LO DEJO CUANDO QUIERA – Entrevistamos al alucinante trío protagonista
Carlos Santos, Ernesto Sevilla y David Verdaguer forman un trio alucinante en la nueva película de Carlos Therón (Es por tu bien, Mira lo que has hecho)
Con poco sentido del ridículo, mucha complicidad y un gran sentido del show, los tres bromearon continuamente durante la entrevista. Todo un subidón estar con ellos.
Imposible dejar de reírse con ellos, dentro y fuera de pantalla, donde los tres además están estupendos.
Ojalá tuviera el ritmo de su comicidad y logre transcribir ese non-stop de coñas y pullas entre ellos, mientras de muy buen rollo, nos contaron lo mejor de Lo dejo cuando quiera.
Una cinta muy gamberra sobre unos profesores universitarios, venidos a menos y con sueldos de becarios, que inventan unas vitaminas para potenciar la memoria y terminan triunfando como ‘reyes de la noche’.
La Cronosfera: ¿Os fuisteis de juerga para pillar los personajes y crear coleguismo, o veníais con la experiencia aprendida?
Ernesto Sevilla: Bueno, durante la película alguna cayó.
Carlos Santos: Pocas, la verdad.
E. Sevilla: Porque sois poco constantes.
David Verdaguer: Pero nunca llegamos al ritmo de uno de los tres, que tienes que adivinar quién es… (risas) Que conste que yo lo intenté. Comí y hasta me eché la siesta, pero no aguanté; lleguéa un punto de no retorno. Pero este hombre siguió y siguió, hasta que lo encontramos tirado en una cuneta…
C. Santos: Y seguía. Ernesto seguía…
E. Sevilla: ¡La gran empalmada!
C. Santos: Yo creo que quería rodar la película del tirón, sin parar, en plano secuencia…
D. Verdaguer: La verdad es que los tres no nos conocíamos de nada, así directamente, pero Carlos Therón, el director, si que intentó crear equipo. Fuimos a cenar y luego, cuando ya nos caímos bien, fuimos a cenar otra vez por nuestra cuenta, y salimos a tomar algo… Se creó muy buen rollo y como ves, nos queremos un poco…
C. Santos: Además como viene de una película italiana, que tiene como tres partes, hemos querido fomentar ese buen rollo para poder rodar las siguientes.
D. Verdaguer: Que al ser tres, por la cuestión de dinero, también…
C. Santos: ¡Ya está el catalán!
L.C.: Al ser una adaptación de la italiana, ¿tuvisteis libertad para crear vuestros personajes?
C. Santos: En la italiana hay como 14 personajes, ninguno femenino. Y ni la hemos visto…
D. Vergara: Son como 10 ó 12, los de la banda, pero es que no tiene nada que ver, ni para bien ni para mal… Está la secuencia de la farmacia de la italiana, en YouTube, si quieres verla…
C. Santos: Pero es de los pocos gags que se han mantenido… Luego, a estos amigos se unen Jota (Mero), Anabel (Miren Ibarguren) y Ernesto Alterio…
L.C.: Que está impresionante. He flipado con él, crea un personaje total…
D. Verdaguer: Está bestial.
C. Santos: Y ese grupo, todo juntos, funciona como una auténtica banda. De ahí que se viera esa sincronía y el director la buscara, que pareciera que somos amigos de toda la vida… Aunque la verdad no somos tan colegas y después de esta entrevista, voy a escupir a David… (risas)
D. Verdaguer: Yo cuando conocí a Carlos entendí lo de ‘El hombre de las 1000 caras’ ¡Es tan falso!
C. Santos: Por eso, siempre pensé tener a David a 10.000 km…
D. Verdaguer: Qué cabrón (risas)
C. Santos: Qué bien pillado, ¡eh!
D. Verdaguer: Venga, en serio, va… Realmente se trata de coger a tres perdedores y sacarlos de su zona de confort -que se dice mucho en la película-, y ponerles en un sitio que no se esperan, que es cuando en la película llega…
E. Sevilla: ¡El momento Mar Adentro! (descojone general) Me refiero al momento, cuando Bardem sale por la ventana y vuela. Ahí está fuera de su zona de confort, ¿no?, que es su cama…
Y ahí casi fue casi imposible continuar, pero retomamos la cuestión.
L.C.: ¿Qué habéis aportado, entonces, al personaje? ¿Hay de la personalidad de cada uno?
D. Verdaguer: Ahí está la labor del guión. Son tres personajes y los tres, perdedores; está el de Ernesto, que es el más fiestero pero es el más cagado, a la vez. Yo soy el payaso pero el más serio, quien hace avanzar más la trama que los chistes, digamos. Y luego está Carlos, que es el más extremo, el más pesado, el más pedante…
C. Santos: Y el que se vuelve más loco.
D. Verdaguer: Como lo peor del nuevo rico…
C. Santos: Como ese señor que no ha salido nunca de casa y de repente, descubre a los Latin Kings y el mundo de la noche, ese mundo de fantasía y de colooor (y lo dice cantando)
D. Verdaguer: Los tres acaban representando a varios tipos de losers; está el profesor particular de un solo alumno, el que aún vive con sus padres y un servidor, que está perdiendo a su mujer y a sus hijas…. Pero todos somos algo losers.
E. Sevilla: Yo siempre me identifico con el perdedor, aunque -ejem- sea ganador. Creo que los humoristas tenemos mucha de perdedores…
C. Santos: Y los actores, que puedes pasarte meses esperando a que te llamen y a que surja algo nuevo.
D. Verdaguer: Pero perder es más interesante que ganar… Sobre todo, en la virginidad… (risas)
E. Sevilla: ¿Sabéis que se puede reconstruir el himen? ¡Y Leticia Sabater se lo ha hecho!!
Y de nuevo, las carcajadas sin poder controlarlas ni controlarles…
L.C.: ¿Cuál fue la escena más divertida, esa de no poder aguantar la risa? Y por otro lado, ¿cuál resultó la más difícil? Ernesto, en tu caso, ¿quizás la del desnudo? Aunque intuyo que no debes tener mucha vergüenza y en comedia, creo, es más fácil el destape…
E. Sevilla: Eso sin duda, pero no te creas. Soy muy tímido y lo pasé mal.
D. Verdaguer: Doy fe, doy fe.
E. Sevilla: Además había que desnudarse alrededor de muchas personas, había mucha figuración.
C. Santos: Más de 200 personas.
E. Sevilla: Y era como una pesadilla; como esa en la que sueñas que vas al instituto en pelotas, pues exactamente ¡eso es lo que tuve que hacer! Llevando una cosa ridícula, que es casi peorque ir en pelotas del todo, que es como un tanguilla que tapa lo justico…
D. Verdaguer: ¡Y saber que ha quedado grabado para siempre! (risas)
C. Santos: Nos hemos reído mucho. En la escena de la farmacia, que es la más divertida, con el nitrato amónico y los demás nombres químicos… Y también en el último plano.
D: Verdaguer: No el último-último, que mejor no decir, sino cuando ya se hace de día y nos reunimos todos… Ese día no parábamos de reírnos, por todo, y además estamos muy cansados, y fue tan largo todo eso; esperando a que el sol saliera para rodar y no parábamos, y el sol salía… Creo que es la única vez que he visto a Carlos, el director, un pelín serio.
C. Santos: Eran las seis de mañana, bajo un palio de 20 × 20 y había que dejar ya la coña. Pero no podíamos, porque además a este hombre (Ernesto) se le ocurrió un comentario…
Y los tres vuelven a reírse.
David, se te conoce más por tus papeles dramáticos. Ernesto, recién has dirigido tu primera serie y tú, Carlos, acabas de rodar con Garci, obviamente, un film más serio. La promoción en cada trabajo es distinta, pero trabajo también es…
C. Santos: La promo es parte de nuestro trabajo. Los cómicos nos dedicamos a esto y unas veces haces algo serio, otras veces, cosas más pequeñitas y otras, una peli que además tiene una campaña de promoción con Mediaset muy importante… David, por ejemplo, suele hacer muchas cosas pequeñitas, con iPhone y tal (risas), y creo que en ésta es la primera vez que ve una cámara de cine…
D. Verdaguer: Qué cabr… Pues he estado muy contento con esta película, porque además he cobrado (risas) En cada trabajo, sea cine o teatro, se intenta hacer lo mejor que puedes; “Hice lo que pude, con lo que tuve”, que decía Muhammad Ali.
Ernesto, ¿mientras rodabas tenias el chip de director?
E. Sevilla: No, porque cuando actúo, no me preocupo de la dirección. Además a mí me jodería mucho, lo asesinaría… Yo no hago lo que no querría que me hicieran.
C. Santos: ¿Has visto Capítulo 0, la serie de Ernesto?
L.C.: Todavía no, pero he oído que es la mejor del año.
C. Santos: ¡Es una barbaridad cómo dirige este señor! Además es un gran cinéfilo, ahí donde lo ves…
E. Sevilla: Y cinéfalo, o cinéfago…
D. Verdaguer: Es muy, muy buena.
E. Sevilla: Habrá segunda temporada.
Parece que ya se han acabado los malos tiempos para la comedia…
C. Santos: Hay muchas comedias que se quedan en un punto, sobre todo en nuestro país, que llaman a la puerta de ciertos límites, pero no tienen los huevos de abrirla. Hemos hecho una comedia muy gamberra, dicen, y luego tú la ves y ¿gamberra-gamberra? Traviesa, quizás. Pero en ésta que sí que se dice eso y realmente se atraviesa esa puerta, porque tiene también ese punto de la comedia, como de los hermanos Farrelly, de llegar a pensar ‘no-no-no, no van a ser capaces de hacer eso’, y lo hacen. En Lo dejo cuando quiera hay dos o tres momentos en los que se cruza ese límite y quizás, las mayores carcajadas pueden estar ahí. Es una película donde la gente se lo va a pasar bien; es divertida y sí, muy gamberra.
D. Verdaguer: Y pasa muy rápido. Y no lo digo como que quiero que pase rápido, si no por…
E: Sevilla: Que se acaba, vamos, que se termina. Que es una ventaja, porque luego puedes hacer planes y eso…
Es una comedia coral, aunque cada uno tiene su momento, con su escena de subidón y personaje, pero ¿tuvisteis celos por los chistes más graciosos?
D. Verdaguer: Muchos, muchos… Lo bueno es que es una comedia de situaciones; siempre se añaden gags, siempre avanza la trama y hay nueva información. No decae.
C. Santos: Hay muy poca escena gratuita y no es una comedia de chistes. es cierto que hay dos momentos para cada personaje; el momento pastilla, de alucinar, y luego cómo reaccionan al éxito cuando ya son narcotraficantes. Esa guía sí que la ves, la percibes, y está bien porque tienes que ver cómo evolucionan… Carlos Therón cuida mucho a los actores y le gustan mucho los personajes… El otro día me comentó que se ve cuándo va a funcionar el grupo, si los actores se están aportando entre ellos; Oye, que se me ha ocurrido una cosa, pero no lo diría yo…
D. Verdaguer: Es buenísimo si vas a favor de la obra, de la historia, y te olvidas un poco del ego. Therón tenía muy claro lo que no quería. Lo que quería, también, pero más lo que no…
C. Santos: Lo que ha habido aquí es muchas risas… David y yo hemos tenido que aguantarnos mucho con este cabrón (Ernesto), porque este señor cuando va en el coche y sin venir a cuento, empieza a describirnos el Mortadelo Mortífero…
D. Verdaguer: Y una vez más, no podíamos. Si te fijas en la secuencia -que creo que está en el trailer-, hay un momento que yo tengo un gesto, que estoy a punto de estallar… Y Carlos tuvo que cortar.
Para terminar, ¿nos ponemos serios? En la película hay cierto trasfondo de crisis económica y promesas incumplidas, con critica a la educación y al mundo laboral…
D. Verdaguer: Es que es una generación que está más preparada, que las oportunidades que tiene. Yo no tengo estudios, repetí en plastilina… (risas) Pero creo que es la primera vez que pasa, que con suerte, te vas a quedar con el piso de tus padres aunque vayas a vivir peor que ellos. Y es que hay una mayor preparación, que en el mundo laboral al que se enfrentan.
C. Santos: Haciéndola, no teníamos esa sensación, pero está de telón de fondo, porque a la gente le ha llegado mucho y lo comenta. Está la secuencia del curriculum, que algo parecido le pasó a la hermana del director; tener que falsificarlo por estar sobrevalorada, tener que quitar la licenciatura para acceder a ciertos trabajos… Quizás Carlos lo ha subrayado más de lo que hubiera querido, o no, pero está guay, porque hace que llegue más.
Lo dejo cuando quiera se “inspira” también en Walter White de Breaking Bad, un profesor que trafica ¿Sabíais que cuando la ruta del bakalao, había un profesor que hacía la mayoría de las pastis en un laboratorio de la Universidad de …
C. Santos: ¡Salamanca! ¡Claro! Therón estudió allí y para él eso era lo normal (risas) La realidad, ¡iguala o supera a la ficción!
Y cada día más.
Esperemos que siempre halla una versión divertida de cada historia basada en hechos reales…
Mariló C. Calvo