Marea negra: catástrofe petrolífera
Marea negra cuenta la historia real, ocurrida en abril de 2010 en el Golfo de México, del mayor desastre petrolífero ocurrido en Estados Unidos. Ante una serie de desafortunados incidentes, la plataforma Deepwater Horizon, con Mike Williams (Mark Whalberg) y Jimmy Harrell (Kurt Russell) al frente de las operaciones de extracción de petróleo, se vio abocada a una progresiva destrucción en la que se puso a prueba la vida de sus trabajadores. Algunos de ellos, desafortunadamente, la perdieron.

Marea negra pertenece al género de catástrofes naturales al hilo de Lo imposible, de J.A. Bayona, La tormenta perfecta, de Wolfgang Petersen, La aventura del Poseidón, de Ronald Neame o su remake, Poseidón, también de Petersen y también con Kurt Russell en el reparto, al igual que la película que ahora nos ocupa, en la que comparte cartel con otra estrella del cine, ya sea de acción, de comedia o de lo que el director le pida: Mark Wahlberg.
En este caso la película que los une contiene acción muy a pesar de sus personajes, que luchan contra la empresa BP para que los retrasos que la prosprección de petróleo que ya lleva la plataforma continúen hasta que las pruebas de seguridad confirmen que se puede operar sin los riegos a los que posteriormente se verán sometidos.
La acción nace a partir del drama que supone la errónea decisión de la empresa, personificada en Vidrine (John Malkovich), y las consecuencias que acarrea la luz verde emitida para que los trabajos de prospección den comienzo sin más demora.

Peter Berg, director irregular que lo mismo rueda una magnífica película de superhéroes como Hancock que estrena la decepcionante Battleship, ya formó un tándem memorable con Mark Whalberg en El único superviviente en la que, siguiendo el mismo esquema de detallada presentación de personajes, espera un tiempo más amplio que el que se toman otros títulos para dar paso a la acción, o en este caso a la catástrofe.
Al igual que ocurría en El coloso en llamas, aquella que protagonizaron Paul Newman y Steve McQueen, el público asiste al origen del desastre mucho antes de que éste se produzca. En su caso, John Guillermin lo cuenta todo en bastante más tiempo aunque aquella joya se hiciera tan corta como este otro espléndido trabajo en el que las llamas, el peligro, la muerte y el rescate de supervivientes van llenando la pantalla.

Lo que está claro es que Marea negra es, por sí misma, un ejercicio ejemplar del cine que representa. Acción, tensión y emoción se dan cita en una película que dibuja a los personajes tanto con líneas de diálogo como con expresiones que no necesitan añadir nada.
El diseño de la situación, la desgracia que se desencadena y el proceso de rescate, todo está contado con la precisión que se requiere en una cinta que no se desvía de su propósito. Ni siquiera la conexión que mantiene el personaje de Mark Wahlberg con su mujer (Kate Hudson, en la primera película en que trabaja junto a Kurt Russell, su padrastro) resulta prescindible ni cargante. Al contrario, funciona perfectamente como una subtrama dentro del naturalismo con el que Berg nos cuenta la historia.
De hecho, para que se obtuviera la mayor verosimilitud posible entre los acontecimientos ficcionados y los que realmente ocurrieron, Mike Williams y algunos otros supervivientes de la catástrofe se unieron para participar en las labores de documentación y asistencia al equipo.

Fundamental en Marea negra será también la tirante relación entre BP y la empresa de prospección, un choque de intereses que Peter Berg nos relata casi a modo de thriller, con una tensión que aumenta a medida que sus puntos de vista se van distanciando, dejando claro lo que cada uno pretende conseguir y lo que están o no dispuestos a arriesgar.
Todo ello montado hábilmente de forma que nunca perdamos de vista el crudo que va a hacer que todo salte por los aires y ponga en peligro la vida de trabajadores que tampoco veían claro que la operación pudiera llevarse a cabo.
Marea negra es una muy estimable película firmada por nombres consolidados en la industria, pero que debido a otra marea, la de los estrenos masivos que cada semana inundan de títulos nuevos las carteleras, puede llegar a pasar desapercibida como una más dentro del género de acción y supervivencia. Es de esperar que no pase tal cosa y que la cinta tenga la atención que se merece, que es mucha.
Silvia García Jerez