EL HOGAR DE MISS PEREGRINE PARA NIÑOS PECULIARES
ORIGEN
El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares antes de convertirse en una película fue una novela: la primera parte de una trilogía compuesta por esta primera entrega, La ciudad desolada y Library of Souls, todas ellas firmadas por Ransom Riggs, escritor estadounidense que había recopilado fotografías antiguas, reales, a las que pretendió dar una cierta continuidad editándolas en un libro que las recogiera.
Pero uno de sus editores fue más allá, proponiéndole a Riggs la creación de una historia a partir de esas extrañas instantáneas, y de su inventiva y del deseo de encontrarles un nexo común que el género fantástico pudiera aglutinar nace una de las narraciones más originales de cuantas se hayan escrito.
La novela es espléndida, aunque no redonda, y para mejorarla, el cine ha contado con Tim Burton, director consagrado en universos retorcidos, tan oscuros y estrafalarios como el que el texto original propone. Éste versa sobre Jake, un niño que ha crecido muy apegado a su abuelo, a cuyo lado escuchaba insólitas aventuras sobre chicos con poderes y habilidades imposibles, además de monstruos a los que temía y de los que, como podía, se defendía. Cuando su abuelo fallece, Jake, acompañado por su padre, emprende un viaje a la isla indicada por su adorado pariente de cara a descubrir el secreto que en ella se esconde.
EQUIPO ARTÍSTICO
Tim Burton, capaz tanto de rodar películas memorables como de no atinar en un solo minuto de según qué producciones que él mismo firme, logra esta vez un ejemplo portentoso de cine de aventuras protagonizado por unos niños a cual más fascinante, y capitaneados todos por la señorita Peregrine, interpretada de manera extraordinaria por Eva Green.
No será ella la única estrella con la que cuenta la película, porque entre su reparto encontramos a Terence Stamp como el abuelo del niño, a Judi Dench en el papel de una de las amigas de la señorita Peregrine o a Samuel L. Jackson metido en la piel del temible Barron. Y cómo no, sin ser tan conocido como ellos, pero en camino de intentar conseguirlo, Asa Butterfield, el pequeño protagonista de El juego de Ender, que se hace cargo aquí también del papel más importante de la función.
Un comienzo un tanto rutinario en la vida de nuestro héroe dará paso a una existencia sin tregua en la que la ficción se confundirá con la realidad. A eso es a lo que Jake tiene que enfrentarse. Y lo hará con la fuerza heredada de su abuelo, hombre muy presente, por mucho que esté ausente, a lo largo del metraje.
DE LA NOVELA AL CINE
Aquellos que piensen que una adaptación no puede igualar o superar al original no siempre están en lo cierto. La tapadera, de John Grisham o Una historia de violencia, novela gráfica de John Wagner y Vince Locke, Las horas, de Michael Cunningham o V de Vendetta, cómic de Alan Moore y David Lloyd tienen la calidad que las películas que surgieron de ellos.
Con su libreto, Jane Goldman, responsable de los guiones de las aclamadas Kick-Ass – Listo para machacar, y Kingsman: Servicio Secreto, basadas ambas en cómics de Mark Millar, el primero junto a John S. Romita Jr. y el segundo firmado con Dave Gibbons, o La mujer de negro, de la novela de Susan Hill, vuelve a demostrar con el presente trabajo que para ella es muy fácil deslumbrar gracias a su talento.
En este caso Goldman toma las páginas escritas por Riggs y las reduce, eliminando partes extremadamente oscuras, de carácter gore incluso, explicando con acierto aquello en lo que la novela estaba menos engrasada, caso de la existencia y funcionamiento de los bucles, abonándole a Tim Burton un terreno más apropiado para que el director brille como lo hizo en Sleepy Hollow o Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet.
Jake llega a una casa majestuosa, todo un despliegue en lo que a diseño de producción se refiere, y lo reciben unos niños increíbles que el espectador irá descubriendo y adorando. Portentosas habilidades dan lugar a algunas de las escenas más sobrecogedoras de la cinta, caso de la muestra de lo que Enoch es capaz de hacer con su talento, o al divertido momento de la cena, que, todo hay que decirlo para no quitarle mérito a Random Riggs, resulta bastante más sugerente leída que vista.
Y al acercarse a la parte en que la bonita realidad en que viven se transforma en la pesadilla que ha llevado allí a Jake, el film adquiere una dimensión estratosférica, digna de ese genio burtoniano que lo ha hecho célebre.
El hogar para niños de Miss Peregrine es uno de sus grandes títulos. Tras los patinazos de Sombras tenebrosas, en la que, por cierto, dirigió por primera vez a Eva Green, y de Big eyes, Tim regresa a los tiempos en que su cine merecía enormes palabras. Resulta maravilloso pensar que se le puedan volver a dedicar en el presente.
Silvia García Jerez