Raúl Arévalo: Estrenar en plataformas ya es una realidad

Hablar con Juan Diego Botto y con Raúl Arévalo es una de esas cosas bonitas que tienen las promociones de las películas, que unes a dos grandes actores y además de que son profesionales admirables con unas carreras espectaculares a sus espaldas, incluyendo el debut del segundo como director, con Tarde para la ira, y el anunciado debut del segundo en el mes de noviembre con En los márgenes, protagonizada por Penélope Cruz y Luis Tosar, de los dos se aprende muchísimo cuando los tienes delante para contarte esta experiencia en la que coinciden por primera vez en la pantalla grande. Los europeos, último trabajo de Víctor García León, ya está disponible en Orange tv y es de esperar que pronto pueda verse también en salas.

Preciosa instantánea de Raúl Arévalo 
en tiempos en que las fotos hay que hacerlas con mascarilla
Preciosa instantánea de Raúl Arévalo
en tiempos en que las fotos hay que hacerlas con mascarilla.

La Cronosfera: ¿Qué os hizo aceptar esta película? ¿Sabíais de la existencia de la novela de Rafael Azcona?
Juan Diego Botto: Que pagaban muchísimo dinero, una cantidad desorbitante.
Raúl Arévalo: ¿Te imaginas?
Juan Diego Botto: Ya te digo yo que no fue el caso. En mi caso la cosa vino de la mano de Víctor. Yo había trabajado con él hacía muuuchos años, en una película que se llamaba Vete de mí, una experiencia muy bonita, y por lo tanto la posibilidad de volver a trabajar con él me apetecía mucho. Además, trabajar con Raúl era una cosa que me apetecía muchísimo. Yo conocía la novela pero no la había leído. Leí la novela, que me la pasó Víctor, y me gustó mucho, y la idea de hacer esto y meternos en estos personajes era muy divertida, muy interesante. Primero leí la novela y tardé un tiempo en leer la primera versión del guión. Había mucha intriga por saber qué haría Víctor con esta historia, pero a priori era una historia que le pegaba mucho. Así que eso fue lo que me empujó a mí a entrar.
Raúl Arévalo: Yo voy parecido a Juan. Conocía la novela pero no la había leído y me la prestó Víctor, y creo que la que tengo es la que me prestó Víctor. No se la devolví nunca. Y es un proyecto que llevábamos años, tanto por parte de Juan como por parte mía, nos encontrábamos muy de vez en cuando, porque hasta Los europeos tampoco coincidíamos mucho, pero cuando nos veíamos nos preguntábamos por esto. ‘Oye, ¿de Los Europeos qué sabes? ¿Sabes algo de Víctor? No, no tengo ni idea.’ O a Víctor, cuando nos encontrábamos con él. Ha sido una cosa de años y años hasta que ha salido adelante. Ha tardado como seis o siete fácil.


La Cronosfera: Siempre se conoce al Azona cómico, al Azcona de Berlanga, pero en esta novela es más triste. Es otra mirada distinta a las películas de Alfredo Landa con las suecas, esta es más reflexiva.
Raúl Arévalo: En realidad eso es la apuesta que tiene la novela, que está dividida en dos partes y que la película, la adaptación, las difumina de una forma menos brusca a como lo hace la novela, pero en la primera parte de la novela tiene esa parte más azconiana de una novela del año 58, cuando la publicó. Tiene esa cosa que puede remitir más al landismo, aunque el landismo todavía no había aparecido cuando se escribió la novela. Pero luego hay como un corte brusco en el que se transforma en otra cosa, en esa cosa mucho más de la segunda parte que es más oscura y más cruda. El tema de la adaptación te lo tendría que explicar el director pero la película se ha transformado de lo azconiano en victorgarcíaleonina, como se pueda decir.
Juan Diego Botto: El éxito de Víctor es haber llevado la historia a su territorio. Ves la película y dices: es de Víctor García León. Es coherente con la filmografía de Víctor García León, tiene su estilo, su gusto por los personajes miserables, esta cosa de sacar todas las aristas mezquinas del ser humano y de hacer comedias amargas. Y eso es una fusión perfecta, como decía Raúl, con la novela de Azcona. En cualquier caso, más oculto o menos oculto, yo creo que toda la filmografía y la literatura de Azcona tiene al final ese regusto amargo, donde te ríes, te ríes, te ríes, y te preguntas que por qué te estás riendo de esa tragedia.

El sofá donde hicimos la entrevista con los actores


La Cronosfera: Se está hablando mucho, y con razón, de la escena final de la película, que por supuesto no vamos a desvelar, pero a ese respecto, ¿rodasteis la película de manera lineal para intentar que esa amargura esté tan bien reflejada en la película?
Raúl Arévalo: Mira, cronológicamente no se ha rodado, pero bastante, en algunos casos, sí que ha habido, pero no conscientemente, porque la cronología depende de un presupuesto y de hacer un plan de rodaje, pero en concreto la última escena de la película se rodó el último día. Eso sí que lo dejaron para el final. Y posiblemente algo sí haya impregnado a la película.
Juan Diego Botto: Y todo Barcelona lo rodasteis cuando ya había pasado Ibiza.
Raúl Arévalo: Sí, y eso sí ayudó mucho. Y te digo más: escenas que tenían más relación entre los personajes de Antonio y de Miguel, eran cuando más relación teníamos Juan y yo. Nuestra relación de amigos se afianzaba y eso se veía reflejado en algunas escenas que iban surgiendo de las últimas rodadas.


La Cronosfera: Cómo ha cambiado España desde esos años hasta ahora. ¿Habéis investigado para empaparos de aquellos años?
Raúl Arévalo: No hace falta tanto, ¿eh?
Juan Diego Botto: Yo creo que en España se es así y te sale la esencia. Levantas una piedra y…
Raúl Arévalo: El mundo en general ha cambiado, pero depende de lo que hables de cambio. Hay algo de la idiosincrasia de los países y de su identidad que, como dice Juan, le das una patada a una piedra y te salen cuatro Antonios y cuatro Miguelitos del año 2000. ¿Que a lo mejor hoy es más políticamente incorrecto hacer chistes homófobos o racistas? Vale, pero en la intimidad podrías escribir casi los mismos diálogos.
Juan Diego Botto: Cierto. Hoy en día yo creo que estos serían de los de ‘es que ya no se puede ni decir un piropo.’ O de ‘Que vamos a ver, que solo te estoy acariciando un pecho.’ Están ahí.
Raúl Arévalo: Antonio sería de los de ‘yo tengo muchos amigos gays’ (Risas)

Fotograma de LOS EUROPEOS con Stéphane Caillard
Fotograma de LOS EUROPEOS con Stéphane Caillard


La Cronosfera: Stéphane Caillard me ha parecido un descubrimiento en la película. Creo que está maravillosa. ¿Cómo habéis trabajado con ella?
Juan Diego Botto: Es doblemente meritorio porque yo creo que esta muchacha francesa desembarcó aquí, que es para ella como venir a Mogadiscio, a esta película como medio independiente, con tres que éramos muy amigos y se notaba, y ella no entendía nada. La forma de rodar era todo muy rápido, nos quitaron una semana nada más llegamos a Ibiza, y ella podía haberse puesto una distancia, pero se metió de cabeza en el código, en la historia, con un personaje muy difícil, con escenas muy difíciles y fue como una más. Entró al trapo del código y el ritmo que teníamos de forma maravillosa y hace un trabajo espléndido.
Raúl Arévalo: Añadir que ella sabía español lo justo, y Víctor lo utilizó a favor de la película. Una francesa que viene y se queda porque se enamora de este personaje y que no se termina de entender con él. Ella no hablaba español y yo no hablo más que español, Juan era el que hacía de traductor a veces, yo me comunicaba mal con ella de verdad. Y a ella le daba la risa de verdad. Y Víctor aprovechó todo esto, aunque ya estaba en el guión.
Juan Diego Botto: Raúl y yo nos conocemos desde hace mucho. De cuando él estudiaba.
Raúl Arévalo: En la escuela de su madre. No intimamos pero sí nos conocíamos.
Juan Diego Botto: Sí, de la escuela de Cristina Rota. Yo le vi en Muestras y en algo más, pero siempre me ha gustado mucho el trabajo de Raúl. Su trabajo como director, también. Y luego lo que es la vida, que hay personalidades con las que te llevas bien con las que no, y nosotros nos hemos llevado muy bien. Hizo falta poco para entendernos.

Juan Diego Botto con su mascarilla en la presentación a la prensa


La Cronosfera: Los europeos se estrena hoy en Orange tv, una plataforma. Quería preguntaros qué os parece el hecho de ya se esté produciendo la fusión entre las salas y las plataformas, si creéis que es una ventaja o un inconveniente.
Raúl Arévlo: Es una realidad. El otro día, cuando estábamos en Málaga viendo la película en pantalla grande, la ves y piensas que es una pena que no se pueda ver en salas, porque parece un cliché, pero gana tanto… Y es un tópico, eso de que las películas están hechas para ser vistas en cine, pero con más razón algunas las ves y piensas que qué pena que esta no la vaya a ver no sé quien en pantalla grande, qué pena que no vayan a disfrutar de este sonido y de esta música en grande. Pero es muy relativo y esto da para una charla muy larga. Yo lo que creo es que yo, que soy amante del cine y que no quiero que se muera nunca, por favor, y lucho y hago lo que haga falta para mantener las salas abiertas, pero el otro día lo hablaba con Juan, que su hija tiene 11 años y ya ve cine de otra forma. Diferente a nosotros, siendo una niña con padres que apoyan la cultura y que se dedican a ella y que la han educado en la cultura. Pero aún así no es lo mismo que yo la fantasía de recordar E.T. El extraterrestre en el Capitol con 4 años. Ahora E. T. lo ves en la tablet y luego, un día, tu padre te lleva al cine. Y si tu padre no te lleva al cine y con 15 años alguien te dice que tienes que ir al cine porque es una experiencia maravillosa, no va a ser lo mismo que nosotros. Es una realidad. Y que se estrene en Orange, no lo sé. Imagino que se estrenará también en alguna sala, y dicen que seguramente se va a proyectar en alguna sala, no sé dónde, pero también hace que sea accesible a gente. En el momento en el que estamos, con el dinero que se tiene para vender esta película, a lo mejor si la estrenas aquí enfrente (se refiere al nudo de cines Ranior y Golem que se encuentran en pleno centro de Madrid) hubieran ido cuatro. No lo sé.
Juan Diego Botto: Suscribo lo que dice Raúl. Dicen los productores que van a hacer lo posible por estrenarla en sala. Obviamente no será un estreno masivo nunca, pero estará muy bien para quienes puedan disfrutar la película en sala, no solamente porque fue concebida para verla en pantalla grande sino por el hecho de socializar la experiencia. Una de las cosas bonitas que tiene el cine, igual que el teatro, es que se apagan las luces y estás con un montón de desconocidos y juntos vivís una experiencia. Cualquiera que haya hecho teatro o que haya estado en una sala de cine sabe que no te ríes igual cuando se ríen 60 que cuando se ríen 3. Esa risa de los 60 te empuja, como ocurre con las emociones, y es una experiencia que socializada, gana. Pero también es verdad que la realidad es la que es y no se puede luchar contra eso. Raul ponía el ejemplo de mi hija. Su conexión con el cine es de otra manera, y yo no me atrevería a asegurar que es menor que la mía. Es simplemente distinta. No es que le guste el cine menos, es que lo ve de otra manera. Y conecta con ello desde otro lugar.


La Cronosfera: No me gustaría acabar sin preguntarte a tí, Juan Diego, sobre una reflexión que me hice viendo la película. Y es que tu personaje aquí me recordó al de Martín (Hache), pero justo al revés. Me pareció la otra cara de la moneda. La otra cara la Martín (Hache), porque él era un pipiolo con sus problemas con las chicas y aquí eres un personaje que está de vuelta de todo. No sé si lo pensaste en algún momento.
Juan Diego Botto: La verdad es que es una asociación que no había hecho yo. Es posible que lo sea, no digo que no.
Raúl Arévalo: Que tengas tan presente Martín (Hache) (Dice con asombro)
La Cronosfera: Es que es una de las películas de mi vida.
Raúl Arévalo: Y de la cinematografía en general.
Juan Diego Botto: Me alegro. Lo pensaré, le daré una vuelta a esto.

Silvia García Jerez

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