GARETH EDWARDS: La originalidad está en peligro de extinción
Gareth Edwards ha venido a Madrid, y no lo ha hecho solo. Ha traído con él su última película, The Creator y su enorme simpatía para promocionarla. Qué director más divertido. Es el responsable de Godzilla, versión del año 2014, y de Rogue One. Una historia de Star Wars, y ahora nos presenta este nuevo acercamiento a la ciencia ficción en el que la IA, la Inteligencia Artificial, es el gran enemigo del hombre y los robots unas máquinas, a veces indistinguibles de los humanos, junto a las que ya es evidente que hay que convivir. Tras una proyección especial de la cinta, asistimos al coloquio en el que nos contó cómo es para él el proceso creativo y qué futuro nos espera con ese mundo nuevo de IA que ya es una realidad.
Pregunta: ¿Cómo surge The Creator?
Gareth Edwards: Hay inspiración de muchos sitios. Cuando hice la película sobre Star Wars necesitaba un descanso y me fui con mi novia de viaje a ver a mi familia. Yo creo que la ciencia ficción se divide en naves espaciales, aliens y robots, y de éstos último me estaba faltando hacer una película. Me fui a Iowa y me estaba quedando dormido frente a la ventana y vi la fábrica que se veía desde allí que parecía salida de la nada. Me pregunté que cuándo la habían construido. Y pensé que seguramente habrían sido los robots. Así que pensé: imagínate ser un robot que estás construyendo una fábrica y de repente, en un descanso, sales un rato y ves a este tío mirándote desde la ventana. Y a continuación vienen a por ti. No me podía quitar esa imagen de la cabeza y cuando volví a mi casa ya tenía casi toda la película armada en ella. Así que me puse a escribirla. Y odio escribir, es la parte del proceso que me menos me gusta. Pero me animo cuando pienso en el tour de promoción. (Risas)
Pregunta: Mucha gente piensa que en la ciencia ficción ya se ha hecho todo pero con esta película demuestras que no es verdad.
Gareth Edwards: La ciencia ficción no se está muriendo porque representa el futuro. Muchas de las cosas que vemos en ella aún no han ocurrido, las creamos nosotros para las películas. Pero lo que sí creo que se está muriendo, o al menos está en peligro de extinción, es la originalidad. Cuando yo era pequeño cada semana se estrenaba una película que resultaba ser un clásico. Y eso era normal entonces. Esto que digo me hace sonar como si fuera un viejo, pero es que fue un momento muy brillante de la creación cinematográfica. Ahora, y lo digo sin ánimo de ofender, estamos estancados en las franquicias. Me reconozco culpable, claro. (Risas) Mi cine forma parte de esas franquicias, pero es que además debería haber espacio para las producciones originales.
Pregunta: ¿Cómo crees que la Inteligencia Artificial va a afectar a la sociedad, y en particular a la historia del cine, en el futuro?
Gareth Edwards: Lo cierto es que nadie lo sabe. Ni siquiera los especialistas en Inteligencia Artificial. Hay un escenario optimista en el que es algo muy útil para curar enfermedades como el cáncer, pero hay una pequeña posibilidad en la que todos podemos morir. Es pequeña, pero no imposible. Es como el juego de la ruleta rusa. Hay cinco posibilidades de que te toque la lotería pero la sexta opción es una bala. ¿Lo harías? ¿Jugarías? ¿Cuántas oportunidades requiere que te salga la bala? Muchas veces llegamos al precipicio y en el último minuto nos detenemos y lo arreglamos. Tenemos un montón de adelantos tecnológicos, desde la electricidad a los ordenadores, y tienen sus consecuencias negativas, pero nadie quiere prescindir de ellos, nadie quiere dar marcha atrás. Y la Inteligencia Artificial puede ser muy útil pero vamos a enfrentarnos también a años difíciles con respecto a esos avances.
Pregunta: En entrevistas previas que has concedido has dicho que no te gusta trabajar con niños, que son difíciles, y en esta película el centro de la historia es una niña, ¿cómo ha sido el trabajo con ella?
Gareth Edwards: El proceso de casting es complicado. En este caso íbamos a estar en mitad de la jungla, en Tailandia, y todas las pruebas que hicimos fueron estupendas. Le decía a mi novia que cada actor al que veíamos era realmente encantador y que en algún momento eso nos iba a fallar. Y su respuesta fue: ‘Claro, idiota, fallará en la niña. ¿Por qué estás haciendo una película sobre un niño? Son una pesadilla.’ Pero lo cierto es que hay unos cuantos ejemplos de películas estupendas con niños en ellas, pero también los hay en las que los niños son lo malo del rodaje, y estaba muy paranoico con que ésta fuera una de ellas porque la película se centra en uno de ellos. Hice una convocatoria abierta alrededor del mundo y me empezaron a llegar cintas con pruebas de muchos. De manera presencial, la primera niña que vi fue Madeleine (Yuna Voyles) y nos hizo llorar con su prueba. Yo pensé que era demasiado bueno para ser verdad. De hecho, cuando se marchó, nos miramos todos y pregunté: ‘¿tenemos que ver a más?’
Pregunta: ¿Cómo es habitualmente tu proceso creativo?
Gareth Edwards: Si se me permite usar una palabrota, para mí el proceso creativo es un ‘sandwich de mierda’. (Risas) Porque cuando tienes la idea es todo precioso. Vas alimentando ese mundo que vas a crear y va siendo una gozada ver cómo toma forma. Luego te pones a rodar y todo va a peor, a peor, a peor, a peor… (risas) Y cuando acabo el rodaje pienso que ese es el final de mi carrera. El peor día de mi vida es cuando veo el resultado yo solo, porque veo todos los errores. Creo que los directores que hacen películas increíbles sienten que lo son ya en el proceso de montaje, pero yo nunca he sentido eso. Es después, cuando empiezan a decirme que lo que he hecho no es tan malo como pensaba, cuando empiezo a animarme.
Silvia García Jerez