SOMNIA. DENTRO DE TUS SUEÑOS
Cody (Jacob Tremblay) es el protagonista de Somnia. Dentro de tus sueños. Es un niño huérfano al que Jesse (Kate Bosworth) y Mark (Thomas Jane) deciden adoptar. La recomendación de la agencia de adopción es muy clara: es un niño maravilloso. Además de extremadamente educado y cariñoso, para no ser la primera familia que lo acoge. Pero el pequeño Cody tiene una particularidad, y es que cuando duerme, sus sueños se vuelven reales.
Somnia. Dentro de tus sueños, es el nuevo trabajo de Mike Flanagan, de quien el pasado año vimos Ouija: El origen del mal y cuyo film Oculus: El espejo del mal, que solo llegó a nuestro país a través de plataformas de cine online, se convirtió rápidamente en una película de culto con fama de lo que era, una aterradora historia acerca de un espejo maldito que nos aumentaba la angustia a medida que se acercaba a su escalofriante final.
Ahora se estrena Somnia. Dentro de tus sueños, título incluido en el Sitges tour que A Contracorriente está trayendo a las salas, una de las cinco muestras de género aplaudido en el festival de cine fantástico que contiene su catálogo.
La película que nos ocupa tiene los elementos propios del terror, que tan bien funcionan tanto si el público llena las salas como si las ve en las pantallas pequeñas, al ser emitidas por las distintas cadenas de televisión. Pero Somnia. Dentro de tus sueños no es solo una película de miedo al uso, es también una historia con tintes dramáticos contada con la mayor ternura con que un cineasta puede acercarse a los temores de un niño. En el cartel de Somnia. Dentro de tus sueños, vemos una composición que parte de una mariposa, insecto primordial con el que todo comienza. Aunque también existe el lado malvado, personificado en aquel del que hay que huir, representante de la verdadera pesadilla.
No está, la cinta de Flanagan, al nivel de la portentosa Oculus: el espejo del mal, pero tampoco es un trabajo que deba olvidarse. Su mezcla de cine de género con el alma de los cuentos redondea un producto agradable que si bien no está destinado a pasar a la historia del cine no tiene por qué no recomendarse.
Gran parte del mérito de que valga la pena acercarse a ella, además de su aura de película exquisitamente inesperada, lo tiene la presencia de Jacob Tremblay, a quien en los créditos se nombra con el ‘and introducing’ que en Hollywood implica la presentación formal de actores que son la estrella de la cinta pero que resultan ser desconocidos. Y a Tremblay ya lo admiramos en La habitación, película que le proporcionó a Brie Larson el Oscar a la mejor actriz pero en la que todos tendemos a recordarlo más a él. Y esa es anterior.
De rostro angelical y presencia rotunda, a sus escasos diez años Jacob Tremblay puede presumir de ser lo mejor de las películas en las que interviene. Aparece y se adueña de la pantalla. Es de desear que no pierda ese don mientras, esperemos, sigue haciendo buen cine como un niño prodigio aplicado.
Silvia García Jerez