GABRIEL NESCI: Ahora la fama es el objetivo, no el resultado del talento
El argentino Gabriel Nesci ya estrenó en España su ópera prima, la curiosa Días de vinilo, y ahora vuelve a nuestro país con un nuevo trabajo, también con espíritu musical, titulado Casi leyendas, para la que ha contado en su reparto con la estrella del cine argentino Diego Peretti, la estrella del cine español, Santiago Segura y el actor, pero probablemente más estrella de la canción gracias a temas como Color esperanza, Diego Torres. Tres personalidades de las que Gabriel nos habla en la siguiente entrevista.

La Cronosfera: ¿Cómo te sientes después de haber hecho esta película?
Gabriel Nesci: Maravilloso. Muy bien, y es una gran alegría poder estar presentándola en España, que era algo de lo que tenía muchas ganas. Mi película anterior la pude traer también acá, y fue una experiencia tremenda.
L. C.: ¿Qué es lo que te lleva a hacer esta película?
G. N.: Primero la necesidad de contar una historia. Tener una historia para contar y tener que contarla y que no puedas no hacerlo. Una historia que tiene que ver con la necesidad de conectar con la idea de una válvula que haya quedado en algún lugar previo al éxito. Que no hayan podido concretar el éxito que tenían previsto. Qué pasa con los sueños frustrados, con las cosas que quedaron truncas. El tiempo nos va llevando por otros lugares en la vida y finalmente se nos aparece la oportunidad de volver a llevarlo a cabo.
L. C.: Eso es más real de lo que parece. Parece que siempre nos fijamos en las bandas que triunfan y da la impresión de que tú también puedes… y a veces no se puede.
G. N.: Exactamente. Y cada vez se ve más difícil. Es más difícil el modo en el cual los músicos de la época de estos músicos pretendían llegar, porque lo quieren lograr con el talento. Con la música, con tocar, con aprender un instrumento. Y ahora es cada vez más de otro modo, a través de redes sociales, de realities shows… Digamos que la fama es el objetivo y no es la consecuencia del talento. Entonces, en ese sentido sí se torna complejo.
L. C.: Hay tres personajes con un enorme equilibrio entre los tres, ¿cómo se logra ese equilibrio?
G. N.: Primero tener la suerte de contar con tres actores tremendos, muy talentosos. Después, con un trabajo de guion arduo, gracias al cual cada personaje tiene su balance, su arco dramático, y con un trabajo de dirección por el cual cada personaje tiene muy claro su lugar en la historia, su vínculo con el otro, cómo interactúan. Un tiempo de ensayo en el cual cada uno trabajó el vínculo que tenían entre sí y entendió cuál era el rol que tenían que ocupar en la dinámica que ellos tienen.
L. C.: Me gusta mucho en la película el papel de las mujeres, que son muy fuertes y muy determinantes para todos ellos.
G. N.: Totalmente. Ellos son tres personajes que están absolutamente fuera de foco. Están totalmente desencajados en la vida y algunos ni siquiera tienen responsabilidad sobre sus cosas. Y se encuentran con un grupo de mujeres a las que la vida no les ha sido fácil pero que a pesar de todo tienen mucho coraje, mucho valor y son muy fuertes. Los ponen en jaque a ellos. Por completo. Les hacen ver las cosas de otro modo. Entonces creo que son claves en el engranaje de la película.
L. C.: El personaje de Santiago Segura funciona muy bien como contraste.
G. N.: Sí, y a la vez yo creo que son tres tipos muy solos y que el personaje de Santiago, si bien es el más patológicamente solo, hay que ver cuál de los tres es el que realmente lo está pasando peor, porque creo que ambos han elegido caminos que los han llevado a un momento de desconexión absoluta, consigo mismos y con los demás. Entonces la película cuenta el momento en el que los tres logran conectar. Hacer del otro una versión mejor.
L. C.: Imagino que fue fácil trabajar con estos actores.
G. N.: Sí, maravilloso. Uno de los principales aciertos del director es elegir bien a los actores. Y si los elige bien, el resto del trabajo se hace más sencillo. En mi caso fue muy placentero porque son muy talentosos. Y han trabajado muchísimo y han logrado una química notable. Fui muy afortunado.

L. C.: Una cosa que me llama mucho la atención en la película es la cámara Polaroid.
G. N.: ¡Ah! (Risas)
L. C.: Una Polaroid en tiempos de móviles inteligentes.
G. N.: En realidad tiene que ver con la vuelta a la vieja habitación y de algún modo abren las puertas del tempo del pasado, el templo en el que estaban todos los carteles de la banda colgados, los discos viejos y los viejos casetes, y su cámara Polaroid. La idea era revisitar ese pasado y el paso de la posta, de pasar a la hija su vieja cámara Polaroid. Esa escena era más extensa, la tuve que cortar por falta de tiempo, pero Diego Torres le explicaba a la niña cómo hacían para rebobinar las casetes con una lapicera. Y ella no entendía. Eso de comprender los ritos del pasado, que para un niño debe ser incomprensible, está muy presente.
L. C.: ¿Cómo fue el rodaje de las escenas musicales?
G. N.: La idea era que al ser una película sobre música y músicos, fuera verosímil y resistiera el visionado de músicos. Que la viera un músico y no se sintiera estafado. El personaje de Diego Peretti canta y toca el bajo, y Diego Peretti originalmente no hacía esas cosas. Para la película él aprendió a tocar el bajo y aprendió a tocar esas canciones. De hecho, lo que escuchamos es la voz de Diego Peretti original. No es un doble, es él, y eso habla de todo el trabajo que le metió. Santiago Segura no toca la guitarra pero su personaje sí la tocaba. Le dije que por favor, se pusiera a trabajar con la guitarra. Le conseguimos una guitarra y le pasé algunas posiciones de acordes. En el cartel, la posición que tiene es un acorde preciso y es la que tiene el personaje en ese momento. Y el personaje de Diego Torres, Diego Torres es cantante en la vida real, es un gran cantante, pero el personaje de él exigía que fuera baterista. Él tenía un mínimo de batería pero pudo perfeccionarse y toca la batería él. Y lo bueno es que los tres funcionaron en la vida real como banda y cuando los ves en el escenario son una banda. Y eso es debido a su trabajo, que ha sido gigante.
Silvia García Jerez