir un público variado; así que ahí está la música, danza, el circo… Durante el certamen tenemos un acuerdo con plena inclusión y personas con discapacidad intelectual están haciendo prácticas en el festival en el área de producción y en sala. Y lo que sí que es verdad es que cómo ha cambiado el personal humano del teatro en estos cinco años. Al principio, recuerdo el primer día del festival, estaban aterrados y no sabían; pero la transformación ha sido brutal y ahora están deseando que llegue, y ves cómo tratan con las compañías y cómo se implican… Tenías que ver ayer la sala Mirlo, ¡llena de técnicos viendo la función!
L.C.: Qué maravilla. En el festival, además, hay espacio y montajes para los peques.
Inés E.: Exacto. Es muy importante que las niñ@s empiecen a descubrir la diversidad. En esta edición tenemos unos títeres en una historia super tierna con un grupo de amigos que tienen todos un pequeño defectillo, un pequeño toque; una la lámpara con la bombilla que no luce, un pequeño violín que le falta una cuerda, o un ventilador con una aspa que no le funciona bien… Además tenemos talleres y espectáculos para adolescentes; como el de la compañía Full Radius Dance que viene de Estados Unidos y el de Andrés Lima junto al Ballet Nacional de España -que aunque ya colaboró hace un par de años, en éste estrena montaje-. Es muy importante para nosotros que tú, no vengas sólo como espectador, sino que puedas de verdad, tener un contacto directo con la discapacidad en el contexto artístico; porque parece que con este colectivo en las artes escénicas, siempre el resultado es amateur y puede que vengas pensando ‘voy a ver al cojito hacer no sé qué’ y de repente, hay una profesionalidad brutal, mucha calidad y espectáculos muy, muy fuertes que dejan completamente descolocado al público y a los técnicos. Entonces, hemos visto que la gente se engancha mucho al festival por eso, porque también es un festival muy exigente y son espectáculos que pueden estar programados en el CDN de manera regular; y no por tener personas con una discapacidad, sino porque el espectáculo es lo suficientemente potente como para estar aquí. Claro, que esto implica que estamos todo el año haciendo una labor de búsqueda muy fuerte.
L.C.: Son artistas también, ¿te has encontrado algún divismo, o por tener que luchar más la humildad prima?
Inés E.: Desde luego. La realidad es que para una compañía inclusiva estar programada en el CDN es algo impensable hace cinco años, y el mensaje para los colectivos es que están muy agradecidos al festival y muy deseosos de mostrar sus trabajos, que son muy profesionales y están a la altura. Divismo no hemos podido encontrar, pero algunos artistas no han querido venir porque su propuesta requería un espacio específico, pero nunca por divismo, o falta de accesibilidad.
Todas las funciones que se representan dentro del festival son accesibles al público con discapacidad e incluye diferentes sistemas como el sobre-titulado, el bucle de inducción magnética, la audio-descripción o intérpretes en lengua de signos en escena.
L.C.: Hay mucho que ver y no sólo este año. ¿Llegaréis a la décima edición? Una década suele afianzar un proyecto.
Inés E.: Nosotros queremos que el festival desaparezca lo antes posible, porque consideramos que ya no hace falta y no porque nos quedemos sin presupuesto. ¡Ojalá llegue un día que Miguel y yo, no seamos necesarios! Pero a día de hoy, sigue haciendo falta. Además, están ocurriendo cosas tan bonitas a raíz del festival y se están extendiendo tanto los lazos, que queremos seguir manteniéndolo y que se asiente bien… Con Andrés Lima, por ejemplo, que ha decidido dar este paso -estoy segura, por lo que conozco Andrés y porque el otro día estuve en ensayo general-, que no va a ser lo último que haga con personas con discapacidad y eso, me dejó muy tranquila.
L.C.: Sin duda la propuesta es muy interesante, como el cierre del festival con la impresionante Viktoria Modesta en formato concierto y en el Valle Inclán.
Inés E.: Sí, clausuramos a lo grande. Ha sido mucho esfuerzo y trabajo; ha costado, pero lo hemos conseguido. Es algo único y todos vamos a celebrar la fiesta de la diversidad por todo lo alto.
No se lo pierdan este año.
Y programen sus agendas para los próximos.
¡No saben todo lo que verán con Una mirada diferente!
Mariló C. Calvo