JUANMA BAJO ULLOA: Me he hartado de las palabras
Juanma Bajo Ulloa es uno de los mejores directores del cine contemporáneo. Su descubrimiento en el festival de San Sebastián con Alas de mariposa fue uno de los acontecimientos del año 1991, ya a ella le siguió La madre muerta, otra de sus obras maestras, el exitazo de Airbag o Frágil, siete años después de aquella comedia, volviendo de nuevo a su universo original, pequeño y oscuro. Ahora estrena Baby, tal vez su trabajo más arriesgado, pero dentro de la personalidad que unifica su filmografía. Hemos hablado con él para que nos contara cómo nació este proyecto, tan singular como apasionante, y cómo lo llevó a cabo. Y no fue nada fácil.
La Cronosfera: Creo que Baby es una película necesaria para unos tiempos en los que se está viendo mucha película que no trasciende, y Baby sí lo hace.
Juanma Bajo Ulloa: Sí, es justamente lo que algunas personas no quieren. Sí, yo creo que tiene esa capacidad, un poco polar, de que hay personas que están buscando que les conmueva, que les remueva, y que nos gusta ese cine porque queremos salir, y hablar, y darle vueltas, y soñamos con él y se queda dentro. Y hay un público quizás más racional, más adoctrinado en un tiempo de cultura del consumo y el olvido, que justamente lo que no quiere es eso. Y notas el amor que tú muestras y notas, por otro lado, el sarcasmo, que es la respuesta que da el que le molesta lo que estás dando. Y sale enfadado. Es gracioso ver eso porque hay como dos respuestas muy claras.
La Cronsofera: ¿Hasta qué punto ha sido complicado poner en pie Baby?
Juanma Bajo Ulloa: Cuando no caminas dentro de lo que se entiende por cine convencional y el sistema establecido, se vuelve todo muy complicado. Porque por un lado la industria fomenta un tipo de cine y también cultiva un tipo de espectador determinado que cada vez quiere cosas más simples, más infantiles, no quiere pensar, no quiere reflexionar, quiere que le digan lo que tiene que decir y lo que tiene que pensar. La mayoría de la gente no acepta que es así, pero es así. Es así porque lo notas.
Cuando eliges un camino de independencia creativa, porque hay algo que crees que es importante contar, y una manera de hacerlo especial, te encuentras con todos los mecanismos para mediatizarte, que te presionan para que hagas lo que tienes que hacer, lo que debes hacer para el sistema. El sistema se vuelve en contra de ti. Entonces te encuentras con agresividad, con el vacío… es muy complicado. Y en vez de tardar el año y medio que tarda un cineasta que trabaja para el sistema, tardas cinco. O nunca la acabas. Hay proyectos con este nivel de libertad que nunca llegan a realizarse porque están fuera del sistema totalmente.
La Cronosfera: ¿Desde el principio planteaste que fuera una película sin diálogos?
Juanma Bajo Ulloa: Realmente esto es más complicado. Yo soñaba con una película puramente cinematográfica, pero no sabía si iba a ser capaz de hacerla. Para el gran público, porque yo hago cine para la gente, no para mí, o para el cineclub, lo hago para la gente. Y eso era más difícil, sobre todo por cómo se estaba volviendo ese público. Se estaba volviendo más adoctrinado, en ese sentido, más cómodo, más consumista. Pero realmente la película comenzó con diálogos. Yo fui depurándolo, y según iba teniendo más versiones supongo que algo dentro de mí algo me decía: ‘vas a conseguirlo. Tienes que hacerla.’
Pero cada vez me daba cuenta de que había más textos que sobraban y que las herramientas del cine, en las que yo confiaba, eran válidas para narrar, y que a veces era el miedo el que te obligaba a hacer un texto, que se convertía en redundante con lo que ya estabas narrando con otros elementos del cine. De hecho, iba al cine y veía películas en las que el texto era totalmente redundante y me sobraba todo. Pensaba: ‘Me están manipulando, me están tratando de tonto. Esa persona está hablando y ya sé eso que está diciendo. Lo estoy entendiendo, gracias, no me lo vuelvas a decir.’ (Risas)
El autor muchas veces tiene miedo y utiliza el texto redundantemente para expresar lo que ya ha expresado, y a veces para tapar la carencia de capacidad de narrar, también. Y en la sociedad también, metafóricamente, las palabras me han empezado a sobrar. Me he hartado de las palabras. De escuchar mentiras. La palabra ha perdido el rigor, se ha desvalorizado y se ha convertido en un ruido de fondo de la sociedad. Se habla para mentir, se habla para ocultar. Y yendo a la Biblia, ‘por sus actos los conocerás.’ No por sus palabras.
La Cronosfera: Una de las cosas que me fascina de la película es ese chupete que incluso protagoniza el cartel, ¿de dónde lo sacaste?
Juanma Bajo Ulloa: Sí, yo les dije a mis socios: ‘No vamos a ganar dinero con una película independiente pero vendiendo chupetes podemos ganar mucho dinero.’ Lo que pasa es que ha resultado tan complicado este chupete… es el resultado de un año, es artesano y tuvo un proceso tan largo como la propia película. Yo diseñé un chupete y lo dibujé y se lo mandé a mi antiguo decorador, Satur Idarreta, que ha hecho mis películas anteriores, y lo hizo en madera. No me convenció. Era precioso, pero no era lo que estaba buscando. Lo intenté hacer con otro constructor y lo hizo con conchas. Y tampoco me convenció. Hicimos un tercero y un cuarto y al final, en Barcelona, unos joyeros, unos orfebres, con plata y con nácar consiguieron crear el dibujo que yo había hecho, que incluía una micro bisagra que hacía que el chupete se abriera y tuviera una joya dentro, una perla. Era un chupete que había pasado en la película de padres a hijos, una joya familiar que va trascendiendo y yo pensaba que tenía que ser muy valioso. Emocionalmente y también económicamente. Tenía que ser un objeto valioso de verdad. Y así lo hicimos. En la película se usan dos. De plata y nácar. Dos joyas inevaluables. Y luego hay otros que son de mentira, cuando flota o en escenas que se ven lejanas, para que no se estropeara. Pero sí, has dado en el clavo porque costó más de lo que uno se puede imaginar.
La Cronosfera: El reparto de la película es fabuloso, pero a Charo López la vemos muy poquito. ¿Te costó convencerla para intervenir en Baby?
Juanma Bajo Ulloa: Yo la conocía de Rey gitano y me llevo bien con ella. Está tan loca como yo y por eso yo creo que conectamos bastante. La llamé y de hecho yo pensé en ella para el papel de la bruja, de la señora mayor. Era una de mis candidatas. Le dije: ‘te quiero tener en la película de algún modo.’ Cuando tuvimos a Harriet, que era también un sueño, una actriz que admiraba muchísimo y que la gente no sabe el talento que tiene, aún así quise tener a Charo y le pedí que hiciera este papel porque ya no veía a nadie haciendo ese papel. Es tal la presencia que tiene Charo López, y el papel era bastante pequeño, pero necesitaba de muchísima credibilidad, porque esta mujer es la que origina todo. Está conectada con la otra mujer, además, las dos llevan ese crucifijo, como si fueran de una congregación las dos de vendedoras de niños. Ella aceptó porque creo que confía en mí, y creo que confía en mí más que en lo que le estaba proponiendo.
La Cronosfera: ¿Siempre planteaste que el reparto fuera de mujeres?
Juanma Bajo Ulloa: Sí, realmente en la película había más cosas y fueron desapareciendo. Es como lo que te decía antes, que había textos. Rodé textos. Algunos. Y los eliminé porque me sobraban. En el guión aparecían figurantes, hombres y mujeres figurantes, en la calle, cuando compra droga, en esos garitos… y luego dije: ‘no necesito ver a nadie.’ La intención era ir a la esencia pero también ser lo más puro posible. Fui eliminando. Decorados también. Había más localizaciones y me fueron sobrando. La casa, ya está. El recorrido, ya está. Veo el cuento que ella tiene que hacer para llegar y se acabó. Fui depurándolo. Y con los personajes pasó igual.
Al final era un universo de creación. Y el potencial creativo es femenino. No veía que necesitara personajes masculinos, era otro tipo de historia la que estaba contando, era un universo. La película, si la ves en un cine, es puramente atmosférica. Te introduces en un universo que es un cuento. Vas pasando, además, de la realidad a un cuento que no es fantasioso, es realista. Y por eso quería crear ese clima y lo demás sobraba. Hay películas que son solo de hombres, como Salvar al soldado Ryan, pero en esta pensé que ese era el universo, y no necesité nada más. La gran pregunta, que la respuesta está en la película, que el espectador lo tiene que buscar, es si el bebé es niño o niña. Esa es la pregunta. Igual sí que hay hombres en la película.
La Cronosfera: Baby es muy desmitificadora de la maternidad. Pensamos que la maternidad es algo precioso, y no llevado tan al extremo de la película, pero aquí se muestra una maternidad muy dura.
Juanma Bajo Ulloa: La película no tiene filtros en ese sentido. No es un documental, es una ficción, una invención, pero no hay ni juicios de valor de lo que va ocurriendo ni filtros para edulcorar. Hay gente que dice: ‘Es terrible.’ Pero yo le digo: ‘Será tu mirada.’ Porque la película está llena de belleza y está llena de dolor. Es el viaje que hacemos las personas y pasamos por muchísimos lugares, por eso es un cuento, y tienes ese recorrido de la protagonista, pero realmente es la vida. La vida es el yin y el yang, es el horror y la luz. Y la película pasa por ahí.
La Cronosfera: ¿Fue fácil mover la cámara e iluminar esa casa?
Juanma Bajo Ulloa: Decía Carlos Heredero, el crítico, que tengo una cámara en la cabeza. No sé si era un halago o lo contrario. Yo llevo la cámara en las películas porque finalmente a veces son planos complicados porque creo que es parte de la narración y también del clima que intento provocar en el espectador. Dónde se coloca la cámara, la mirada. A veces es especial, extraña. Y no era fácil pero la implicación del equipo ha sido enorme. Hemos dedicado mucho tiempo a conseguir el plano perfecto, la luz adecuada, y lo que hablábamos antes de la belleza. Había una máxima en el rodaje que era ‘Todo ha de ser hermoso’. Incluso cundo esto parece paradójico, cuando rodábamos algo que era terrible, decadente. Me da igual: aunque sea decadente ha de ser hermoso. La gente tiene que quedarse mirando. Tenemos que hacer cuadros. Y con el sonido igual, y con la música igual. Había un gran esfuerzo del equipo e implicación.
Una de las cosas que les dije al llegar al rodaje fue: ‘No tenemos dinero para pagar el trabajo que vais a hacer. Os vamos a pagar un sueldo pero el trabajo que yo os voy a pedir no os lo puedo pagar. Lo haréis si queréis hacerlo.’ Creo que eso se ve en la película, que está hecha con las manos. Todo. Está llena de detalles porque cada persona del equipo colaboró en esos detalles. Cada uno ha puesto su alma ahí. Y si la ves dos veces descubrirás más cosas. No es mi película, es la película del equipo.
La Cronosfera: ¿Cómo fue la recepción en Sitges y cómo crees que va a ser la recepción del público cuando se estrene?
Juanma Bajo Ulloa: Es una situación extraña y agónica. En Sitges había una sensación extraña porque la película iba a ir a festivales de cine convencional, como El Cairo, de donde venimos ahora, pero en Sitges la querían. Les gustaba mucho. Pero es que yo pensaba que era un festival de género, muy de género, y que esta película igual al fanático del género le va a parecer que no debería estar en el festival, porque son como los del flamenco, que saltan si no es flamenco puro. La película no es de terror, es de suspense, porque habla de la incertidumbre de la vida, pero igual no era el festival adecuado. Pero me dijeron que el ámbito del género es amplio, que la película tiene claves del cine de horror y sorprendentemente la respuesta fue extraordinaria. Nos decían que íbamos a ganar, pero no podíamos, porque no somos una película de terror. Pero tuvimos muy buena acogida, los comentarios están ahí. Yo me vine muy sorprendido de que sobre todo los profesionales del cine estuvieran tan agradecidos de que fuera cine puro, y además premiaron la música, que está tan trabajada… Al principio estaba preocupado pero luego muy contento de partir de allí.
Y sobre lo que va a pasar es muy difícil saberlo. Se estrenan demasiadas películas ahora y todo es incertidumbre, pero lo que me gustaría es que el público abierto a una película personal y fuera de la norma, tenga la oportunidad de saber que existe. Veremos si eso ocurre y si el boca a boca de la gente es positivo, que por ahora lo está siendo.
Silvia García Jerez