MAYUMANA: IMPULSO
Mayumana tiene nuevo espectáculo en Madrid. Se titula Impulso, por ser una invitación a ir siempre hacia adelante. A avanzar. Eso es precisamente lo que hace esta compañía israelí de nombre hebreo fundada en Tel Aviv en 1996.
Mayumana significa destreza, y eso es lo que demuestran tener en cada show que estrenan, porque obviamente no pueden ofrecer siempre lo mismo, tienen que variar, y no es fácil ir cambiando los números para que uno tras otro merezcan la pena. Y la merecen.
Mayumana es un grupo de percusión que hace música gracias a instrumentos variados nada convencionales. Su leit motiv es utilizar cubos de basura y buena parte de su fama se debe al resultado que logran con su trabajo con ellos. Es increíble comprobar hasta qué punto son unos maestros en su destreza obteniendo ritmos armónicos con cubos de basura. Hay que tener mucho talento para que el resultado sea tan satisfactorio.
Pero no es lo único original con lo que arrancan aplausos del público. En Impulso, Mayumana consigue un número descomunal gracias al agua. Una de sus integrantes, de la delegación española, porque la compañía está muy expandida por el mundo, a partir de una pila de agua transparente, para que desde nuestras butacas podamos ver cómo lo hace, se arma con un vaso y junto a su talento va desarrollando una melodía rítmica que nos deja impresionados.
Ella, la simpática integrante, une sus ritmos a la complicidad de los espectadores. Los invita a ir creando también ritmos desde la butaca. Plas plas. Plas plas, repite el público. Plas plas plas. Plas plas plas, las manos del público van detrás. Plaaas Plas. Plaaas plas, es lo que toca ahora. Hay que estar atento a los cambios. Siempre hay quien pueda fallar y provocar más risas en la sala. Risas ya había porque son el elemento que nos dice que el número está funcionando bien, que la gente se está divirtiendo. Y cuando el público ha logrado la sincronización el agua vuelve a sonar, mezclándose con las manos que obedecen al ritmo previamente establecido por la integrante. Una gozada que por supuesto se aplaude cuando el número concluye.
Sí, en Impulso, Mayumana va a pedir la colaboración de los espectadores en más de una ocasión. Estando ellos arriba o bajando al patio de butacas para una interacción más personal e igual de divertida. Ritmos que los miembros de la compañía irán indicando a aquellos que elijan. Tú, ahí abajo, haces lo que puedes. Seguro que te queda bien, no es difícil, y vas a formar parte de un espectáculo mayúsculo. Ni puedes ni quieres negarte. Sólo pasarlo bien.
También van a innovar creando un show rápido, con números cortos, adaptado a un público más de 2024, que exige velocidad en lo que ve, en lo que experimenta. El mundo contemporáneo, en el que la red social TikTok manda, requiere de una concreción inaudita, no más de cinco minutos por pieza porque si no, el espectador desconecta y se te aburre. Es imposible que Mayumana aburra, con sus ritmos y sus juegos de luces, pero ellos son conscientes de que los espectáculos han de ser ágiles y no puedes explotar el mismo concepto mucho tiempo, has de variar con celeridad. Y saben aplicarlo a su Impulso.
Los elementos, las luces, todo lo que utilizan en la hora y cuarto que están sobre el escenario, está en constante movimiento. Ellos mismos también. Sus cuerpos son parte de sus elementos de trabajo. Manos, pies, piernas al aire, brazos arriba. No paran. Son alucinantes. Seis chicas y dos chicos que nos tienen fascinados desde el principio hasta el final.
Visten de manera parecida, con sus atuendos deportivos pensados para su continua movilidad, pero cada uno de ellos cuenta con variaciones específicas que ponen de manifiesto que dentro de su uniformidad existe una individualidad distinta que puede identificarlos por sus pequeñas diferencias.
Eso sí, todos están sincronizados respecto a sus pasos. Saben qué tienen que hacer y cuándo tienen que hacerlo. Y qué elemento toca usar. Agua, luces, sartenes, vasos, vídeos en looping para darle armonía a la secuencia musical en la que intervienen, aletas marinas, tambores, tubos gigantescos, los ya citados cubos de basura… Da la impresión que se no se les agota la imaginación para crear percusión. Ni para seguir ofreciendo preciosas coreografías gimnásticas. Deben acabar agotados, pero es un placer ver la magia que son capaces de exhibir sobre el escenario.
Como espectadores, queremos que Mayumana siga desarrollando nuevos espectáculos en los que poder admirar su enorme potencial, su brillantez y el carisma del que hacen gala cada vez que aparecen sobre los escenarios con nuevos proyectos. Son divertidos, su percusión no es atronadora, es perfectamente llevadera incluso desde las primeras filas del teatro, y su evidente química, tanto entre ellos como con el público, justifican una fama que se constata cuando uno es testigo de lo bien que resuelven cada número, cada reto escénico. Mayumana es un grupo teatral maravilloso e Impulso un auténtico viaje que todos deberíamos hacer junto a ellos.
Silvia García Jerez
Puedes comprar tus entradas en :
Barcelona, Teatro Apolo
Arroyo de la Miel, Auditorio de Benalmádena
Valencia, Teatro Olympia
Teatro Victoria Eugenia, San Sebastian