MIENTRAS SEAS TÚ
El aquí y ahora más perverso, mientras se hace lucido y benigno
Es curioso como nos definimos por los recuerdos, aun sabiendo que solemos ficcionarlos. De hecho, el cerebro funciona de igual manera cuando soñamos, que cuando hacemos memoria. Ésa que paradójicamente pueda llegar a olvidarse de todo, incluso de quiénes somos, mientras “el aquí y ahora” se vive más que nunca y un no-yo desconocido se hace más presente para quien le toca y para quienes, alrededor, sí recuerdan quién es quién, sí saben quién eres.
El Alzheimer es probablemente la enfermedad del siglo XXI y venideros. No tiene cura, no se conocen sus causas y no es tanto una cuestión de edad avanzada. Parece ser que la música es la única aliada para que los pacientes vuelvan a sentir, y que afecta sólo a esa memoria definitoria que “todo el mundo cree que es como un álbum de fotos, aunque se trate más de cuadro en restauración”. Y no son palabras mías, sino del doctor que sigue el diagnostico de la actriz Carme Elias desde 2019, cuando descubrieron que lo padecía, cuando se reveló que iba a quedarse en blanco, para siempre, habitando esa otra existencia en este escenario de la vida. Ella que sabía de memoria a Chéjov, Calderón, Lorca y Shakespeare para subirse a las tablas, y con la educación en la actuación de Strasberg y Layton, encarnará su no-yo sin tiempo para las acotaciones de un aquí y ahora tan deseado, de siempre, y tan perverso, reciente. Y esta vez, me remito a la misma Elias revolviéndose contra ese presente que comienza, en su último viaje consciente.
Mientras seas tú nace de hacer público lo que comenzó a revelarse cuando Carme Elias estaba rodando su tercera película con la directora Claudia Pinto. Ambas, que comparten una profunda amistad, decidieron contarlo desde la más profunda generosidad y valentía, convirtiéndolo en un proyecto vital para las dos. De ahí que el título sea más un regalo de la directora, que una confesión de la actriz; con ese tú, tan bestia, que se come al yo. A un yo que humildemente se entrega a un trabajo de exposición y conservación; el de la memoria de la actriz, la hermana, la madre, la amiga… Antes de que pudiera ser olvidado por el avance de la enfermedad, o pudiera mostrarse con una mirada perdida -que como quedarse en blanco en escena, es el otro terror de Elias-, rescatándose entonces esos ojos de jove para el cartel del documental, que seguirá añadiendo material extra mientras Elias sea ella misma.
Mientras seas tú es un recordatorio al carpe diem, una invitación a la vida y a la magia del arte. Un homenaje al oficio de la interpretación, y un canto a la vocación. Una cinta tan ligera y positiva, como tan dura es la enfermedad, y no sólo para quien es protagonista, paciente, también para quienes son secundarios, que en el caso de Elias son amigos y amigas, un hijo y ese hermano que siempre está cuando ella lo busca, cuando se pierde.
Narrado con la voz de la directora, el documental muestra las preocupaciones y rutinas de la nueva realidad de Carme, en la que se incluye a Claudia acompañándola siempre que puede, como amiga y realizadora. Y Pinto va grabando ese “mientras” donde Elias llena la pantalla, estableciéndose además cierto paralelismo con los anteriores filmes de ambas –Las consecuencias y La distancia más larga- donde los secretos, los presagios y el destino parecen escaparse del guión al mismo presente y de manera personal, permitiendo a la realizadora cerrar el duelo por la muerte de su madre y a la actriz, despedirse de sí misma.
Con el sentimiento siempre por delante, Mientras seas tú es un documental conmovedor que huye de las lágrimas y el drama, por intención expresa. Y lo consigue, resultando benigno y luminoso, como esas primeras secuencias de verano con las que arranca el filme, aunque veamos luego a Elias llorar, o estar asustada (como cada cual lo estaría), hablando de sus actuales despistes y de los que vendrán, del misterio de la muerte, la conciencia de no existir y el derecho a la eutanasia (porque de todo eso hay que hablar).
A través de un notable montaje que incluye material de archivo personal e imágenes de programas de televisión, encontramos a Elias recitando y repasando personajes -porque interpretar la limpia-, mientras recupera de algún trastero esos cuadernos, fotos de rodaje, recortes de prensa y programas de mano de algunas sus actuaciones teatrales, puestas en pie con innata vocación; esa vocación que permanece intacta -perderla es el último miedo-, como bien le recuerda Juan Carlos Corazza, otro gran amigo y un maestro de la interpretación.
Asistimos además a esas visitas medicas con nuevas noticias y quizás, más pastillas, pero igualmente nos vamos de premios. En ese tiempo de secreto, de la enfermedad, recibió más de un reconocimiento mientras, a veces, ya dudaba de reconocer, comenzando entonces a tener que desvelar el misterio de un nuevo trabajo, su nuevo proyecto; esta película, en el momento más apasionante de su vida.
Elias tiene también en su haber la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Y Mientras seas tú ganó el reciente Premio Gaudí al mejor documental.
Probablemente se lleve el Goya, en la misma candidatura, este mismo fin de semana, coincidiendo con su estreno. El documental merece el galardón de nuestra Academia de Cine por el proyecto en sí, por su buena realización, por el sentido que otorga a quien vive de la actuación, y por el sentimiento que regala a los enfermos y a su entorno más cercano.
Quizás Carme Elias aparezca en la ceremonia y sería pura emoción. Mientras, llegan los recuerdos de inolvidables series con Diosdado, montajes con Marsillach y diversos filmes con ella en el reparto; como Turno de oficio, Anillos de Oro, Camino -por el que obtuvo el Goya a la mejor actriz- y Quién te cantará, entre otros, que quedarán para siempre en nuestra memoria.
Mariló C. Calvo