EL INSOPORTABLE PESO DE UN TALENTO DESCOMUNAL
El insoportable peso de un talento descomunal. Parece un título de broma pero en realidad… es el de una parodia. La de Nicolas Cage interpretándose a sí mismo en una película que lo incluye a él como protagonista y como referente para una historia que es ficción en la que su yo también lo es.
Nick Cage es un actor muy famoso, una leyenda de Hollywood que tiene títulos como La Roca o Hechizo de Luna en su carrera. Un mito para fans muy entregados a su filmografía, pero está arruinado y solo le ofrecen trabajos que no quiere aceptar. Richard (Neil Patrick Harris), su agente, le consigue uno muy sustancioso, por el que van a pagarle un millón de dólares, pero no tiene que interpretar a nadie, su tarea consiste en ir a la fiesta de cumpleaños de un millonario excéntrico, Javi Gutiérrez (Pedro Pascal), un hombre que también admira a Cage y con el que quiere pasar unos días con una finalidad específica: hablar del guión que le ha escrito, específicamente con él en mente, para que lo interprete.
Pero las cosas no serán tan fáciles en esa estancia, porque en ella nada es lo que parece. De hecho, su estancia allí es utilizada por la CIA, que lo recluta para que le dé información sobre lo que Javi tiene entre manos: ha secuestrado a la hija del candidato a la presidencia. Por lo tanto, la vida de Nick Cage se va a ver envuelta en una aventura que recordará a las que él mismo solía protagonizar.
El insoportable peso de un talento descomunal es una carta de amor a Nicola Cage, un actor que comenzó en películas dirigidas por su tío, Francis Ford Coppola, tales como La ley de la calle o Peggy Sue se casó, y que después trabajó con los hermanos Coen (Arizona baby), David Lynch (Corazón salvaje) o en Hechizo de luna, una de las comedias románticas mejor valoradas de los 80. Todo ello, antes de ganar el Oscar por Leaving las Vegas y convertirse después en una leyenda del cine de acción con títulos como La roca, Con Air (Convictos en el aire), La búsqueda o Cara a cara, la película de John Woo en la se unió a John Travolta.
Muchas de estas películas están referenciadas de una manera u otra en El insoportable peso de un talento descomunal, ya que ésta crea un multiverso en el que los personajes ven películas de Nicolas Cage, se citan sus títulos, ya sea de forma expresa o a través de diálogos de los mismos, y el propio Cage habla consigo mismo cuando reflexiona con su propia persona.
Todo muy cómico. Porque es una comedia. Cage sabe reírse de sí mismo. También mezclar películas serias que consiguen prestigio y nominaciones al Oscar, e incluso la estatuilla, con cintas de acción taquilleras y otras que convierten al actor en un género en sí mismo. Y es consciente de que es complicado volver a la senda del Oscar, de que ese cine ya no se hace y que el poco que se hace ya no cuenta con él, así que se ha reciclado en un otro de culto que es reverenciado por sus fans hasta el punto de querer ver en sus películas el abanico de gestos y muecas que lo han hecho célebre. De hecho, parte del cine que ha decidido hacer se basa en que la sobreactuación que lo caracteriza forme parte de su personaje. Y los fans encantados porque es lo que le piden. Y de eso también se ríe aquí. No de los fans, de sus actuaciones extremas, que son el fundamento de buena parte de su carrera.
Eso es lo bueno, el arranque de El insoportable peso de un talento descomunal. El director Tom Gornigan, también guionista junto a Kevin Etten, es fan del actor y ha concebido la película como el homenaje que él le quería dar. Y mientras la película se mantiene en la parodia de la leyenda que siempre ha sido, todo va bien. Bien para los fans de Cage, se entiende. Si no eres admirador del actor, elige otra película, claramente. Porque ésta es un circo enfocado a contentar a los seguidores de un intérprete que hace de la mueca su herramienta de trabajo.
Lo malo de la película es la parte en la que se toma demasiado en serio y se hace pesada y un tanto agotadora. Es, sobre todo, esa en la que entra el español Paco León, que da vida a Lucas, el primo de Javi. Cuanto más oscura se vuelve la trama, incluyendo a la CIA, más sale perdiendo un resultado que prometía un rato entretenido pero que nos da una intensidad que no le pega nada a la película.
El insoportable peso de un talento descomunal es un divertimento que funcionará para los fans de Nicolas Cage y cansará a quienes no lo sean. Es un homenaje autoparódico del que Cage sabe aprovechar cada plano, regodeándose en sí mismo con la mente puesta en los fans que saben que van a apreciarlo. Y lo harán. Los espectadores que no se encuentren entre ellos y decidan verla, aunque sea por curiosidad, han de saber que esta… No es su película.
Silvia García Jerez