RODRIGO CORTÉS: Rodaría una película muda en blanco y negro
Rodrigo Cortés estrena Blackwood, un film de terror adolescente con Uma Thurman en su reparto. Rodrigo Cortés sabe mucho de cine, muchísimo. Y Rodrigo Cortés habla muy bien.
Esas tres circunstancias hacen que el director de la estupenda y no lo suficientemente vista Concursante, o la más conocida y también extraordinaria Buried (Enterrado), cuente por qué el doble título de Blackwood, cómo trabajó con la antaño musa de Quentin Tarantino o por qué la fase del rodaje es la que menos le gusta de cuantas conforman el producto final que llega a los cines y mientras lo desgrana resulte tan apasionante que te quedes embobado escuchándolo.
La Cronosfera estuvo en Tudela, en el evento Lo Que Viene, y tuvo la oportunidad de pasar un rato con él. Aquí os dejamos algunas de las perlas de sabiduría con las que nos deleitó:
Cuando imaginas a 5 niñas encerradas en un internado y con estos elementos detrás es inevitable que pienses en sagas recientes. Y ni siquiera me refiero solamente a una de ellas. Todos conocemos varias que han funcionado mejor o peor en los últimos años.
Cuando recibo el proyecto me hace pensar en Nicolas Roeg y su psicología densa y subterránea, o en Peter Weir y su Picnic en Hanging Rock, muy sensual y evocador.
Estamos acostumbrados, en el género, a tener a colegialas interpretadas por actrices de 30 años con pechos exuberantes y faldas cortas. Y aquí he trabajado con chicas muy jóvenes, de 18 años, y he tratado de salir vivo de un terreno ignoto al tratar de llegar con ellas a lugares muy densos actoralmente.
A la hora de abordar cualquier cosa lo primero que haces es asumir que desde el momento en que te levantas por la mañana decepcionas a alguien.
Lo primero que le pedí a Uma Thurman fue que nos olvidáramos del síndrome Madrastra de Blancanieves. Porque hay un tipo de cine en el que una gran estrella recibe el encargo de hacer de malvada y va a al set a divertirse. Y el personaje de una directora de instituto que forma parte del imaginario gótico es más asociada con una Rottenmeier. Y ella tiene que expresar otras cosas al principio hasta mostrar sus verdaderas intenciones. Lo primero que le propuse fue cambiar completamente la imagen y por eso la vemos con el pelo corto y morena.
Los cambios respecto a la novela original han sido principalmente de tono. Es un libro que Stephenie Meyer leyó con 10 años y que le fascinó. Está escrito con una vocación didáctico-aleccionadora para señoritas de la época que pudieran aprender determinadas lecciones a través de alguna pesadilla nocturna temprana. Es una premisa muy cruel sobre el precio del talento.
Blackwood está construida prácticamente por completo. No fuimos a un sitio. Se diseñó de cero y se contruyó y se levantó en platós. Todo el vestíbulo, las habitaciones, cada moldura, cada pomo de cada puerta, el salón de baile extraño circular con su cúpula. Todo se diseñó. Todo el exterior se construyó parcialmente, no existe ese edificio, y el resto lo completamos digitalmente. Todo el mundo pregunta que dónde se rodó la película. Se rodó en los platós de Tarrasa.
Si yo pudiera hacer siempre lo que yo quiero hacer, haría así (chasca los dedos) y haría ahora mismo una película de 150 millones en las que nadie habla, sin un solo diálogo, en blanco y negro… no haces siempre exactamente lo que quieres hacer, pero sí algo en lo que sientes que estás haciendo algo que de verdad quieres hacer.
En el rodaje no disfruto nada. En el rodaje miras constantemente el reloj porque queda una hora de sol y había ocho planos previstos pero vas a tener que hacer un plano secuencia que consiga que las cosas funcionen en los 45 minutos que vas a tener para rodar… Un rodaje es como ir a la guerra. Es una tensión constante desde las 7 de la mañana hasta que pasan las 12 horas de trabajo. Son muchas semanas durmiendo solamente 3 horas y el equipo se convierte en una especie de Santa Compaña haciendo fila frente al café.
Soy prusiano con los tiempos porque el cine es prusiano con los tiempos. Hay un tiempo tasado y cada día y cada hora es extraordinariamente cara y si tienes un presupuesto determinado tienes que ajustarte a él o te encontrarás con que en montaje no puedes hacer según qué cosas o que la música no la puedes grabar en Londres sino en cualquier otro lugar. En algunas películas el estudio entrará con una paletada de dinero si es necesario, pero no es lo habitual.
Sobre el doble título: Dawn a dark hall es un título que no se puede ni repetir. No es una expresión natural para alguien que no sepa mucho inglés. ¿Hall? ¿Has dicho agujero? (Hole es agujero en inglés y se pronuncia casi igual) ¿Es el vestíbulo? No, que es pasillo. Dejarlo en original desde luego no funciona. Si se titulara September entonces sí. Y la traducción literal no funciona muy bien. En inglés tiene una resonancia literaria. Literalmente sería Al final del pasillo oscuro, pero se percibiría como ese pasillo oscuro metafórico por el que hay que cruzar para emerger a algo. Ese trance que tienes que superar. Pero en español la traducción literal suena a serie B: Pasillo oscuro; Pasillo de sombras; Al final del pasillo. Y Blackwood es un lugar. No son dos palabras, es un lugar, una Academia. Es una palabra resonante que funciona bien y contiene algún tipo de enigma. No es una imposición, es una decisión con eOne después de varias charlas.
Silvia Garcia Jerez