The neon demon: sublimación de la belleza
The neon demon cuenta la historia de Jesse (Elle Fanning), una joven que llega a Los Ángeles con la intención de convertirse en modelo. Su belleza le va a ir abriendo puertas con una facilidad tal que generará envidias entre las aspirantes a los trabajos que consigue hasta que para sus más directas rivales el éxito que cosecha de haga realmente insoportable.
The neon demon comienza con una imagen impactante, adecuado prólogo a lo que la película nos depara. Toda una declaración de intenciones, tanto en lo que a la estética se refiere como al tempo escogido para contarla e incluso la idea que su guion pretende transmitir. Pocos arranques más contundentes va a tener el cine en lo que queda de año y The neon demon es un ejemplo drástico de que una película puede, desde su primer plano, dejarte clavado en la butaca.
Pero The neon demon no es una película fácil de ver. Lo mejor que se puede hacer con ella, con el universo que plantea, es dejarse llevar. Aceptar su fascinación como parte del trato de una narrativa que nos va a hacer caminar por derroteros poco explorados.
Digo poco en lugar de inexplorados porque quien conozca la obra de Nicolas Winding Refn sabrá que no es un director al que la rutina hollywoodiense le imponga nada en la suya. El cine de este danés, en el que se dan cita renombrados actores como Ryan Gosling o Kristin Scott Thomas, se acerca más a la libertad creativa que poseen los autores en su país de origen que a la que luego obtienen aquellos, aparentemente privilegiados, que pueden rodar en la Meca de la industria.
Renf se vale en este caso de Elle Fanning, vista en Babel o en El curioso caso de Benjamin Button, ambas con Brad Pitt y Cate Blanchett en sus lujosos repartos, de Jena Malone, conocida por la saga Los juegos del hambre, o del mismísimo Keanu Reeves para introducirnos en un mundo, el de la moda, en el que la imagen no es sino un reflejo de la importancia que tiene la belleza para todo y para todos.
La magia se tiene o no se tiene y el demonio del neón, el título de la película llevado a nuestro idioma, es el león que siempre está acechando, obligándote continuamente a brillar más que nadie. No da tregua, es implacable y no conoce la generosidad. Eso lo va a aprender muy bien Jesse durante la evolución de su personaje, que madura física, mental, sensual y sexualemente.
Este concepto, convertido en argumento y en película, Nicolas Winding Refn lo trata con una mezcla portentosa de esteticismo, recreación en imágenes, colores, o la música de Cliff Martínez, y un elevado nivel de violencia, interna y externa, mostrando la tensión que genera la competición por la fama y la gloria y conjugándola con todos los medios posibles para lograr la victoria.
Si en Drive Winding Refn ya hacía gala de un universo extremo que bien podía recordar a los mostrados por David Lynch, aunque aportando Refn su propia personalidad, en The neon demon continúa explorando su camino y llevando el cine a terrenos tan controvertidos como apreciados, dependiendo de a quién se le pregunte.
Silvia García Jerez
