La Visita

                       Si está el horno para bollos

                                                        por Mariló

No se puede obviar que la nueva de M. Night Shyamalan es un thriller y va de abuelos.
La promo por doquier aunque sea una peli de bajo presupuesto -bien hermanada con Universal, por la que nos llega- remite al director por ser él quien fue -por sus virtuosos giros de guión y frases antológicas-, precalentándonos el miedo desde el trailer.
Unos chavales que no conocen a sus abus maternos, deciden ir a visitarlos a su alejada casa de campo. Pero el hogar de los ancianos tiene curiosas normas y los yayos son raros.

Rodada a través del documental que la nieta graba para completar su genealogía durante la semana de visita -más cual regalo catártico a su madre que deberes de clase-, Shyamalan nos cocina un apetitoso cuento al horno como un buen bizcocho casero.
Con moraleja (y moralina) en el punto justo de levadura, azúcar (y sal).
Una tremenda receta familiar de sencilla preparación y gran sabor.

La Visita

El filme que huele a Bruja Blair con una pizca de El Resplandor y gusto vintage del terror de los ’80, está muy bien horneado. Va subiendo con los ingredientes bien mezcladitos para terminar esponjoso y consistente a partes iguales. Sin relleno. Sin cobertura.
Y añadiendo generosos chorros de humor (y deliciosos detalles en cada plano), se cuela un (poderoso) lado humanista y se empapa de una (fascinante) reflexión meta-cinéfila.
¡Rico ese cine dentro del cine!
Aumentando gradualmente la temperatura emocional, mantiene la tensión. Tras hora y media, se desfonda una aparente película menor que degusta no sólo los sabores reconocibles del director en sus mejores comienzos, sino que perfecciona su elaboración.

Su gran cinta hasta la fecha (¡ahí queda!)

El tiempo lo dirá; y pa’ gustos, los colores.

No entra en el menú de hoy elegir si está sobrevalorado por El Sexto Sentido -con permiso de Los Otros de Amenábar- o infravalorado por El Bosque; pero sin ser de mis platos favoritos, disfruto con su manera de paladear el miedo.

La Visita

En La Visita, Shyamalan digiere y dirige una pequeña gran película aunque no haya superproducción ni reconocidos intérpretes… y aunque fuera para televisión -aunque ahí no está muy fino y parece más pinche que chef en su Wayward Pines de Fox-.
El director y guionista que triunfó con un niño que veía muertos, vuelve a hacerlo con este brother. Un chiquillo que rozando la impertinencia, rapea con gracia a toda la familia, aportando valentía a la historia y hasta al lenguaje (memorables sus ingeniosas palabrotas pop… Shakira, Katy Perry!)
Desearán llevárselo a casa.

Probablemente se asustarán, esa es la esencia de Shyamalan -aquí, arriesgando o escondido tras el amateurismo del rodaje de la adolescente y su hermano-; pero se sorprenderán más con las carcajadas que emanarán y su aroma decididamente retro, donde menos es más.

En el final -para acabar-, tras la breve e intensa violencia –pura delicatesen-, si les queda alguna duda cuando suena un musical que sugiere cierto regusto a moralina (que no moraleja), no se dejen engañar; es una vuelta y vuelta más a los valores familiares.
Un reflejo de esta sociedad inmaduramente longeva, donde los niños son adultos y los hermanos se apoyan más que nunca ante unos padres que se comportan como críos.
Así, estos jóvenes aceptan con una brillante naturalidad –la misma que piden constantemente para su documental- los tocs, pañales, ataques de oscuridad, decadencia y locura a cualquier edad y de cualquier pariente, mientras los mayores temen envejecer con rencor.

Y en los créditos -de postre-, con el docu terminado, vemos que son los únicos que pueden mirarse al espejo. Y bailan. Y cantan…
Y ya se sabe ‘que quien canta, su mal espanta’.

Estreno: 11 de Septiembre

 

 

Ciinematé Vocabulairé:- «ABUS»:
1.- Aquell@s de tercera edad que realmente atienden a los adultos y cuidan de los niños.
2.- Los nuevos abuelos/as que viven un eterno retorno de paternidad y maternidad pagando las hipotecas, limpiando las casas y educando a los hijos… de sus críos…
¡Menudo progreso! Nunca pensamos que duraría tanto…

¿Y aún nos inquieta que una nana protagonice las noticias por presunta asesina?

La veteranía es un grado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *