MAXXXINE: Decepcionante cierre de trilogía

MaXXXine, la película de Ti West que cierra la trilogía iniciada en 2022 con X, llega a los cines. Hace unos meses se anunció, por parte de Universal, su distribuidora, que sólo se vería en plataformas, pero los usuarios de las redes sociales se indignaron, y más aún cuando la segunda parte, Pearl, no pudo verse en la gran pantalla porque se estrenó directamente en las pequeñas, y en un par de días Universal cambió de opinión. La razón fundamental para no querer llevarla a cines eran las malas críticas cosechadas en Estados Unidos, y vista la película cuando tuvimos oportunidad podemos corroborar que estaban en lo cierto.

Tras esa obra maestra que fue X, un homenaje acertadísimo a La matanza de Texas en la que unos jóvenes llegan a una casa de aspecto abandonado pero regentada, en realidad, por dos ancianitos, con la intención de rodar allí su película porno, y en la que van muriendo uno a uno en extrañas circunstancias, MaXXXine mantenía altas las expectativas. A pesar de todo lo leído sobre ella. Pero esta otra historia, situada en los años 80, una década después de la película inicial, en la que Maxine Minx (Mia Goth) puede, por fin, acceder al estrellato de las películas X pero en cuyo camino a la fama ha de enfrentarse con la presencia en la industria de un asesino en serie que va matando a las chicas que resultan ser su competencia, no es igual de brillante que la cinta en la que conocimos a su personaje.

Maxine Minx (Mía Goth) en pleno casting para conseguir un papel en la industria

MaXXXine, escrito con tres ‘X’ por el género al que la protagonista quiere dedicarse, provoca una decepción directamente proporcional a las ganas que había de verla. El cuidado con el que Ti West había creado X, con una estructura perfectamente definida y meditada, una atmósfera asfixiante y un humor irónico muy significativo para una película de estas características aquí desaparece, y con lo que nos encontramos es con un ejercicio burdo, que tarda un buen rato de metraje en comenzar, con un desarrollo caótico y unos personajes desaprovechados. Además, aquel humor delicioso y esa elegancia que envolvía el conjunto han dejado de corresponderse con la línea de la propuesta de la cinta inicial.

MaXXXine se siente acelerada, sin ganas, sin alma. Un cierre forzado a una historia que nació viva y que ha perdido fuelle e interés. Nos acaba dando igual quién es el asesino aquí y quién es el siguiente en la lista de víctimas. Ni siquiera la presencia de Lily Collins o del siempre maravilloso Kevin Bacon resultan alicientes para disfrutar más de la película.

Es una lástima que Ti West, con lo espléndido director de cine de terror que suele ser, nos presente un trabajo tan por debajo de su nivel. La casa del diablo fue un hito en el género, Los huéspedes, otro y The Sacrament fue muy celebrada cuando tuvimos acceso a ella en 2013. Los admiradores del director siempre esperan su siguiente película como un acontecimiento, pero no siempre se acierta con lo que se rueda. A veces hay que seguir esperando a esa siguiente película que de verdad nos convenza.

Silvia García Jerez

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