Gunpowder Milkshake (Cóctel Explosivo): Otro día para matar y poder perdonar
El director de Big Bad Wolves nos trae una historia llena de venganza y humor negro. En Gunpowder Milkshake (Cóctel Explosivo) se nos cuenta la historia de Sam (Karen Gillian) cuando conoce la cara (oscura) del trabajo de su progenitora: matar. Tal y como su madre, Scarlet (la eterna Cersei, Lena Headey), hizo en su día antes de que The Firm le contratase, el aprendizaje y enseñanzas de una madre no se olvidan en un día (antes de desaparecer sin dejar ningún rastro detrás) ni en dos, pero deben de ponerse en práctica de vez en cuando.
Después de 15 años Scarlet reaparece justo cuando Sam se encuentra en un acto de redención. Estando al cuidado de Emily (Chloe Coleman), la hija de una de sus víctimas. Así que sin quererlo y tratando de evitar la estela de su madre Sam se convierte en la figura materna de la nunca llegó a perdonar a su madre y Nathan (Paul Giamatti), el hombre que se quedo al cuidado de ella supliendo el hueco que dejó su madre.
En un mundo lleno de «hombres» destinados a encontrarla, Sam va a echar mano de ese cóctel explosivo al que hace alusión el título proporcionado por la distribuidora en castellano. Los tres ases bajo la manga son Florence (Michelle Yeoh), Anna May (Angela Bassett) y Madeleine (Carla Gugino). Tres mujeres de armas tomar encargadas almacenar armas dentro de la la cubierta de libros (sí, has leído bien) y que trabajaron junto a Scarlet hace años. Así todo se vuelve un drama en busca del perdón de una madre atrapada en una red de mentiras
En definitiva Gunpowder Milkshake es entretenida, está filmada con buen pulso y da lo que promete a los seguidores de John Wick que es una buena dosis de «mala leche».
