JORDI REBELLÓN: El cine está para denunciar cosas
El desentierro cuenta con tres actores, Michell Noher, Jordi Rebellón y Jelena Jovanova, que en distintos niveles de protagonismo marcan una película de por sí imprescindible. Que se toquen en la gran pantalla temas como la corrupción, aunque centrada en el pasado cercano de la época de la ‘Ruta del Bakalao’, es algo que nuestro cine no ha acostumbrado a hacer y por lo tanto es una buena oportunidad para ver una cinta que se mete de lleno en ella. La Cronosfera ha hablado con sus intérpretes de dicha corrupción, de la Memoria y de la actualidad argentina respecto a la nuestra.

La Cronosfera: ¿En qué momento decís que sí al proyecto?
Jordi Rebellón: A mí me llamaron un poco a última hora. Me leí el guion y dije que sí, evidentemente. Sobre todo porque yo hacía mucho tiempo que no hacía cine y en ese momento lo podía compaginar. Estaba haciendo una obra de teatro y estaba de gira pero lo podía compaginar. Y me gustó el guion, me gustó el reparto y me gustó que fuera en Valencia, que fuera realista y que se hablara de lo que se hablaba, de la época de la ‘Ruta del Bakalao’. No me costó decidirme.
Michell Noher: Yo creo que dije que sí a la película antes de que la película me dijera que sí a mí. Me mandaron el guion, estaban buscando un actor argentino, y sé que le mandaron el guion a varios, y la verdad es que lo leí y me interesó mucho el personaje de Jordi, me pareció que tenía mucho para explorar y atravesar cosas que no me habían tocado antes, así que me atraía. También me atraía la posibilidad de rodar aquí en España, además en un lugar como Valencia, que no conocía, y más entre los arrozales, que jamás había estado en mi vida… así que tenía muchos atractivos para mí. Yo le dije primero que sí y luego vino el sí de la película, así que aquí estamos.
Jelena Jovanova: Para cualquier actor es muy importante trabajar más allá de las fronteras de su país, así que cuando Nacho me llamó, me mandó el guion y lo leí, quise hacerlo. Era un reto para mí trabajar en una película española y hacerlo en español, así que dije que sí.
La Cronosfera: La película habla de temas muy oscuros: mafia, corrupción, tráfico de mujeres… ¿de qué os sentís más orgullosos de poder denunciar su existencia?
Jordi Rebellón: Yo me siento orgulloso de denunciar que existe todo lo que es malo de la película. Estamos hablando de corrupción urbanística, que todavía existe, estamos hablando de prostitución, que todavía existe, estamos hablando de drogas, que todavía existen… Aunque está muy centrado en la ‘Ruta del Bakalao’ de Valencia, eso no quiere decir que esas cosas hayan desaparecido. Entonces yo, a pesar de que mi personaje no es el más bueno de la película, pero tampoco es el peor, creo que esas cosas hay que denunciarlas y plasmarlas. Y el cine está para eso. Está para distraerse, para pasárselo bien pero también para denunciar cosas. Y la película lo hace.
Michell Noher: Para mí es interesante algo de la película como que queda muy claro que la codicia y la corrupción parecerían ir muy en contra de la posibilidad del afecto. En ese sentido me parece interesante, porque si bien se tocan todas esas temáticas, lo que ocurre es que encontramos personajes que están rotos, que no pueden acceder al afecto consigo mismo y al afecto con el otro.
Jelena Jovanova: A pesar de la corrupción, la política y la cuestión de la moralidad, es importante que la película habla de las relaciones perdidas, las relaciones rotas de un padre y un hijo, de una madre y su hija y de nuestra propia relación con nosotros mismos para saber la verdad que nos rodea.

La Cronosfera: Jordi, el personaje protagonista, busca en el pasado para estar tranquilo en el presente, ¿es recomendable buscar en el pasado aunque lo que se encuentre sea doloroso?
Michell Noher: La historia es lo que nos hace quienes somos hoy, entonces la historia importa, tanto para no repetir errores del pasado como para subsanar lo que sea posible subsanar hoy en día. Creo que las consecuencias de los actos prevalecen en la historia. En este caso es claro: hay algo que hizo un tío que prevalece en la historia de Jordi a través de su padre y de la madre. Es sumamente importante.
Creo que tu pregunta tiene que ver con una cuestión de actualidad española y en ese sentido tengo el orgullo de decir que mi país es ejemplar. Se ha hecho el juicio a la Junta y se ha trabajado y se sigue trabajando, quizás en este gobierno con menos ahínco que con el anterior, en la búsqueda de la verdad. Las abuelas de la Plaza de Mayo siguen encontrando nietos recuperados. Son 107, creo, en este momento, y cada vez que aparecen es una alegría para todo el pueblo. Entonces sí, es muy importante la búsqueda de la verdad.
Jordi Rebellón: Yo solo quiero decir una cosa: yo creo que quizá no sepamos dónde vamos pero nunca hay que olvidar de dónde venimos, y eso forma parte del pasado.
La Cronosfera: La película es muy realista en cuanto a toda la parte de los audios. Parece que está rodada hoy.
Jordi Rebellón: Es que estamos hablando de uns flash-backs de 20 años atrás, y 20 años atrás no es nada. Yo tengo 61 años y entonces tenía 41. No estamos hablando del siglo XIX o XVII, estamos hablando de 20 años atrás y son cosas que están patentes y además hemos utilizado en el rodaje edificios que todavía existen, o sea, que no estamos tan lejos.
La Cronosfera: Ana Torrent tiene un personaje muy tremendo.
Jordi Rebellón: Ese personaje es mi mujer y es de las que las mata callando. Es un personaje que está como diluído en la película, aparece, desaparece, pero es tremenda. Pasa desapercibido pero siempre está ahí.
La Cronosfera: Viendo la película he sacado alguna conclusión como que no se puede ser bueno o que el amor no es nada recomendable. ¿Cuáles son vuestras conclusiones?
Michell Nohel: Yo creo más bien lo contrario del amor, que la corrupción y la mentira son lo que no permite que el amor florezca. Y por otro lado creo que la búsqueda de la verdad vale la vida.
Jordi Rebellón: Yo también creo que además podemos ser buenos. Otra cosa es que nos dejen.
Michell Noher: Así que te contradecimos en todo.
Jordi Rebellón: No tienes razón en nada de lo que has dicho.
Risas conjuntas.

La Cronosfera: La película es un puzzle como también lo han sido Todos los saben o Petra, películas estupendas a las el público no siempre se acerca. ¿Qué creéis que le falta al cine español para llegarle más al público?
Jordi Rebellón: Yo no diría el cine español, yo diría el cine mundial. Yo creo que lo que le falta, a veces, son historias buenas que contar. No olvidemos que el cine son historias que contamos los actores y los directores y las gente se las cree o no las cree. Lo que hacen falta son historias que interesen. Yo cuando voy al cine, yo no soy un espectador analítico, yo voy a que me cuenten una historia, sea comedia o una tragedia, pero que me la cuenten y que me la crea. Y eso es lo que hace falta. Historias muy buenas, porque se hace muy buen cine en España, en Argentina y en todo el mundo. En Estados Unidos se hace muy buen cine pero también se hace cine muy malo, lo que pasa es que nos llega lo mejor porque es lo que vende. Y los mejores actores y directores de Estados Unidos han hecho películas malísimas. Y aquí también se hacen, y se hacen también cosas buenas. Yo creo que lo que hace falta son buenos guiones.
Michell Noher: No puedo hablar del cine español.
Jordi Rebellón: Acabas de hacer una.
Michell Noher: Y encima dando lecciones, no.
Jelena Jovanova: En todos los países, cuando alguien va a ver una película, lo importante es que ese alguien conecte con lo que ve. Si tienes una buena historia, la audiencia conectará con ella. Si les das la respuesta adecuada, eso es lo que el cine necesita, no solo el español.
Michell Noher: Creo que es importante rescatar que esta película, El desentierro, a pesar de tener muchos temas que son duros, los toca a través del entretenimiento, y eso creo que es muy bueno y muy inteligente, porque muchas veces, por volverse una película más panfletaria o más política o filosófica, se pierde la oportunidad de que la gente se entretenga viéndola, y eso me parece que es lo que lleva al público al cine.
Silvia García Jerez